3.- Una chica y un ángel caído

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-Kae

El pánico se apoderó de mi y empeze a golpear mi cabeza contra el escritorio intentando tener algúna buena idea para sustituir todos mis útiles escolares.

-La cagué, la cagué la cagué - me repita a mi misma mientras seguía golpeado mi cabeza - La cagué, la cagué, la...

- Ayy!

En ese momento oí un pequeño grito, casi un susurro, los demás parecieron no notarlo así que busque con la mirada hasta que di con el pupitre de una chica.

Estába hasta adelante, de espaldas tenía un suéter negro y la capucha sobré su cabeza pero recargada en la banca pude ver una de sus manos.

Su piel era muy delicada sus dedos eran perfectamente simétricos y me pareció ver rastros de pintauñas rojo.
Pero estaba sola, todos fingían que no estaba allí, pero decidí no darle tantas vueltas al asunto y aprovechando la falta de multitud la tomé como: mi víctima de los útiles, osea a quien todo el día le pediría prestados los materiales.

Me acerque muy confiada pero en cuanto di la vuelta a la fila de butacas y quedé de frente con su rostro me confundí mucho. Primero frote mis ojos para ver si seguía medio dormida, pero no, frente a mi estaba la persona más linda que en la vida hubiera visto.

Tenía ojos pequeños y marrones como dos almendras, pelo ondulado y café un poco más oscuro que el mío y súper corto, tenía la piel completamente lisa sin algún rastro de acné, y su piel era clara.

Aunque ya no estábamos en cuarentena llevaba cubrebocas negro el cual se apartó ligeramente para chuparse un dedo que probablemente se cortó con un libro que estaba leyendo, lo que dejaba ver su nariz un poquito chata pero increíble mente recta, tenía cejas un poco pobladas que hacían resaltar las otras facciones de su cara. Tambien tenía un suéter que parecia de talla XXXXXXL que le quedaba ultra flojo y le llegaba un poco más abajo de la rodilla, el suéter tenía estampado de un animé un poco raro con trece personajes en total y casi todos con una espada rara al lado de la cintura y uniforme entre negro y azul marino.

Llevaba calcetas negras tan altas que el suéter tapaba la parte superior, y unos tenis de hombre blancos con rayas negras. Se le veía muy delgado y no se le veían caderas anchas, ni pechos, por lo que definitivamente era chico.
La verdad me sentí estúpida, ¿como pude confundir a este ángel con una puberta?.

- este... ey amigo

- ¿Si? - respondió con una voz un poco grave, pero debía estar enfermo por que sonaba como si tuviera la garganta lastimada, y no hacía contacto visual conmigo

- emm, ¿Crees que tú podrías... préstame tus... tus útiles?

- ¡Claro! Oh pero, sería mejor que cambiarás tus cosas a este lugar - señalo dando una palmadita a la mesa de la butaca de atrás - mi asiento está asignado y sería mejor para que no des tantas vueltas ¿No crees? - sugirió

- A ¡Claro! Si si ¡Ahora mismo voy!

Lo que sea por ti angel mio.

/NOTA DEL AUTORE: aquí en México "amigo" también se usa para llamar a una persona aunque no la conozcas, y disculpen mi escritura del qlo ಠ⁠∀⁠ಠ/

Myself  ♥️🧡💛💚💙💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora