¡La madre que me parió!⁶

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Salí corriendo de casa.

Comencé a correr desde que Jiu me había hecho saber de la presencia de Mingyu junto a mi hermano en el hospital.

No lo pensé mucho cuando me colé en la habitación del mayor, con el pulso y respiración acelerada, sobresaltándolo.

— ¿Hye?

La sonrisa en el rostro de Jimin se desfiguró al reparar en mi estado. Su vista viajando por todo mi cuerpo en busca de algo mal en mí.

Vi a mi cuñada bajarse rápidamente de encima de mi hermano, su blusa holgada estaba tirada en el suelo y unos chupetones adornaban sus pechos. Vaya, tenía que borrar esa imagen mental cuanto antes.

— Hay imágenes en mi cabeza que no deberían estar allí — dije como pude apartando la vista de ellos.

Si ser pendeja fuera una carrera universitaria ya yo tendría mi título.

— ¿Qué haces aquí? — alcé una ceja por la pregunta de Jimin, al ver mi mirada amenazante se aclaró la voz — Digo no es que molestes...

Solté un suspiro haciéndolo callar, si seguía como iba la cagaría más.

— ¿Dónde está Mingyu? — miré a mi cuñada en busca de respuestas, su sonrisa se hizo más grande al escucharme.

— Me siento traicionado — gruñó Jimin tocando su pecho en modo dramático — No lo he visto desde ayer.

¡Maldita Jiu, mentirosa!

La asesiné con la mirada, acusándola en silencio. Era tarde y ella sabía que no había descansado mucho para que estuviera con su rollo de tía Tata cuenta cuentos. Me las pagaría tarde o temprano.

— ¿Cuánto tengo que esperar para que me presentes a un cuñado? ¿Te quedarás solterona toda la vida esperando por Mingyu?

— Estoy soltera por elección propia no por falta de personal, idiota — le chisté.

— Contando que tu cara es fea como la de la tía Tata,  sí, claro — carcajeó.

¿Era el día de hacerle bromas a Hye? Déjenme contarles que ninguna me estaba haciendo gracia.

— La belleza puede ser peligrosa, Jimin, pero la inteligencia es letal — bufé rodando los ojos.

— Ajá y tú no tienes ninguna de las dos. Deberías ponerte a trabajar en base a ello.

¿Era en serio? ¿Qué le habían dado de cena a mi hermano? ¿Payaso?

— No necesito tus consejos, Jimin — viré los ojos ya cansada de su jueguecito infantil.

— Pues son gratis y lo que es gratis no se critica, tonta.

— ¡Basta! — se interpuso mi cuñada riendo — Me encanta el sonido que hacen cuando se callan.

Un silencio se instaló entre los tres a las par que nos mirábamos, hasta que no pudimos más y estallamos en carcajadas. Faltaba poco para que alguna enfermera de turno viniera a regañarnos por el escándalo.

Luego de la horrible broma de Jiu y asegurarme que todo estaba en orden con Jimin, decidí marcharme y dejar sola a la parejita de tortolitos.

Me abracé a mí misma sintiendo el frío de la noche. En Seúl solía bajar la temperatura cuando el sol se ponía y yo como la idiota que era, salí de casa en pijama haciéndome la idea que era Usain Bolt. Ni en todo los años de escuela había corrido tanto como hoy.

Pateé una pequeña piedra que me encontré en la acera con mis pantuflas, pero como aparte de ser idiota también era gafe. La pequeña piedrecilla se incrustó en el cristal delantero de un auto, que a simple vista ya parecía costoso.

¡La madre que me parió!

Chillé asustada cuando un tipo musculoso salió del todo terreno y maldijo en voz alta.

¡Esto de ninguna forma pintaba bien!

Miré en todas direcciones buscando algún lugar dónde esconderme, pero qué creen. No había un puto lugar dónde hacerlo.

Salí corriendo, — por segunda vez en la noche — fue una mala decisión de mi parte voltear a ver si me seguían y qué creen. ¡Sí! El tipo venía listo para mí captura.

¡Ay, no, corran por sus vidas!

Me escabullí en un callejón. Ja — permítanme carcajearme — era un maldito callejón sin salida y lleno de cubos de basura.

Oficialmente me daba por atrapada y para colmo terminaría con peste a popó de gato.

Vi la sombra del hombre engullir la mía en un milisegundo. ¡Sonríe Hye! ¡Linda y calladita!

Me di la vuelta muerta de miedo. ¿Cuánto tendría que pagarle para salir de ésta? ¿Y si le vendía mi culo?

— ¿Jungkook?

¡Era el colmo!

¡El karma era una puta!

El rostro del pelinegro lució confundido al escucharme.

— ¿Hye?

MERCY +18 // JEON JUNGKOOK; BTS  (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora