Prólogo: El llanto del diablo.

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"El mundo que hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento, no se puede cambiar sin cambiar nuestra forma de pensar"- Albert Einstein.

Cuenta la leyenda que hace muchos años, vivía un joven llamado Juan, que estaba muy enamorado de una mujer llamada Marisol, ambos eran muy felices, y todo parecía ser color de rosa en sus vidas. Hasta que un día, Marisol se acercó lentamente a Juan, y con lágrimas en los ojos le dijo que ella ya no podía estar con él, porque un hombre importante y adinerado le había propuesto matrimonio, y esa era su gran oportunidad para subir de nivel social, algo que ella nunca conseguiría estando a su lado. De esta forma, con un dulce beso, en parte sincero y en parte traicionero, Marisol le decía adiós al hombre a quien tantas veces prometió amar con toda el alma. En ese momento Juan sintió como si el mundo se le hubiera caído encima, ya que no se imaginaba la vida sin ella, entrando desde ese instante en una terrible depresión, llegando al extremo de pedirle cientos de veces a Dios solamente una cosa, poder sacarla de lo más profundo de su corazón.

El tiempo pasó, y la tristeza cada vez se apoderaba más y más de Juan, pero una tarde, por fin serían escuchados sus ruegos, solo que no sería Dios el que lo hiciera. Esa tarde, una hermosa mujer como él nunca antes había visto se le apareció, y con una dulce voz le dijo que ella iba a poder hacerle olvidar de esa mala persona, que ya tanto daño le había hecho. Inmediatamente Juan le preguntó quién era y cómo podía saber tanto de su vida, sin embargo, la mujer simplemente le tomó de la mano, y le llevó hasta un arroyo que se encontraba por el lugar, mientras Juan seguía casi hipnotizado ante tanta belleza, quedándose prácticamente sin palabras. Ni bien llegaron al arroyo, y casi sin pensarlo dos veces, la mujer lentamente fue sacándose la ropa, hasta quedarse finalmente completamente desnuda, luego se acercó a Juan, y nuevamente con una dulce voz le dijo que él podía hacerla suya si quisiera, hasta curar todas sus heridas del pasado, y así comenzar una nueva vida, pero el precio que debía pagar por ello, era entregándole su alma a cambio algún día.

Con la poca voz que le salía, Juan le volvió a preguntar a la mujer quién era, y esta solo le contestó sonriendo que era el mismo ser que alguna vez había entrado en la serpiente, para poder tentarles a Adán y Eva, e inmediatamente por más extraño que parezca, Juan ya no tuvo dudas de que estaba nada más y nada menos, que en frente del mismísimo diablo. Sin embargo, pese a ello, Juan finalmente terminó aceptando el macabro trato, con tal de sentir la felicidad aunque sea una vez más, pese a que sabía perfectamente, que esto le iba a condenar al infierno para siempre. De esta forma, Juan y la bella mujer unieron sus cuerpos, mientras que por alguna extraña razón, en medio de truenos y relámpagos comenzó a llover torrencialmente, pero sin dejar de brillar por un segundo el sol, quizás como una manera que tuvo la naturaleza, de unir el puro y bello corazón de Juan, y a su vez el alma negra y despiadada de la hermosa mujer.

Así, Juan lentamente fue sintiendo un placer nunca antes imaginado, mientras que la bella mujer no paraba de gemir, como si fuese un animal en celo, provocando que Juan llegara al orgasmo una y otra vez. Pero en medio de tanto calor, y luego de horas de inmensa pasión, en las que ella le enseñó a él prácticamente todas las posiciones sexuales posibles, con todo el cariño que todavía le quedaba dentro de su ser, Juan poquito a poco fue besando las partes íntimas de ella, pasando luego por sus pezones, hasta llegar finalmente a sus labios, convirtiendo de este modo toda esa lujuria del comienzo, únicamente en dulzura. En ese momento, la bella mujer sintió por primera vez en siglos, algo que creía que en su corazón jamás iba a poder existir, en otras palabras, sintió por primera vez algo que los humanos lo conocen simplemente como "amor".

Luego de haber vivido horas llenas de magia, Juan quedó profundamente dormido, y así la traicionera mujer finalmente aprovechó para apropiarse de lo que por derecho ya le pertenecía, su alma, pese a todas las cosas lindas que le había prometido. Sin embargo, no tuvo el valor de hacerlo, ya que su amor por él ya era demasiado grande, tan grande que quizás ya era capaz hasta de cambiar el mismo infierno, solo por seguir unos segundos más a su lado. Fue así como el diablo por primera vez bajó la cabeza, y aceptó tristemente su derrota, mientras las lágrimas recorrían sus hermosas mejillas, pero también sabía que no le quedaba de otra que decirle adiós a Juan, y volver de este modo a su mundo lleno de oscuridad, allí donde tiene su trono, y allí donde va a pagar por el resto de la eternidad por quizás su mayor pecado...el haberse enamorado.

Horas después, Juan se despertó sin ropa en medio del arroyo, y casi al instante paró completamente la intensa lluvia, quedándose solamente un radiante sol, tal vez como una prueba de que el bien había triunfado sobre el mal. Sin embargo, Juan no tenía la más mínima idea de qué hacía en ese lugar, ya que no se acordaba absolutamente de nada, como si la bella mujer hubiese borrado todos los pensamientos de su mente, pero a partir de ese día, Juan sería otra persona, eliminando cada uno de sus fantasmas del pasado, y comenzando de esta forma una nueva vida. De lo que Juan ya jamás se pudo imaginar, fue de que su gran corazón fue lo que le salvó de la muerte, y de que en lo más profundo del infierno, sigue viviendo todavía un alma maligna y macabra, que siempre va a estar perdidamente enamorada de él, y que desde allí va a cuidarlo y amarlo, de manera a que esté donde esté, nadie pueda volver a lastimarlo nunca más.

Dicen que el amor que sintió el diablo fue tan grande, hasta el punto de que el mismísimo Dios se apiadó de su alma, y para consolarlo, en ocasiones envía una intensa lluvia, pero con un radiante sol, de manera a que el diablo pueda calmar su dolor, y así volver a recordar aquella mágica tarde, en la que conoció por primera y única vez el amor. Por esa razón, en muchas culturas se cree que cuando llueve y hay sol, es porque se casa el diablo, quizás en homenaje a ese gran amor que no pudo ser, y que lastimosamente...ya jamás será.

The Legendary Spider-man T. 1 (Resubido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora