XII.

1.5K 263 37
                                    

Su cuerpo aún se mantenía tibio por lo que había pasado hace momentos atrás, su cabello estaba despeinado y las marcas rojas comenzaban a tomar distintos colores sobre su piel. Estaba recostado de estómago sobre la cama de Jungkook, una sábana blanca reposando en su espalda baja mientras se desplazaba por la galería de su ex novio.

Husmeaba en el celular ajeno como si fuera suyo, veía cada una de las carpetas y sonreía enamorado al encontrarse con las carpetas que tenían su nombre; desde fotos de sus citas, hasta videos de todas las formas en las que se habían entregado a los brazos cálidos de su amado.

Su felicidad fue reventada con una aguja, aquella misma punta que había reventado su noviazgo. Se encontró con un correo de las admisiones de becas, significando que Jungkook aún postulaba a aquella beca en el extranjero, pasándose por las suelas de sus zapatos la opinión y dolor de Jimin.

Pronto los sentimientos felices fueron reemplazados por los amargos, su estómago comenzó a arder y su garganta fue atada con un nudo duro de tragar. Leía cada uno de los correos y su decepción aumentaba, creía que después de todo, Jungkook reconsideraria el dejarle e irse lejos, pero no fue así. Aún quería volar lejos de él, o eso creía Jimin.

“¿Qué haces? ¿Mhm?” Sintió el peso de su ex novio sobre su espalda, era delicado mientras paseaba sus manos por los muslos desnudos y plantaba besos en sus omoplatos.

En lugar de sentirse complacido y querido, se sintió enojado y desplazado. ¿De que le servía besarle y hacerlo suyo mientras le susurraba un montón de palabras dulces? Si de todos modos, quería dejarlo. ¿De qué servía todo ese amor si no estaba dispuesto a abandonar alguno de sus sueños para permanecer a su lado? Su amor, no lo sentía.

“Déjame.” Dijo retirándose de la cama y dándole un manotazo al pecho de su ex novio, se sentó en el borde y comenzó a colocarse sus boxers seguido de sus pantalones. Quería largarse y escupir en la cara de Jungkook.

“¿Qué pasa?” Frunció el ceño llevando su palma a su piel golpeada, le ardía.

“Tu sabes.” Dijo con un tono sarcástico, aún sosteniendo el celular de Jungkook en su mano.

“¿Qué haces con mi celular?”

“¿Que ahora no puedo verlo?”

“No, pero ¿por qué lo tienes?”

“¿Ocultas algo?” Levantó una ceja, lo increpó señalándole con su celular.

“No, pero no tendrías por—” Fue interrumpido en el momento que se puso delante de Jimin.

“Si no ocultaras algo no estarías reclamando.” Dijo. “¿O que tienes que no quieres que vea? ¿Ah? ¿Algo de Seongmin?”

“¿Qué viste?” Frunció el ceño, no tenía nada, tal vez unos mensajes con su novio pero nada que justificara el actuar de Jimin.

“Así que lo tienes.” Sonrío. No se sorprendía, conocía a Jungkook y sabía que haría todo para devolverle los golpes que le había dado antes. Tenía otra razón por la que quería escupirle en la mejilla.

“No empieces, por favor.” Rodó los ojos, completamente aburrido de la situación. Estaba acostumbrado, sí, pero ya estaba harto porque las últimas peleas habían sido estúpidas. “Yo no dije eso. Además ¿Y que? Es mi novio, si quiero, puedo tener fotos de él en mi celular.”

“Claro, puedes. Pero entonces no te COJAS a otro mientras lo tengas.” Dio un paso adelante.

“Dame el celular.” Exigio. No tenía nada que esconder, pero tampoco quería seguir peleando.

“No.” Alzó el celular sobre su cabeza, se burló con una sonrisa juguetona.

Jungkook completamente enojado, lo tomó del brazo y sostuvo sus mejillas con una mano, apretó fuerte y mantuvo su mirada firme en los ojos burlones de su ex. “Dame el celular.”

“¿Por qué? ¿Esperas algún mensaje?” Recordó que le confirmarían el día y la hora de su entrevista para la beca, seguro medirían su nivel de inglés.

“Dámelo.” Alzó el tono de su voz, apretó con más fuerza el brazo de Jimin para hacerlo soltar el teléfono.

En el momento justo, un mensaje llegó al celular de Jungkook, el protagonista de las rabietas y los celos de Jimin; Seongmin. Jimin lo leyó y frunció el ceño. “Si esperabas un mensaje, deberías contestarle.”

“¿Y como quieres que lo haga si no me das el puto celular?” Acercó su rostro al de Jimin, aún lo sostenía de las mejillas y apretaba sus dedos sobre la suave piel; casi dejando marcas sobre su piel.

“Cierto.” Y de un impulso, sin pensarlo mucho. Arrojó el celular contra la pared, una por otra después de todo, en aquella fiesta Jungkook había hecho lo mismo. Que se aguante.

“¿¡Que mierda te pasa!?” Le soltó el rostro para sostenerlo de los dos brazos, apretó sus dedos contra su piel hasta marcarla. “¡Ya estoy harto de tu actitud! ¡No hice absolutamente nada para que comenzarás con tus mierdas, Jimin!”

“¿¡Ah, no!?” Se soltó del agarre, empujó a Jungkook y le golpeó el pecho. “¡Sigues con tu capricho de la beca!”

“¡¿Es eso!? ¿¡Por eso te pusiste así!?” Hasta quería reírse de la rabia, no podía creerlo. Todo caía en una ridiculez. “Eres un estúpido.”

“Si, si, soy todo lo que tú quieras. Un estúpido por siquiera creer que considerarias mis sentimientos.”

“¿¡Qué sentimientos!?” Se desesperó tanto que tiró sus brazos a los costados, quería arrancarse el cabello hasta quedar calvo por todo lo que Jimin le hacía sentir en el momento.

“¡Ya te lo dije y si no eres capaz de escucharme entonces es mejor que sigamos separados!” Se lo había dicho, en una de las noches que durmieron abrazados se sinceró acerca de su mayor miedo; entre lágrimas le comentó que su pesadilla era verlo algún día caminar lejos de su vida. Su peor miedo era perderlo y que le dejara, aunque siempre era él quien terminaba su relación con Jungkook.

De todas formas, Jimin si le había contado su peor miedo y su corazón se rompía cada vez que Jungkook actuaba como si su actuar fuera estúpido. Estaba aterrado, no quería pensar en la posibilidad de que lo pudiese dejar para siempre; su vida era Jungkook y se moriría si se fuera lejos de él.

Temía perderlo, aunque ahora no fuera suyo.

“Bien, sigamos así.” Ya cansado, enojado y aburrido, tomó la ropa de Jimin; su camisa, su abrigo y sus zapatos. Camino hasta Jimin y lo tomó duramente del brazo, comenzó a tirar de él para que caminara y se fuera de su casa. Lo arrastró por el pasillo hasta llegar a la puerta de su departamento y una vez que lo echo con fuerza; le tiró su ropa a la cara para después cerrar la puerta en su cara.

Y claro, el corazón de ambos dolió. Aunque haya sido una rutina que habían establecido entre ambos, no soportaban estar lejos el uno del otro.

Con lágrimas en los ojos, Jimin se vistió y se fue del edificio, sintiéndose una vez más abandonado por Jungkook, sus sentimientos ignorados y tirados a un lado.

Don't hurt yourself ; km au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora