XXV.

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La rutina resultaba divertida, la vida de amantes resultaba apasionada. Peleaban, se clavan y luego se acostaban con el libido embriagandoles. Estaba bien, era divertido.

Pero ambos estaban cansados, se habían aburrido de la rutina y estaban esperando lo mínimo para volver, o, terminar por siempre.

Con una paleta en su boca y el celular de Jungkook en sus manos esperaba a que se terminara de arreglar para ir a cenar, jugaba un jueguito de los muchos que habían y mataba el tiempo en silencio. Pero últimamente ese silencio venía a ser interrumpido por cosas amargas.

Una vez más, por un email.

Jimin no pudo con la curiosidad del contenido y rápidamente entró al correo, quedándose sin aire al leer lo que estaba redactado. Su mundo parecía colapsar frente a sus ojos mientras releía la misma oración una y otra vez, sus manos comenzaron a temblar y sus ojos se acumularon de lágrimas.

Jungkook había ganado la beca. Jungkook no había dejado de aplicar a ella. Jungkook le iba a dejar. Jungkook se iba a ir. Jungkook le iba a olvidar.

Jungkook le iba a dejar.

Y con solo ese pensamiento en la cabeza se levantó de golpe, logró marearse por el movimiento violento, pero se vio opacado por la falta de aire en sus pulmones y su vista nublada. Sus manos comenzaban a temblar, su frente se llenaba de sudor y veía a Jungkook lejano a él a pesar de estar a dos pasos.

Trató de levantarse pero sus piernas no respondían, solo podía sentir como sus pulmones dejaron de permitir la entrada de oxígeno y comenzaba a marearse. Sentía que se moría, comenzó a llorar por todo lo que lo aplastó en cuanto a sentimientos.

Sollozo mientras susurraba ‘¿por que?’, el llanto espanto a Jungkook a lo que rápidamente se dio la vuelta para ver lo que pasaba, corrió hacia Jimin que estaba hincado en la cama y trato de tomar su rostro. Jimin no dejó que lo tocará, a su pánico se unió el enojo.

“¡Mentiroso!” Le dio unas dos bofetadas en ambas mejillas y lo empujó de la cama. “¡Bastardo mentiroso!” Cuando sus piernas pudieron responderle se levantó de la cama y siguió golpeando el pecho de Jungkook. “¡Te odio, te odio!”

“Jimin, ¿qué pasa?” Trató de detenerlo, pero el rubio se zafaba de todos sus agarres empujándolo y golpeándolo en el pecho. “¡Basta!” Grito tomándolo de las muñecas, harto de la situación. “¿¡Que mierda te pasa!?”

“¿¡Qué me pasa!?” Gritó con lágrimas en los ojos, tratando de separarse de Jungkook. “¡Me quieres dejar! ¡Quieres irte lejos! ¡Todo lo que me juraste era mentira y solo estabas jugando conmigo! ¡TE ODIO!”

“¿Qué?” Pregunto confundido.

“¡No te hagas el desentendido! ¡Ganaste la beca y ahora me dejaras!” Con cada grito la voz de Jimin se rompía más y la fuerza que tenía para zafarse se desvanecía, se desmoronaba en el agarre de Jungkook y si no fuera por él, ahora mismo estaría en el piso llorando. “¿Por qué? ¿Por qué me quieres dejar?”

Jungkook procesaba las palabras de Jimin en silencio, sin distraerse con el sollozo de su ex frente a él. Había ganado, la beca era suya, una de sus metas había sido completada al poder estudiar en el extranjero.

Quería sentirse feliz, no podía con los sollozos de su amado.

Entre el silencio de la tristeza de Jimin, Jungkook no pudo sostenerlo más por todo lo que pasaba en su cabeza en ese momento. El rubio siguió llorando con la cabeza baja, los sollozos se hacían cada vez más fuertes por la falta de respuesta de su ex.

“¡Por favor!” Lo sostuvo de la camisa, como si se sostuviera de Jungkook por su vida. “¡No me dejes, por favor!” Rogó con lágrimas pesadas cayendo por sus mejillas.

Si le miraba con esos ojos llorosos y esa tristeza en el rostro, Jungkook no podía hacer nada más que pensar en una vida sin Jimin. Y al igual que él, sonaba aterrador, incluso su mismo cuerpo comenzó a entrar en pánico al solo pensamiento de dejar atrás al amor de su vida.

No veía nada más que a él y su retorcida relación, no había nada después de Jimin y él lo sabía muy bien. Moriría si se separa de él, no era nadie si no estaba con él y era algo que tenía que mantenerlo en su cabeza.

Porque la lucha por sus sueños era fuerte, aunque la lucha por su amor lo era aún más.

Escuchando los sollozos de Jimin y recordando toda la vida a su lado, tomó una decisión.

No necesitaba nada si no era cerca de Jimin, no quería nada si no era con Jimin. No quería vivir sin él, prefería ahora mismo morir.

“No tomaré la beca.” Dijo decidido, sosteniendo las manos de Jimin y acariciando la piel con sus pulgares. “No te dejaré, Jimin. Nunca lo haría, no tengo una vida sin ti.” Llevó sus manos al rostro del rubio, limpió sus lágrimas y besó su nariz. “Jamás te dejaré, nunca. No lo haré.”

“¿En serio?” Pregunto en un susurro mirándole a los ojos, tratando de encontrar algo de mentira en sus palabras. No había nada.

“En serio. Eres mi vida entera y sin ti… yo solo moriría.” Volvió a besar su nariz, lo abrazó por la cintura y cerró los ojos. “Dejaría todo por ti, no importa lo que sea, dejaré todo por ti y por nosotros. Te amo.”

“Te amo mucho, Jungkook, mucho.” Escondió su rostro en el cuello de su amado, cerró los ojos y aprecio el momento. “Eres mi vida entera, sin ti moriría.”

“Siento lo mismo, sin ti, moriría.”

Su boca se sintió agria por un momento, sintió que había hecho algo mal al decidir dejar su meta de lado. Pero ya nada importaba, solo Jimin.

Solo ellos.

Podrían abandonar absolutamente todo, menos aquel retorcido amor que tanto les ahogaba y que se había aferrado a sus costillas.

Su vida había empezado y terminado en ellos. En su amor.













(4/5)

Don't hurt yourself ; km au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora