Capitulo 1. El pasante

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Eddie, un hombre alto y guapo, caminaba por los pasillos del hospital con gesto sombrío. Acompañado por un hombre rubio y un asiático, ambos ex compañeros de ejército, se dirigían hacia la sala de emergencias. La ambulancia resonaba por las calles, anunciando la llegada de un nuevo paciente en camilla.

"Es solo un espasmo estomacal, estará bien", informó una enfermera al grupo. Esta no dejaba de lanzarle miraditas coquetas a eddie, quien la ignoraba olimpicamente, no tenia tiempo para enredarse con ninguna enfermera.

Ambos hombres se rieron un poco, habian exagerado en ingresar a eddie como si se estuviera muriendo.

-"Bueno, parece que todo fue una falsa alarma.-Dijo Chim, se sentia mas aliviado, eddie siempre habia sido un mercenario pero hasta a los mejores les llega su dia, por un momento penso que ese era el dia de su amigo.

-"Capitan y cabo, gracias por venir."_-Eddie se encontraba muy cansado despues del desmayo que habia sufrido.

-"No es nada, eddie. Pero tienes que comer bien ."-El capitan estaba preocupado, su mejor soldado se habia dado de baja y ahora estaba enfermo por no comer bien, le sorprendia de un hombre tan fuerte como eddie.

..


 Despues de un rato ambos se retiraron, tenian que ir a sus puestos. Eddie lo comprendio, de igual forma siempre estaba solo.

-"Te visitaremos en cuanto podamos."- Le informó su capitán y ambos salieron de la habitación.

Eddie, en medio de una crisis personal tras la reciente separación de su esposa y la baja del ejercito, se sentía más solo que nunca. 

Recorriendo los pasillos con pesar, Eddie recordaba las palabras de su ex esposa "Que tengas una linda vida, Eddie." y se sentía aún más desolado. Decidió ir a la azotea del hospital en busca de algo de paz, pero el oscuro cielo lo tentaba con pensamientos oscuros.

Antes de que pudiera llevar a cabo ningún impulso desesperado, el olor a cigarro y la tos de alguien lo sacaron de su trance. Giró bruscamente para encontrarse con un hombre alto, rubio y de ojos azules luchando con un cigarrillo.

La sonrisa se deslizó por el rostro de Eddie al ver la torpeza del hombre con el cigarrillo. Se apoyó en la pared, observándolo en silencio, el rubio no había notado su presencia.

"Necesito este trabajo", murmuró el hombre rubio entre tosidos, y Eddie sintió una extraña conexión con él. Despues de todo el estaba desempleado.

Eddie se aclaro la garganta tratando de llamar su atención. Reconoció al hombre como un doctor joven, quizás un pasante, y su frustración creció al verlo fumar. Si queria conservar su trabajo, no deberia estar fumando.

La tos persistente del hombre lo llevó a acercarse y golpearlo en la espalda para ayudarlo.

 -"Gracias"-dijo el hombre rubio avergonzado, revelando una marca de nacimiento junto a su ojo derecho que no pasó desapercibida para Eddie.

Eddie ignoro el agradecimiento y paso  golpeando su brazo antes de marcharse. El rubio, ahora nervioso, temía las consecuencias de la reprimenda que le darían si ese paciente llegara a quejarse.

-"Espera."- Dijo mientras trataba de formular algún plan para convencer al pelinegro de no reportarlo con los médicos del hospital o peor aún con el director.

"- Yo, enserio siento que me haya encontrado en esta situación ¿Puede no decirle a nadie que me vio aquí, porfavor?- tartamudeo un poco.

Eddie, frustrado, se enfrentó al doctor, notando su incomodidad. Se acercó más, susurrando una advertencia en su oído.

-"Si no sabes fumar, no fumes." -estaba apunto de irse, pero una voz lo detuvo. Enfrente de ellos un viejo medico algo pelon se encontraba parado observandolos con los brazos cruzados y al ver el cigarro en la mano de Evan no dudo en decir.

"Señor Evan, ¿está fumando?", con un deje de enojo, buck sintio la muerte.

"No, claro que no", respondió  nervioso, ocultando el cigarro. Pero un repentino golpe de ingenio lo llevó a señalar a Eddie como el culpable. Eddie al verse envuelto en ese asunto no dudo en negar todo.

-"Eso no es..." Pero Buck interrumpió, tapando la boca de Eddie con su mano antes de que pudiera defenderse.

-"¡Dcotor Ramirez! Este paciente, estaba fumando y no tiene autorización para hacerlo. ¡ Yo lo detuve!."- Fingio enojo hacia eddie, quien no dudo en fulminar con la mirada al joven pasante. Luego  buck para completar su punto  avento el cigarro al suelo y lo piso.-"Muy mal, señor. Esto es muy malo para la salud."- Fue lo ultimo que le dijo a eddie, y paso corriendo al lado del otro medico, dejandolos solos en la azotea.

La mirada desconfiada del Doctor Ramirez viajó hasta Eddie quien fue regañado y enviado de regreso a su habitación. Eddie, antes de retirarse observo al joven medico quien le lanzo una mirada avergonzada en respuesta,se vengaria luego, penso.

Mientras tanto, los amigos de Eddie le aconsejaron quedarse en el hospital por unos días para recuperarse emocionalmente, sugiriendo que podría encontrar algo de consuelo en el ambiente controlado del hospital. 




...

EXTRA

Mientras Eddie se marchaba, las enfermeras murmuraban entre sí en un rincón cercano. El ruido de sus conversaciones apenas llegaba a sus oídos mientras descendía por las escaleras desde la azotea. Sin embargo, a medida que se acercaba al grupo, las voces se volvían más audibles y sus palabras se hacían más claras. Eddie captó fragmentos de la charla, lo que lo hizo detenerse y prestar atención por un momento antes de continuar su camino.

-"¿Viste a ese nuevo pasante? Es todo un desastre. Si sigue así, no durará mucho en este hospital", murmuró una de ellas, lanzando una mirada de desdén hacia donde estaba Buck, quien había bajado corriendo para evitar preguntas de eddie.

-"Sí, lo vi. Parece que no tiene idea de lo que está haciendo. ¡Y esos ojos! Parece que siempre está a punto de llorar", agregó otra, con una risita.

Mientras tanto, Eddie se detuvo frente al grupo con una expresión seria, su mandíbula apretada mostraba su malestar. Las enfermeras, al verlo, cambiaron rápidamente sus expresiones a sonrisas coquetas y comenzaron a elogiarlo. Eddie odiaba a la gente que hablaba a espaldas de los demás.

-"¡Hola, Eddie! ¡Qué bien te ves hoy!", exclamó una de ellas al verlo llegar, tratando de captar su atención.

-"Eddie, qué agradable tenerte aquí unas semanas más", habló Marta, la enfermera que lo había atendido cuando llegó.

-"Gracias", respondió Eddie con frialdad, apenas prestando atención a los halagos. Quería decirles que no era educado hablar así de un compañero, pero antes de formular palabra, llegó Buck, ajeno a la tensión, y se acercó al grupo que se estaba acumulando. Sonrió y agradeció a las enfermeras por recibirlo en el hospital con palabras amables cuando no tenia mas que dos dias trabajando.

-"Chicas, gracias por el recibimiento tan cálido. Espero poder contar con su apoyo mientras aprendo el trabajo", dijo con una sonrisa sincera.

Eddie, sin embargo, estaba más concentrado en Buck que en las enfermeras, quienes le sonrieron al rubio y continuaron con los halagos hacia Eddie. Una vez que las enfermeras se fueron, el pelinegro esperó a que estuvieran fuera de oído. Antes de que Buck pudiera escapar, hizo una señal con la mano, como si estuviera cortando el cuello de alguien, lo que provocó que Buck tragara saliva nerviosamente. Comprendía perfectamente el significado detrás del gesto del paciente Diaz

Amor en el hospitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora