Capítulo 1

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«Seis años»             

Jeongguk agarró la mano temblorosa de su hermano y la estrechó. Yoongi se inclinó un poco sobre él y miró fijamente escaleras abajo, con los ojos muy abiertos y sin parpadear, dejando salir un fuerte suspiro.

Ellos estaban peleando de nuevo, y esta vez parecía la peor pelea de siempre porque no era en voz alta.

—Shh... —dijo Jeongguk suavemente, pellizcando la rodilla de Yoongi. Éste sacudió su cabeza y adelantó su cuerpo, colocando su pie un escalón más arriba para que su estómago descansara contra sus muslos.

—¿Por qué están gritando? —preguntó Yoongi, llevando la manga de su camiseta hasta su nariz y ahogando un sollozo—. ¿Qué está pasando?

—Nada —mintió Jeongguk.

—Nada —repitió—. Está bien.

Jeongguk mantuvo a su hermano muy cerca. Ambos se asustaron cuando escucharon un portazo.                             

—¡Vas a despertar a los niños! —gritó Chaerin.

—¡No menciones a los niños ahora! —gritó de vuelta su padre—. Siempre lo haces cuando peleamos.

—¡Nunca estás en casa!

Yoongi arrimó con violencia su cara contra el cuello de Jeongguk.

—Haz que se detengan.

Jeongguk abrazó a Yoongi fuertemente, sin saber cómo lograr eso. Cerró los ojos y dijo: —Solo cierra los ojos, como mamá dijo. No más monstruos.

—Los escucho —susurró Yoongi, con los ojos todavía abiertos.

—No tengo razones para estar en casa, tú lo sabes —dijo su padre en voz alta y severa—. Trabajo largas horas para que no tengas que hacerlo tú.

—¡Yo crío a nuestros hijos! —Chaerin se rindió—. Hago mucho más de lo crees, Dongsun, y lo sabrías si siquiera te molestaras en hablarme o preguntarme qué hago o cómo me siento.

—Lo haré —contestó él, fríamente—, si dejas de humillar mi trasero por cada pequeña cosa, Chaerin. Por Jesucristo.                             

—¿Cuándo pasó? —el tono de ella había perdido su furia—. ¿Cuándo dejaste de estar ahí para mí, para los niños... para nuestra familia? —Dongsun se mantuvo unos segundos en silencio.

—No lo sé. —Chaerin suspiró profundamente.

—No esperaba esa respuesta.                             

Yoongi curvó los dedos de sus pies contra el duro escalón y miró, con ojos abiertos de sobremanera, las piernas de su padre que estaban a la vista. Unos zapatos fueron calzados, al igual que una chaqueta fue puesta. Él llevaba una maleta.

—¿A dónde está yendo papá? —preguntó Yoongi. Jeongguk miró también. Sabía que su padre les estaba dejando.

—A ningún lado —respondió, abrazando a Yoongi—. Nadie se está marchando.

—¿Cuándo vas a volver, Dongsun? —cuestionó Chaerin ruidosamente.

Dongsun colgó su maleta sobre su hombro, sin ver a los niños arriba de las escaleras que le estaban mirando fijamente, uno sollozando y el otro observándole con ojos furiosos, ardientes y los puños cerrados con rabia.               

—Esta vez no voy a volver —respondió.

—Podemos...

—Mírame. —Una vez más se escuchó un portazo y Yoongi se dobló en el regazo de su hermano, con mocos y lágrimas corriendo por su cara.

don't tell mom ; kookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora