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|P a s t
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—— la chica es aún muy joven, —— comentó con voz irregular y ebria el padre de aquella “joven”  —— pero estoy seguro que será una buena novia.

Ella los escuchaba escondida entre la oscuridad del pasillo, con una mirada al suelo mientras tenía en manos aquella bandeja con té caliente.
Vestía de su respectivo traje tradicional como sirvienta, su larga y oscura cabellera se encontraba suelta y desaliñada que para cualquiera le parecía grotesco.

Sabía que las mujeres del clan solían tener otro destino distinto a dónde estaba, para mantener el equilibrio entre la comunidad del clan solían comprometerlas en contra de su voluntad con el objetivo de “ No alimentar bocas viejas ” como lo era ella , una chica en una etapa adolescente, donde a comparación de nuevos productos no tenía valor alguno, no tenía un motivo por el cual seguir ahí y seguir siendo una “carga” como solía llamarla su madre. Aquella mujer que después de despreciarla por “no poseer ” ninguna técnica, se encargó de torturarla al igual que su hermano mayor.
Nunca recibió consuelo, ni mucho menos el cariño o consideración como una madre solía hacer con sus hijos.

Sentía asco por saber que estaba siendo comprometida con un hombre que doblaba su edad, que sin siquiera verla ya estaba decidido por casarse con ella siendo apenas una joven adolescente.
Gruñó y apretó su mandíbula con fuerza, intentando mantener su silencio y no ser descubierta; la rabia poco a poco estaba consumiendo su cuerpo.

—— ¡Puedes llevártela cuando quieras! Mientras más pronto sea ¡Mejor!.

Las risas de su progenitor eran un dolor de cabeza, odiaba escucharlo al compás con quién estaba haciendo un trato.
Tragó saliva al sentir su repudio desconotralarse, sin pensarlo tiró las cosas al suelo emitiendo un gran estruendo; teniendo la suerte de no ser descubierta al correr en un lugar aleatorio.

Los gritos y las voces de ambos varones cuestionando aquel acto de “ falta de respeto ” no tardó en inundar los pasillos oscuros, con la menor de la pequeña familia caminando en dirección a su habitación, si podría llamarse así.

Se encerró en cuanto escuchó pasos rápidos dirigirse a ella, sabía perfectamente que era su padre lleno de ira. Podía suponer que aquel “ acto ” la llevaría a ser entregada en contra de su voluntad.

Cómo pudo tomó su mochila y con ella guardó un poco de lo necesario, sobretodo sus ropas. Tomó una pequeña cantidad de sobres que se destinaban a nombre del líder del clan con un destinatario que se acuerdo a lo que había escuchado; se trataba de su hermano.
Poco sabía del contenido, solo le interesaba aquel llamativo nombre que pensaba era su salvación para su tortura.

Caminó hasta la entrada y salida de aquella habitación que solía compartir con otras, sus manos se apretaron hasta formar puños y sentir como sus propios dedos dejaban una gran presión sobre su palma y simplemente; hacia presencia. Pero no dolía, no podía sentir otra cosa más que odio y molestia por la voz masculina y grave que tocaba su puerta con firmeza.
Fuerza que hacia retumbar la propia madera , que sabía perfectamente; si no se encontraba decidida estaría temblando.

Suspiró antes de abrir la puerta y encontrar cara a cara; a aquel adulto acompañado de su madre y el anterior negociante, el trio de adultos mirándola con desprecio, un sentimiento que compartían y le hacía creer que ella estaba tomando una buena decisión.

La gran mano de su progenitor intentó llegar a ella; más la misma evitó que eso sucediera. La mirada de su padre determinó cuan ofendido se había sentido por el acto. —— ¿Quién te crees que eres... Maldita malagradecida...?! —— T/n interrumpió

ミスター [ Satoru Gojo x Lectora ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora