Era una tarde hermosa cuando un joven acompañado por dos de sus amigos entraban al jardín exterior del palacio.
El jóven llevaba su antifaz de mariposa, el mismo que llevaba la noche anterior, estaba listo para encontrarse con aquel hombre misterioso, todo era silencio, hasta que hablo uno de sus amigos.Oigan, tengo una duda -hablo Gabriel el mayor de los 3-
Que paso amor? -pregunto Gisela, su novia-
Cómo aquel hombre cito a Ariel en el palacio? El puede entrar al palacio? -preguntaba mientras caminaba-
No lo sé, pero si lo hizo significa que puede entrar. -Respondio Ariel-
quizás trabaje aqui como nosotros -agrego-Los 3 caminaron hasta una parte llena de flores y arbustos, con bancas de mármol muy bonitas, en una banca dándoles la espalda se encontraba aquel chico. El menor se despido de sus amigos y se acerco poco a poco a aquel hombre hasta que estuvo a su costado y le habló.
Hola
Hola, si viniste -hablo el mayor-
Claro, no me perdería esto -dijo el menor sentándose-
Oye tengo una pregunta que hacerte -dijo el mayor-
Que edad tienes? -pregunto-Tengo 18 -respondio-
Vos? -agrego-Tengo 24 -respondio a carcajadas-
Wow que diferencia, 6 añitos -dijo el menor en tono burlón-
Ambos rieron y comenzaron a conversar hasta que comenzó a anochecer y a mostrarse algunas estrellas en el cielo, ambos se miraron incrédulos de haber estado tantas horas hablando, volvieron a reir un poco porque ya no sabian de que mas hablar, asi que decidieron revelar sus nombres.
Bueno, me llamo Fernando, es un placer -hablo coqueto mientras besaba la mano del menor-
Yo soy Ariel -respondio el menor con un leve sonrojó-
Que lindo nombre, me gusta -agrego-También me gusta el tuyo, suena lindo
-comento el mayor-El mayor comenzó a repetir el nombre del menor para molestarlo, el menor lejos de molestarse comenzó a reír y a decirle que parecía un loro, ambos chicos rieron y se levantaron de la banca de mármol para comenzar a caminar por el jardín, el menor miraba con mucha calma las flores a la luz de la luna, mientras que el mayor solo lo miraba a él, tratando de armar como era su rostro en su cabeza sin la máscara. Cuando callo la noche por completo ambos se sentaron en el césped y comenzaron a ver las estrellas juntos, sin embargo mientras el mayor le explicaba las constelaciones al menor, este último no para de apreciar físicamente al mayor el cual noto lo mirada del menor y surgió una pequeña conversacion.
Pasa algo Ariel? -pregunto el mayor-
No Fer, solo apreciaba tu máscara -respondio el menor-
te gusta? -consulto con un risa-
Si
También me gusta la tuya, una máscara de mariposa, es muy bonita.
Sabes que más se ve bonito a la luz de la luna? -pregunto el menor-
No, que cosa? -cuestiono el mayor-
Tus ojos Fer
Ay que romántico
Ambos chicos rieron y siguieron viendo las estrellas, mientras el palacio se encendía y ambos eran alumbrados por las luces de este mismo. El mayor algo asustado de que los descubrieran decidió despedirse del menor e irse prometiendo que se volverían a ver en el siguiente baile de las candelas enmascaradas. El menor entro al palacio y fue a su cuarto, dejo su máscara en la mesa de noche y se acostó. Y así paso la noche fugaz con la cabeza del menor lleno de pensamientos hasta que su padre lo llamo para que comenzará con su nuevo trabajo.
Aquel joven chico se había convertido en el sastre real hacia poco gracias a sus diceños y a su padre el cual llevo a la familia real a su pequeña tienda a las afueras del palacio, ahora ambos trabajaban para la familia real y el menor debería ponerse manos a la obra para la coronacion del principe mayor, un hermoso traje de seda fue el encargo faltaba hacer el diseño, todo el día trabajo en el traje y apenas pudo terminar haciendo unos cuantos diceños, ya su cabeza estaba llena de pensamientos de aquel hombre, de quien podria ser?
Hasta que alguien lo saco de sus pensamientos.Ariel? Con permiso -dijo una de las ama de llaves, María-
Hola María, que paso? -pregunto el menor-
La reina te está llamando, quiere que le tomes las medidas al príncipe -respondio María-
Las medidas? LAS MEDIDAS!! -se exaltó el joven-
Las olvide por completo, casi me pongo a trabajar sin ellas dios santo -agrego-El jóven sastre fue hasta la sala del trono real lo más rápido que pudo donde se encontraba la reina y el jóven príncipe, un hermoso chico de pelo castaño, ojos marrones como las almendras y una piel blanca como la nieve, simplemente hermoso, el jóven sastre totalmente nervioso y flechado por aquel príncipe alzo un poco su voz para mostrar su presencia.
Me llamaban su alteza? -hablo con algo de miedo-
Alfin llegas, el es Fernando el príncipe que será coronado mañana -comunico la reina-
Fernando?! -se exaltó un poco-
Si así es, es mi hijo, Fernando, y quiero que le tomes las medidas para su traje -agrego la reina con un tono intimidante-
Claro, con mucho gusto mi señora. Venga príncipe acompáñame para que tome sus medidas
El principe de levantó y se apuro a irse con el jóven sastre el cual mientras volvían a su habitación hilaba los cabos y esperaba a oír la voz del príncipe para asegurarse que era aquel hombre misterioso. Al llegar al cuarto de Ariel lo primero que el príncipe vio fue la máscara de mariposa que tenía sobre una mesa de noche pues la habitación también era el cuarto de costura.
Déjame adivinar, eres Ariel, verdad? -hablo el príncipe con un tono burlesco-
Si su majestad -respondio Ariel con incredulidad- como lo supo? -pregunto-
Tu máscara está ahí -señalo-
Olvide guardarla...
Ambos chicos rieron lo que quitó algo de tensión, el jóven sastre comenzó con su trabajo y empezó a tomar las medidas de cada parte de su cuerpo, primero sus brazos, seguido del grosor de los mismos, su pecho, su estómago, sus caderas las cuales el joven sastre no podia dejar de mirar y por ultimo sus piernas, el jóven sastre estaba que no daba más de sus pensamientos impuros hacia el príncipe, estaba tan cerca y lo estaba tocando, y aun asi se mantuvo firme para no incomodar al príncipe, hasta que esté hablo.
Oye, lo de ayer, que sea un secreto -dijo-
si mi familia se entera que estuve en el baile de las candelas me van a matar -agrego-Tranquilo, guardaré el secreto -respondio el sastre-
Pero puedo preguntar porque? -pregunto curioso-Se supone que estaba comprometido, pero rechace al príncipe de otra región -respondio-
Y como castigo me prohibieron asistir al baile -concluyo-Wow, bueno usted guarde el secreto de que tecnicamente lo estoy manoseando.
Ambos chicos rieron un poco y siguieron charlando mientras el sastre hacia su trabajo, al finalizar de tomar las medidas y probarle algunas prendas el sastre decidió mostrarle los diseños, diseño que el príncipe debería escoger, el muchacho quedo encantado con todos los diseños que habia echo aquel chico. Eligio el 4 y pidió que porfavor le avisara cuando este terminado, para verlo cuanto antes, a lo que el jóven respondió.
Pues es mi trabajo su majestad, si no lo hago me despiden -dijo con una risita-
Ah claro, pero aún no soy tu majestad, sigo siendo solo un chico -respondio con una sonrisa en su rostro-
Uno muy lindo -agrego el sastre-
Ambos se quedaron en silencio, viéndose como la noche que se conocieron, quien diría que el príncipe y su sastre se llevarían tan bien.
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El baile de las candelas
Proză scurtăUna historia de amor corta y rápida para leer en un día sobre un príncipe y su sastre, porfavor disfrutenla y no sean malos con las faltas ortografícas, me cuesta