Dudas

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Capítulo  9: Dudas.

“Cuando las dudas lleguen recuerda el primer beso, si una sonrisa se asoma en tus labios tendrás la respuesta a tus preguntas”

-Brittany-

Esta mañana se sentía diferente. El clima cálido afuera no afectaba esta vez, ni que mi hermana no llegara a dormir. Algo más estaba distinto esta mañana. 

Sé que podía preocuparme por ese motivo, pero ella estaba con Jayson. Mi hermana era mayor y sabía lo que hacía, confiaba en ella y en Jayson. El llamo para decirme que Meghan no se sentía bien, que prefería que estuviera allí. No supe que decir, de alguna manera ella le contaba más a Jayson. 

Por otro lado me encontraba nerviosa, si nerviosa. No tenía idea de qué hacer cuando viera a Alexander. Yo, alguien profesional dudando de su capacidad, pero era su culpa, el me confundía. No quería fallarle.

También sentía miedo, miedo por Nicolás. No quería que su enfermedad se extendiera, no merecía eso. Me levante de la cama y fui a darme una ducha, eso me ayudaría a despejar mi mente.

Nada. No funciono. Seguía sintiendo esa inseguridad. No pude desayunar, ya que tenía una bola de nervios en el estómago. Al menos iría al orfanato con Alexander.

Llegue puntual a mi consultorio. Ángela estaba ahí, lista como siempre.

-Buenos días Ángela, hoy voy a salir con el paciente Alexander. Nueva sección- le informe.

-De acuerdo, yo anoto las llamadas importantes- me respondió sonriente. Era adorable mi secretaria.

Entre a mi oficina solo para dejar mis cosas y esperar a Alexander. Ya que él no estaba informado de “nuestra salida”. Por suerte cumplió con lo dicho y llego a la hora. Parecía estar normal, su cara no reflejaba enojo. Íbamos bien.

-Hola Alexander- salude.

-Hola Brittany.

-Hoy he preparado algo diferente.

Alexander me observo con curiosidad -¿Puedo saber qué?- pregunto antes de tomar asiento, deteniéndose.

-A mí me gusta mucho ir. Espero no te moleste que no te preguntara antes.

Alexander dejo salir una linda sonrisa. De esas que poco dejaba salir.

-¿Me tienes miedo? No dices a donde, anda suéltalo.

¿Yo hacía eso? Solo no quería volver al principio.

-No, no es eso. Siempre voy con Elizabeth a un orfanatorio a visitar a los niños.

-¿Elizabeth?

-Oh ella es como mi segunda madre. No recuerdo si te comente que ella y su esposo se hicieron cargo de nosotras-. Sentí un nudo en mi garganta al pensar en Nicolás.

-Puede ser. De acuerdo creo que puedo hacer eso. Al final y al cabo yo vive mucho tiempo en uno.

Lo lleve en mi auto. El orfanatorio no quedaba tan lejos. Todo el camino fue en silencio. Al llegar sucedió igual, bajamos en silencio del auto.

-Conozco a casi todos los niños que están aquí, al principio son muy tímidos pero estoy segura que les agradaras.

-De acuerdo. Estoy un poco confundido ahora, pero me da gusto saber qué haces este tipo de cosas.

-Gracias supongo.

Al tocar la puerta una de las trabajadoras nos recibió amablemente. Alexander miraba todo, atento.

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