7° 𖤐 Tercer Año Y Gran Error 𖤐

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Las cosas entre Lilith y Severus se habían suavizado, de vez en cuando Lilith acudia con él para que le ayudara con las materias que aún no comprendía, y Severus de mala gana aceptaba, no tenía mucha pasiencia pero de alguna manera quería ayudarla, ya le tenía algo de aprecio, habían pasado algunas cosas en ese tiempo, como pequeños gestos que le agradaban a Severus, el simple hecho de que Lilith no molestaba su espacio personal cuando tuvieron un poco más de confianza, y tampoco lo buscaba como antes. Sí, Severus se daba cuenta cuando a ella le gustaba él, se lo había confesado un día, por supuesto que Lilith casi se muere de la pena cuando le confesó eso, pero demostró que había cambiado, y ya no estaba enamorada a ese punto, no negaba que aún le gustaba, pero se enfocó más en sus estudios cuando comenzó a hablar con Severus.

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Por otro lado, Lily ahora formaba parcialmente parte del grupo de Lilith, siempre resultaba confuso el tema de los nombres, pero lograron acostumbrarse, pero les molestaba, o incomodaba que Lily también hablase con "Los merodeadores" ya eran bastantes populares en Hogwarts debido a su falta de cordura, ya que siempre se metían en problemas, a dónde sea que fueran, ya estaban en la oficina de McGonagall, era divertido verlos meterse en problemas y teniendo que limpiar la sala de trofeos con extremo cuidado, Lilith e Isabel eran las que más se burlaban de ellos, Vanessa era más... Empatica.

Todo iba bien hasta que se les ocurría molestar a Severus, ahora él era considerado el rey de las artes oscuras, por tanto todo Hogwarts, incluso algunos de grados más altos le tenían miedo a Sev, no era de extrañar, pero esos tramposos siempre lo tomaban desprevenido, por suerte siempre estaba Lily cerca para ayudarlo, ese es uno de los motivos por los que a Lilith le agradaba ella, siempre lo apoyó y defendió.

Sev también le había contado parte de su vida a Lilith, algunos problemas familiares y... La historia que tenía con Lily, ella realmente era alguien con el corazón muy generoso y muy agradable, incluso para una serpiente como Severus o Lilith, siempre lograba tocar los corazones de los demás, no sabían como, pero lo lograba. El punto es que le contó varias de sus experiencias, que hicieron que él se enamorara de ella, esto hizo que Lilith recibiera un golpe en el pecho de golpe, sus sentimientos seguían, pero no podía interferir aunque su corazón gritara por ello, había logrado lidiar con ello bastante tiempo, no lo haría mal ahora.

Sus platicas a pesar de ser cortas eran muy interesantes y lograba crecer la confianza entre ellos, pero mayormente eran charlas sobre escuela, si Severus soltaba su lengua era porque ya le tenía bastante confianza, aunque no contaba las cosas al pie de la letra, siempre saltaba cosas o simplemente paraba de hablar de ello, dejando en duda las cosas.

La relación entre Lily y Severus parecía tener buen camino, todos pensaban eso hasta que interfirió James, ese insoportable Gryffindor... Siempre metía su nariz donde no lo llamaban, había rumores de que a él le gustaba Lily, aunque no se sabía a ciencia cierta.

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Con todos los abusos que Severus había estado constantemente recibiendo por parte de esos malditos busca problemas, él ahora era más frío, era como al inicio, de todo, incluso era un poco con Lily, era bastante raro, hasta que una vez volvieron a hablar como antes, esos cambios de humor iban a volver loca a Lilith y sus teorías conspirativas, resultaba ser una atracción ahora, justo con Isabel y Vanessa siempre había aunque sea un momento de charla sobre ellos, ese día no fué la excepción.

-Bueno, yo digo que serán novios en un mes o dos... Quizá, porque Sev es más seco- dijo Lilith a sus amigas.

-Más? Jajajajaja, eso es imposible, Severus no puede ser más seco...- Isabel tomó un trago de su jugo de calabaza luego de soltar una pequeña risa al escuchar el comentario de Lilith.

-Y a ti no te molesta eso? Puedo ver que aún te gusta Sev...- Vanessa había resultado ser bastante buena para adivinación, de hecho, siempre había dado esas señales, era algo divertido y escalofriante...

-Sí... No, ya no siento... Creo que ya no siento nada, pero él parece estar bien con Lily, no puedo quitarle su felicidad... Hablando de eso, se supone que los vería en el patio... En 5 minutos- Lilith se levantó rápidamente de su asiento, se despidió de sus amigas y salió de el gran comedor, dirigiéndose ahora a donde se supone que encontraría a Sev y Lily, estaba llegando tarde y apresuró el paso.

Al llegar se dió cuenta de que los merodeadores se habían adelantado, incluso habían llegado antes que Lily.

-Ahora no está Lily para defenderte, Quejicus... No sabes cuanto he esperado esto!- En ese momento Sev sacó su varita, pero James fué más rápido.

-Expelliarmus!- la varita de Snape salió volando, quedando a unos metros de él, él solo retrocedía, pero de pronto hicieron levitar a Sev.

-Quién quiere ver los calzoncillos de Quejicus?- Dijo James viendo a sus amigos y poniendo de cabeza a Snape en el aire, comenzaron a subirle los pantalones? Dejando ver a penas un poco de lo que había debajo, Lilith se tapó los ojos pero después recordó que tenía que ayudarlo.

Esa fué la gota que derramó el vaso, Lilith iba a interferir, pero se detuvo al ver que Lily Evans se adelantó, empujó un poco a James, hacíendo que perdiera el control y Severus cayera al suelo, pero para sorpresa de todos...

-Vete Lily...- dijo Sev.

-Y aquí está de nuevo Lily, salvando a Quejicus...- James se rió junto a sus amigos. Snape perdió la pasiencia y por consecuencia, dijo algo que nunca debió haber dicho.

-Yo no necesito ayuda de una sangre sucia como ella!- todos volteamos a ver con cara de asombro a Severus, nadie creía que tales palabras hubieran sido pronunciadas por él.

Lily no dijo una sola palabra, solamente salió corriendo del lugar mientras sollozaba, Lilith trató de ir detrás de ella, pero vió más importante que no siguieran humillando a Severus, después de eso iría a consolar a Lily.

Los merodeadores volvieron a poner de cabeza a Severus, pero esta vez le subieron los pantalones de nuevo, dejando ver... Bastante. Y esta vez Lilith también logró ver más, al igual que los demás, y tenía una cosa que decir; nada mal... Pero volvió a el presente y salió de su escondite, apuntando su varita hacia James, que era quien estaba haciendo levitar a Snape.

-Expelliarmus! Ya fué suficiente, James.- el cual dió unos pasos hacia atrás, su varita había salido volando y Snape cayó al suelo, colocando su ropa de nuevo en su lugar.

-Ya llegó la novia de Quejicus... Agh- Dijo Sirius mientras ponía los ojos en blanco.

-Callate! Yo no soy su novia, y ustedes deberían irse antes de que use una maldición imperdonable.-

-Está bien, vámonos James... Ya no queremos más problemas- Remus los empujó a ambos, quienes se quedaron viendo a Lilith con cara de disgusto, James fué por su varita y Snape ya había recuperado la suya en esos momentos.

-Y tú, Severus Snape... No te libras de un regaño- Lilith se dió la vuelta para verlo -Cómo se te ocurre hablarle así a Lily!?- se acercó a él, dispuesta a darle una cachetada.

-No sabía... No... Pensé... Lily...- Se notaba que sentía vergüenza, pero nada justificaba sus palabras.

-Eres un tonto, Severus...- Lilith se dió la vuelta y comenzó a caminar hacia el castillo, y más específicamente, a la torre de Gryffindor.

Inquebrantable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora