13° 𖤐 La Nueva Profesora 𖤐

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Llevaba ya casi 15 años trabajando en el ministerio de magia, me iba bien económicamente, no me quejaba de eso, pero había algo que le faltaba a mi vida... Felicidad, toda la felicidad se había esfumado hacía años, extrañaba Hogwarts, convivir con mis amigas... Todavía les hablaba a Isabel y Vanessa, pero cada quien tenía sus cosas que hacer, todas éramos adultas y no podíamos salir cada fin de semana.

Habían pasado muchas cosas esos años, por ejemplo Isabel, se había casado con una bruja llamada Jane Wilson, una bruja bastante linda. Vanessa y yo fuimos las damas de honor en su boda, una boda bastante simple, pero muy bonita, no hubo muchos invitados, solo familia cercana y amigos... Debido a la relación que tenia Isabel, mucha de su familia se alejó de ella, pero así era mejor. Isabel y Jane tenían un comercio de artesanías inspiradas en tradiciones muggles y de magos también en el callejón Diagon, les iba bastante bien ya que sus productos eran de muy buena calidad y muy hermosos, yo tenia varios en mi casa.

En cuanto a Vanessa, ella tenía un novio, pero no vivían juntos, era relativamente reciente, así que no nos lo había presentado a ninguna, aunque trabajaba en el ministerio, igual que yo. Vanessa trabajaba en el campo ella se había especializado en herbologia, su materia favorita, así que tenía una casa en el campo, donde tenía sus invernaderos y algunos cultivos que vendía, le iba bien con eso.

En cuanto a mí... Pues, tuve algunas parejas, pero ninguno duró más de 5 años, eran buenos, pero no lo que yo buscaba, después de un tiempo, se volvían aburridos y tradicionales, ambos fueron compañeros de trabajo, pero después los cambiaron de área y bueno, sin compañía era bastante pesado el trabajo... 8 horas sentafa ordenando papeles y mandando cartas. Aunque en casa tenía otro hobby, las pociones, había creado algunas, como la de rejuvenecimiento, para cambiar el color del cabello y los ojos, mayormente mis pociones eran de uso estético, al menos las que yo creé, pero también me gustaba hacer pociones más complejas, y venderlas en el trabajo, algunas para quitar el cansancio, para quitar el dolor de cabeza, para agilizar tus movimientos, entre otras. Sacaba un dinero extra con las pociones, y me pagaban por ello.

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Un día estaba sentada, había terminado de hacer mis pendientes de ese día, así que solo tenía que esperar unas dos horas para poder irme a casa, estaba haciendo unos cuantos cisnes de origami y haciéndolos volar a mi alrededor, miraba mi reloj en mi muñeca, había sido un regalo de mi padre, el reloj ponía la hora, el día, el mes y el año, lo miré unos cuantos segundos y me di cuenta que...

-Ya casi es cambio de año en Hogwarts...

Susurré, mi compañero, David me preguntó si había dicho algo, yo me levanté de mi lugar, aún faltaba media hora para salir así que él se desconcertó, no acostumbraba a salir temprano.

-A dónde vas?

-Perdón, voy a salir de urgencia, nos vemos mañana!

Recogí mis cosas lo más rápido posible y salí del ministerio, tenía un plan... O una idea, mejor dicho. Quería postularme para profesora de pociones en Hogwarts, tal vez tendría suerte, pero no me quitaba nada intentarlo.

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Había investigado, los cupos para profesores eran escasos, al parecer pociones estaba ocupado, pero no me rendí y el día que Dumbledore estaba entrevistando a los magos, asistí, con la esperanza de poder tener ese puesto. No importaba si me lo negaban, sería feliz visitando Hogwarts de nuevo aun que sea por un día, o parte de él.

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Ese día, asistí con mi mejor ropa y un peinado bastante formal, quería dar mi mejor impresión, entré a la oficina de Dumbledore, él estaba viendo las pinturas y al oirme entrar se dió la vuelta para verme.

-Lilith...- dijo con una sonrisa, yo me sorprendí de que recordara mi nombre, pues nunca fui una alumna que destacara de los demás.

-Cuanto tiempo, profesor...- estaba algo nerviosa por la entrevista, y al parecer Dumbledore lo notó.

-Me parece que viniste por la vacante de pociones... - leyó un cuaderno que tenía y lo dejó en su escritorio, sentándose al mismo tiempo -La cual por cierto no hay-

-S-sí, lo sé... Pero realmente quiero... Necesito este trabajo, es que... Mi vida en el ministerio no ha sido la mejor de todas, todo es bastante aburrido y...- al parecer hablé demasiado rápido.

-No importa, señorita Lilith... Lo comprendo... Verá, el profesor de pociones aquí, no parece gustarle su puesto, lo moveré a defensa contra las artes oscuras, y usted tendrá el puesto de pociones.- habló gentilmente, yo me sorprendí de lo fácil que fué, ni siquiera hubo preguntas, que era de lo que realmente se trataba una entrevista.

-Así de fácil?- pregunté incrédula.

-Bueno, sé lo capaz que es usted y la facilidad que se le da para hacer pociones, que no le sorprenda que haga un excelente trabajo aquí- me guiñó un ojo y sonrió. -Este año tendremos dos profesores para defensa contra las artes oscuras- sonrió de nuevo, la forma en la que hablaba realmente transmitía paz. -Nos veremos aquí el 1ro de septiembre.

Finalizó, le agradecí después de eso, al parecer Dumbledore no diría nada más, él era muy concreto con sus palabras y desiciones. Salí de su oficina con una gran sonrisa, al pasar por los pasillos de hacia eco, pues estaba vacía la escuela.

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Los días pasaron y ya era tiempo de ir, había renunciado en el ministerio una semana atrás, mi padre no lo tomó bien, pero tuvo que hacerlo eventualmente.

Me despedí de él en antes de irme a la estación King's Cross para ir a Hogwarts. Al subir al tren, tenía un espacio solo para mí, algunos profesores iban en el tren y ellos llevaban más cosas que la mayoría de alumnos, así que tenían vagones propios. Dentro de mis maletas había diferentes cosas, las más obvias como ropa, libros y algunas cosas para decoración, también tenía mis instrumentos qué solía utilizar para mis pociones, la profesora McGonagall me había preguntado si requería alguna cosa extra, a lo cual le respondí que no, pues no era nada del otro mundo lo que planeaba enseñar ahí, al menos no ese primer año, en lo que me acostumbraba.

Al llegar, entré por una puerta especial para profesores, mis cosas ya estarían en mi oficina al terminar el banquete. Entré a el gran comedor, y luego al lugar que me asignó la profesora McGonagall, ella estaba de allá para acá, ya que era la que normalmente organizaba las cosas.

Había un lugar desocupado a unos metros del mío, y junto a mí estaba un mago... Gilderoy Lockhart, lo conocía por esos libros, al parecer él era muy bueno en muchas cosas, pero cuando me senté junto a él, no tardó en hacerme plática, fué ahí cuando noté que él era muy... Falso, así que traté de evitarlo y, justo a tiempo entraron los alumnos de 2° a 7° grado, me giré para verlos, todos nos veían a Lockhart y a mí por ser los nuevos. Unos 5 minutos después, entraron los alumnos de 1er grado... Iniciando la seremonia.

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