El sueño

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Ya llevaba cuatro días en Bangkook con Becca, había aceptado su petición de que estuviera bajo su protección, ella tenía razón; cuando Nita tuviera la oportunidad de matarme lo haría sin pensárselo dos
veces. Cuando le dije a Becca que finalmente me quedaba y aceptaba su petición, dibujó una dulce sonrisa, y sus ojos transmitían felicidad, me sentí rara porque esa sonrisa me gustó, pero debo tener presente que esto solo lo hace por su promesa.

No voy a negar que tengo un poco de miedo,  a lo mejor era por el simple hecho de que alguien quería protegerme pasara lo que pasara.

Unas de las noches, mientras estaba en mi aposento, Becca vino a verme. Llevaba un vestido simple, fino, largo y el pelo suelto. Mis pensamientos se apoderaron
de mi conciencia cuando ella se quedó fijamente mirándome a los ojos, esos ojos grisaseos profundos como el color de una nube cargada a punto de explotar sobre la tierra, eran realmente hermosos. Noté que me estaba poniendo nerviosa, mis manos comenzaron a sudar y mi corazón acelerarse cuando ella se iba acercándose.

Con una leve sonrisa y Con una mirada relajada. Me di la vuelta y me acerqué a la ventana, para darme el aire. Ella se puso a mi lado y miro las estrellas.

-Freen ¿Cómo es todo esto desde arriba?

-Es hermoso, la Tierra es hermosa.

-Por qué bajaron hasta aquí?

-Nos estábamos quedando sin oxígeno y averiguar que la Tierra era habitable era la única salida que teníamos, claro que para ese entonces creíamos que éramos la
única existencia de la raza humana.-Reí tímidamente mientras ella me miraba atentamente a lo que le decía intentando entender.

La vi hermosa, la luz de la luna llena hacía que su mirada fuera más penetrante, volví a apartarle la mirada y mirar al cielo, me
estaba intimidando.

-Cuando era pequeña mi madre me decía que las estrellas eran nuestros antepasados, que nos guiaban y ahora me doy cuenta que entre una de esas estrelles estabas tú.

La mire fijamente, sin haber comprendido exactamente que significaban esas palabras, Becca no me apartaba la mirada cuando nuevamente mi pulso se aceleró, le mire a los labios y fruncí un poco el ceño, cada vez estábamos mas cerca la una de la otra, cuando por fin nuestros labios se unieron, me cogió por la cintura acercándome más hacia ella, empezamos a mover nuestros labios en sincronía, cuando de repente oí la voz de Octavia.

-Freen, despierta, iFRENKYYY!.

-¿Qué, qué pasa?-Dije con una voz medio ronca. Era una de las primeras veces que dormía sin preocuparme de que estaba en peligro, estar allí con Becca me sentía protegida.

-Está Karl, vino a verte y te espera abajo.

-¿Karl? ¿Que hace él aquí?-Dije
incorporándome.

-Ya te dije, viene a verte. Tampoco me extraña, el chico esta encoñado de la rubita.- dijo riéndose.

-Dile por favor que ya bajo.- Le dije
girando los ojos ante su burla.

Se fue riéndose, al levantarme me vino el sueño a la cabeza, había soñado con Becca, ¡nos besábamos! Jamás me imaginaria soñando con ella y menos que nos besásemos, pero he de admitir que no ha sido un mal sueño. Sonreí ante esta pequeña confusión de creer que me gustó. Aunque supe que mi sonrisa lo decía todo. Me mojé la cara y bajé.

-! Princesa ¡-Exclamó Karl mientras me alzaba abrazándome.

-Hola.-Lo saludé con una sonrisa, un poco forzada debo admitir.

Me besa, correspondo a su beso y la verdad me siento realmente rara, no fue como el beso de mis sueños con Becca, aquel beso fue apasionado
y tierno. Karl y yo llevábamos como un mes aproximadamente que estábamos juntos, no es que estaba enamorada de él precisamente, simplemente era una atracción sexual.

Al apartarme, observe que a unos pocos metros nos miraba una chica, al enfocar más, me percaté de que era la comandante. Me sonrió y yo le devolví el gesto tímidamente, me sentí incomoda, no sé exactamente porqué pero me imagino que
sería por el sueño. Karl me sacó de mis pensamientos.

-¿Damos una vuelta?

-Si, claro.-Le contesté sin pensar.

Nos alejamos de la Capital adentrándonos por el bosque, no nos alejamos mucho.

Llegamos a una cascada, el sitio era
precioso. No a mucha distancia iban dos guardias, que nos seguían por mi seguridad.

Becca había ordenado que siempre que saliese de la Capital, me siguieran para vigilar mis espaldas. Karl y yo pasamos toda la tarde juntos, no hicimos grandes
Cosas; hablamos sobre todo nuestro tiempo en el Arca y el tiempo pasado en la Tierra recordando a nuestros compañeros caídos.

Fue una tarde tranquila con el entre risas, hacía tiempo que no hablábamos así, tan tranquilos. Durante toda la tarde el sueño que había tenido con Becca, no me lo
sacaba de la cabeza, incluso a veces Karl me preguntaba de que me reía cuando lo recordaba. Solo le daba excusas baratas, como no.

Al regresar a la Capital y despedirme de El, vi a la niña que me regaló la pulsera cuando llegue. Me acerque a ella para agradecerle.

-Hola.- Le sonreí mientras me agachaba para ponerme a su altura.

-Hola.

--Me diste esta pulsera, es muy bonita, gracias.

-De nada-Sonrió.

-¿Por que me la regalaste?-Pregunté
convencida de que mis dudas serían
resueltas.

-Porque eres buena para nuestra
comandante.

Me quede sin palabras, reflexionando que querían decir esas palabras, cuando levante la vista para preguntarle a que se refería, la niña ya no estaba. Me incorporé y me dirigí a mi aposento pensando sin encontrar una
respuesta. Cuando estaba apunto de entrar en mi habitación, apareció Becca saliendo de la suya.

-Freen.- Me saludó

-Comandante, hola.

--¿Cómo fue la tarde?

-Estuvo bien, tranquila, hacia mucho que no paseaba sin estar en alerta.

--Me alegro de que hayas tenido un buen día.- Me dijo sonriéndome con delicadeza.

Le asentí con la cabeza en forma de
agradecimiento antes de darle las buenas noches.

-Estoy cansada, creo que me voy a
acostar.-Nos quedamos unos segundos mirándonos a los ojos, ella es tan intensa.

---Que descanses. - Dijo con una dulce sonrisa, respondí el gesto y me introduje en mi aposento. Me tumbe en la cama pensativa no por la tarde con Karl, sino pensando en esa extraña sensación que tengo cuando estoy cerca de Becca.








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