01: Princesa Lyra

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El cielo se tornó con destellos azules cuando la Reina de la Tribu Agua del Norte dió a luz a una hermosa bebé, la Princesa Heredera al Trono.

Era una niña extraña para la Tribu, sus rasgos no eran similares a la Nación, su piel en vez de ser morena era pálida, pelo castaño en vez de negro, sus ojos eran grises, en vez de azules y eso solo creó una pequeña discordia en el Reino, creían que la Reina Jade engañó al Rey con un perteneciente a la Nación del Fuego.

Sin embargo el Consejo tenía una opinión diferente ante la situación, ellos sabían de qué se trataba la apariencia de ella y el porque se veía así.

- Mi Rey, su hija, la Princesa, es una de los tres Guardianes del Avatar - Informó un miembro del Consejo, en el juicio en el que pensaban hacer pagar a su Reina por infidelidad.

- ¿Que cosas dices? Que sea tu hija quien morirá no significa que..- Dijo el Rey siendo interrumpido por otro integrante, uno más anciano

- La niña debe ser protegida, ella anunció el regreso del Avatar y debemos entrenarla hasta el dia en que lleve a cabo su deber - Sugirió con sabiduría pero el soberano fue terco e ignoró las advertencias, pagando las consecuencias.

La Tribu Agua se reunió en una corte que juzgaba a la pobre e inocente mujer, que solo pensaba en el futuro de su pobre bebé.

Ella no quería dejarla sola, quería criarla para que sepa defenderse, sabía que la matarían por quién estaría destinada a ser.

- Hoy estamos reunidos aquí, para juzgar a la que hace días fue Reina de la Tribu Agua del Norte, a quien acuso públicamente de traición - Dictaminó el Rey Kei

Todo el pueblo abrió la boca impactado, no esperaban ese acto tan vil de una persona tan pura como su Reina, debía haber un error.

- El Consejo exije pruebas - Ordenó el padre de la muchacha juzgada.

- ¿Es necesario nombrar algo aparte de la apariencia de la niña? Es idéntica a los ciudadanos de la Nación del Fuego, no es una de nosotros - Se excusó con recelo el Reyz la quería en la ruina.

Todos miraron a la bebé en brazos de una cuidadora y confirmaron lo dicho por el Rey, la niña castaña de ojos grises y piel pálida como la nieve. Era una Perteneciente a la Nación del Fuego sin dudas.

- Creo que son suficientes pruebas para el jurado - Respondió un hombre con el ceño fruncido.

- ¡Soy inocente!, jamás engañaría a mi esposo, nunca tuve contacto con nadie más que él - Aseguró la Reina, todo el Mundo la miraba con dureza. No le creían.

- Eso no lo dice la apariencia de tu hija - Se burló otro sujeto con socarronamente

- Esperen, antes de tomar una decisión les suplico que tomen en cuenta la Leyenda de los Guardianes del Avatar - Intervino Ryuk, sabiendo el destino de su amada hija.

- ¿Otra vez con esa estupidez, anciano? ¿Acaso no te cansas ya? - Lo miró aburrido un hombre más joven.

- No son tonterías, mi familia tiene Guardianes en nuestra ascendencia, hay grandes posibilidades de que...- Dijo Ryuk y fue interrumpido.

- Puras tonterías de un viejo que quiere salvar a la zorra de su hija, el Avatar murió y con él los Guardianes - Aseguró un tipo molestando al anciano.

- ¡Vuelve a decirle así a mi hija y te las verás conmigo! - Gritó y el sujeto lo miró con burla.

- Eres anciano, te mataría en un instante - Aseguró y el Rey Intervino.

- ¡Basta ya!, dejemonos de estupideces, ¿la Reina es culpable o no?, ¡Contesten! - Exigió molesto y todos asintieron menos su suegro

- Sugerimos que la Reina sea castigada y la niña muera - Sugirió alguien con "empatía".

- Dicho eso, la Reina Jade sera sentenciada a recibir 50 asotes el día de mañana cuando amanezca y obligada a ver cómo muere su bastarda frente a sus ojos - Dictaminó el Rey.

Todos se sorprendieron pero aceptaron. Ryuk miró con pena a su hija, quien era un mar de lágrimas.

Se llevaron a Jade entre empujones bruscos para lanzarla sin cuidado al suelo de un calabozo helado con ropa inadecuada, la niña fue dada a sus brazos, moriría después de todo.

La Ex-Reina lloró fuertemente abrazando a su pequeña bebé, quien la miraba con tristeza, como si estuviera al tanto de su destino.

- Necesito un milagro, Universo, Espíritus o lo que sea..., les suplico que mi hija sea salvada de la muerte - Suplicó mirando la Luna mientras lloraba siendo oida por los Guardias, quienes guardaban aprecio en su Reina.

Tocados en el corazón por su llanto lastimero decidieron que iban a ayudarla y eso hicieron abriendo la celda donde estaba.

- Tiene una hora para irse lo más lejos que pueda, nosotros distraeremos a todos, lucharemos por la Princesa Lyra y usted, mi Reina - Informó un Guardia y ella lo miró sorprendida, esté le tendió una manta

- ¿P-porque..? - Preguntó sin entender , temiendo que sea una trampa.

- Porque decidimos creer en que el Avatar se levantará un día de estos y en que su Hija es la prueba viva de la Esperanza - Aseguró el Guardia dándole una sonrisa y un bolso con cosas que le servirían.

Y Jade no dudó ni un segundo en huir de su hogar, la Tribu Agua del Norte quién algún día lo fue y dejó de serlo al darle la espalda, dejando atrás a sus amados padres.

Jade llegó a una aldea creyendo que estaba a salvó con su pequeña Lyra, cuan equivocada estaba, una llamarada en dirección se lo hizo saber.

- ¡Por fin encontramos a la niña Guardián, entregala o te matamos! - Ordenó el General a cargo de la tropa de la Nación del Fuego

Pero Jade no pensaba dejar morir a su hija a manos de esos monstruos, por lo que con un movimiento creó vapor caliente que lanzó en el rostro de esos sujetos y huyó de alli lo más rápido que pudo, tirándose a un río protegiendo a la bebé.

- ¡Maten a esa perra y traigan a la mocosa! - Exigió el General y su guardia empezó la persecución

Ella corría y corría, contra-atacaba y esquivaba pero se canso en un momento, y miró con pena a su hija, era el final.

- No morirás, tu no, pequeña, prometo que tendrás una larga vida y ayudarás al Avatar, mamá te ama, Lyra - Besó la frente de la bebé y la ocultó en una canasta corriendo en dirección opuesta - ¡Por aquí, idiotas!

Los guardias ahora la perseguían a ella, muy lejos de ver a la bebé, pero el llanto de esta llamó la atención de un guardia, quien frunció el entrecejo confundido.

Era la niña. La bebé elegida, él la había encontrado...

¡Me gustas, Tonta! [Zuko, Avatar: la leyenda de aang].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora