02: Bienvenida a la Nación del Fuego

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La pequeña Lyra fue llevada de inmediato por aquel soldado de la Nación del Fuego, su vida estaba condenada, el destino estaba escrito.

La Princesa Lyra, Perteneciente a la Tribu Agua del Norte, Heradera al Trono y Guardiana del Avatar iba a morir a manos de los ambiciosa y malvada familia Real de la Nación del Fuego.

El llanto desolado de la niña, la cual no sentía el calor materno y su triste destino, solo provocaba que la paciencia del soldado que la llevaba acabara poco a poco.

Para su suerte o no, fue entregada al Príncipe de la Nación del Fuego, quien al verla se le ablandó el corazón, los ojitos inocentes llegó al corazón del General Iroh, quien la acunó con el mismo cuidado que sostendría a su propio hijo.

- Tranquila, pequeña, no dejaré que nada te pase - Prometió acariciando la mejilla de la infante, quien rió haciéndolo sonreír.

En el Salón Real el Señor del Fuego, Azulon, esperaba con una ansiedad disimulada los resultados de la misión que llevó a cabo su primogénito, aunque el que lo citó fue su hijo menor.

El Principe Ozai llevaba con orgullo en sus brazos a su hija recién nacida, Izumi, a su lado se encontraba su esposa Ursa, quien a su vez tenia en brazos a su hijo de un año Zuko.

- Padre, Cuñada Umi y Sobrino LuTen - Miró a Azulon y a los dos individuos a su lado - Les presento a la Legendaria Guardiana del Avatar, quien los monjes predijeron que Descendería del Avatar más cercano, es decir el Avatar Roku - Anunció mostrando con orgullo a su pequeña hija, quien chupaba su dedo ignorante de lo que ocurría a su alrededor.

- ¿Cómo estás tan seguro de que es así, Príncipe Ozai? - Cuestionó Azulon arqueando una ceja y su hijo frunció el entrecejo.

- Mírala a los ojos, Padre, y verás que lo que digo tiene veracidad - Pidió Ozai, sintiéndose humillado.

Antes de que el Señor del Fuego dijera algo, un guardia anunció la llegada del Príncipe Heredero Iroh.

Todos, menos el Señor del Fuego, hicieron reverencia cuando él Principe Iroh llegó al lugar haciendo una reverencia hasta el suelo hacia su padre, quien sonrió con orgullo al ver el bulto en sus brazos.

- Dime, hijo mío, ¿Has tenido éxito en la misión que te dí? - Demandó de manera amable, después de todo ese hombre era su orgullo y lo amaba muchísimo.

Ozai miró perplejo a su padre, ¿Su hermano había sido enviado a una misión secreta? Se sentía traicionado.

- Así es, Padre, he logrado encontrar a la niña Guardiana de la que habla la leyenda - Dijo con orgullo Iroh mostrándole a la niña.

Ahora Ozai estaba completamente indignado ¿Iroh estuvo en búsqueda de un Guardián del Avatar?, no, peor, ¿Azulon estaba orgulloso de esa hazaña, cuando él engendró uno?, Se sentía furioso.

- ¿y como estás tan seguro de que la niña es una Guardiana? - Cuestionó Ozai sin contenerse, haciendo sonreír a su hermano, quien lo miró sin entender su furia repentina.

- Hijo mío, con ver los ojos de la niña te darás cuenta - Casi se burló Azulon, señalando a la niña de ojigris.

- Ni siquiera se sabe quién la engendró, en cambio Izumi es hija mía, por lo cual debería tener ojos ámbar, oro o negros, pero en cambio sus ojos son de color verde - Reclamó Ozai levantándose de su lugar con su hija en brazos.

- Siéntate, Príncipe Ozai - Ordenó su padre y esté, no tuvo más que obedecer. - Ambas niñas son Guardianas del Avatar, y me enorgullece que mis hijos las hayan hallado y procreado, Una fiesta se llevará a cabo en honor a ustedes, luego de que esas niñas dejen de respirar - Anunció el Señor del Fuego horrorizando a las mujeres presentes y a Iroh

- Padre, no, no quiero que está niña muera - Objetó Iroh, mordiendo su labio nerviosamente, mientras miraba a Umi, quien tenía ojos suplicantes - Yo la criare, Padre, esa niña servirá a la Nación del Fuego fielmente y cuando el Avatar aparezca lo aniquilara - Aseguró apretando entre sus brazos a la ojigris, que lo estiró su barba.

Ozai abrió la boca sorprendido, ¿Criar a un Guardián del Avatar?, se suponía debían matarlos, como él planeaba hacerlo, razón por la que Ursa tenía ojos llorosos y una mejilla lastimada. La había golpeado cuando ella quiso negarse al destino de la pequeña, ya bastante tenía con Zuko para que ella siguiera molestando con dejar vivir a sus hijos

- ¿Estás seguro, Hijo mío? Me parece está una idea estupenda, digna de un futuro Rey - Lo halagó Azulon y Iroh sonriendo haciendo una reverencia.

- Le agradezco, Padre, la niña desde ahora será mi hija y le será fiel a usted por toda la eternidad - Aseguró y su hermano celoso levanto a su hija en dirección a su padre.

- La Princesa, sangre suya, le será aún más fiel y será quien masacre al Avatar cuando esté dé la cara - Aseguró y su padre asintió sonriendo mientras miraba a su nieta, quien aplaudía.

- Estoy seguro, de que ambas niñas serán mi orgullo, y que servirán al Señor del Fuego con fidelidad - Aseguró levantándose del suelo para acercarse a ambos hijos con bebés en brazos. - Desde hoy, bautizo a mi nieta biológica como la Princesa Izumi, hija del Príncipe Ozai y mi nieta amada - Apoyó su mano en la frente de la niña que frunció el entrecejo - Y a la Princesa Sygin, hija adoptiva de mi Primogénito el Príncipe Heredero Iroh, pero no menos importante o querida - Tocó con suavidad la mejilla de la ojigris que sujetó su mano sonriente.

Así el destino de ambas niñas había sido marcado, hijas de hermanos enemistados y destinadas a odiarse. Lyra había dejado de ser la Princesa de la Tribu Agua del Norte y pasó a ser la Princesa Sygin, hija del Príncipe Heredero al Trono y General de la Nación del Fuego Iroh.

¡Me gustas, Tonta! [Zuko, Avatar: la leyenda de aang].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora