cap. 2

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Killcamp, ese era el nombre del pueblo, y aquel chico me llevó a una extraña cabaña, que parecía abandonada, justo al lado del letrero, frené mis pies sin darme cuenta, y el chico me miró extrañado. -¿Qué pasa?, ¿tienes miedo?- simplemente asentí en respuesta, tragando saliva. -Puedes hablar, no te voy a comer- -Ya perdona, es que este pueblo me da una sensación muy raro y justo este sitio tan alejado al que me has traído no me transmite mucha confianza, y menos aún si no te conozco y ni siquiera se como te llamas.-

Él me miró  con una ceja alzada y una pequeña sonrisa que salía desde la comisura de sus labios. - Mi nombre es lo menos importante aquí, y no tengas miedo, no te voy a pedir que confíes en mi porque eso ya lo harás inconscientemente, solo hazme caso, si estás aquí y ya nadie te ha hecho nada, debes estar mínimamente tranquila.- EL chico se empezó a adentrar en la vieja cabaña,  desconfiada y temblando le iba siguiendo el paso, pero me paré justo en el marco de la puerta, sorprendida por completo por lo que estaba viendo. -Vamos pelirroja, entra-

Más calmada entré, realmente me quedé sorprendida; me lo esperaba completamente diferente, ¡eso era enorme!, estaba todo ordenado, suelo de mármol, paredes grises, grandes ventanales que no se observan desde la fachada, ¿Cómo es eso posible?, es como la casa de mis sueños, yo creía que todo iba a ser diferente. -¿Qué pasa?- me preguntó al verme la cara. -Nada, solo que me esperaba esto mucho más diferente, ¿sabes?, con humedades, la madrea rota, sin ventanas, suelo chirrioso, bueno, típica casa de una película de terror.- Él solo me miró con burla en la cara, no se que le parecía gracioso la verdad, no me pensaba que esto fuera tan asombroso.

-Y bueno, ¿vives aquí chico misterioso?-Una risa leve salió de su boca, lo que hizo que me estremeciera, su risa es realmente bonita.-Sí, vivo aquí, y ¿chico misterioso?, no, aquí la misteriosa eres tú- Decidí no responder porque la verdad es que sí, a ver, no soy misteriosa ni mucho menos, de hecho soy muy predecible, pero dentro de lo que cabe soy una extraña para él, creo. -Oye, ¿puedes decirme tu nombre al menos?, tendré que llamarte de alguna forma- Supongo. -Ya te dije antes que mi nombre era lo de menos, hay que centrarse en cosas mas importantes.- 

Vale, y después soy yo la misteriosa, ¿Cómo llamo yo a éste chico?, ya lo averiguaré, soy demasiado inquieta como para quedarme con la duda, no me gusta el misterio, aunque ahora mismo estoy rodeado de ello.

-Tranquila, ya encontrarás alguna forma de llamarme, no te preocupes por eso- Esta vez parecía que su tono de voz era como más relajado y serio, asique decidí dejar de insistir, si no me lo quiere decir será por algo.

-Oye tú, y, ¿puedo saber que hago aquí?, digo, en tu casa, o lo que sea esto- Me miró y me invitó a sentarme para responde. - A ver, esta no es mi casa, yo vivo en una casa en la plaza del pueblo, pero paso más tiempo aquí, es como un lugar seguro y alejado de todo el mundo, y parece que a ti no te gusta mucho la sociedad, y es obvio que no tienes donde quedarte. Todos al principio necesitan ayuda.- Bueno, por ahora es lo más razonable que ha salido de su boca, y pensándolo bien, este chico es muy inteligente, parece que sabe como soy o que me conoce de hace siglos.-Yo no estaré aquí todos los días, vendré de vez en cuando para ver que todo este en su sitio, vivirás aquí todo el tiempo que necesites, si no tienes una mejor opción.- No sé por qué me decía eso sinceramente.- Oye, ¿por qué me ayudas?, no me conoces de nada.- Me miró de reojo y se dirigió a la puerta. -Haces muchas preguntas, adiós pelirroja.- Y sin decir nada más salió por la puerta.

Me veía sola en esa casa, no me molesta para nada la soledad, pero no me gusta estar en un sitio que no conozco y menos en este pueblo. Voy a investigar todas las habitaciones y las salas de esta casa, aunque lo único que quiero es encontrar un cuarto para poder descansar un poco; sin darme cuenta con ese chico el tiempo pasó demasiado rápido, son las nueve de la noche y aún no comí nada. Después de encontrar una habitación, deshice la maleta, coloqué algunas cosas y busqué la cocina, estaba hambrienta, aunque no se si habría algo para comer.

(...) 

Después de haberme comido una simple tortilla, fui al baño para ducharme e intentar dormir un rato. Siento que me queda mucho que avanzar aún, aunque tenga ayuda de este chico creo que tampoco me explicará  mucho o no me dirá exactamente lo que quiero oír.

Intentando dormir sin lograrlo muy bien, me despierto a las cuatro de la mañana, ya que escuché un golpe un poco fuerte; el corazón me va a mil, los sudores fríos recorren mi frente y no puedo evitar tener miedo. Me levanto de la cama, enciendo la luz del cuarto, y cojo lo primero que tengo a mano, una percha; bajo las escaleras para ver que hay en la casa, lo que sea que haya entrado podría estar escondido o acechándome en cualquier parte. Me sentía indefensa y las ganas de llorar no abandonaban mi cuerpo, vi una leve luz, como si se tratase de una vela, en la cocina; me dirigí lentamente hacia allí, yo vi esto en las películas de miedo y creo que no tendría que ir allí, pero una atracción rara hace que no pueda parar de avanzar, estoy confundida y asustada a la vez.

Estaba casi en el marco de la puerta de la cocina, y como no, mi torpeza me hizo fallar, tropecé y me caí, haciendo bastante ruido ya que solté un gemido de dolor. La luz de la vela iba cada vez acercándose más a mi, levanté la vista y ahí estaba...


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Bueno, este capítulo un poco más largo que el otro, espero que os vaya gustando, estoy intentando poner toda mi dedicación y tiempo posible. Hasta la próxima...

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