cap. 3

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El corazón me latía a mil. -¡Qué haces!, ¡Me has asustado!-Me miró con una cara de burla y se empezó a reír. -Te recuerdo que aunque no viva aquí esta cabaña me pertenece, y ya te dije que aquí no te deberías asustar- Respondió entre risas. Si claro, entiendo que sea su casa y todo pero ¿Qué quiere que piense? estas no son horas.- Ya misterioso, no me habría asustado si no fuesen las cuatro de la mañana, estas no son horas.- Me miró incrédulo, me extendió la mano para ayudarme a levantarme, y sin decir ni una sola palabra entró de nuevo a la cocina. 

-Oye yo me voy al cuarto, no he dormido bien y quiero poder descansar-. Sin esperar respuesta empecé a dirigirme a la escalera para subir, pero cuando iba a pisar el primer escalón su voz me interrumpió de nuevo, -¿Quieres que me quede esta noche?, parece que estas asustada, y ya no sólo por mi, se que no has dormido bien- Me sorprendió esa iniciativa, no creí que me fuese a decir eso, no sé que responder, a ver, tiene razón, me da miedo este pueblo y realmente estoy nerviosa.

-Si no te molesta la verdad que te lo agradecería, pero ¿Cómo sabes que he dormido mal?, ¿me has estado espiando?- Me volvió a mirar con burla y riéndose, no sé porqué pero su risa hace que un escalofrío recorra todo mi cuerpo, esos rizos, esos ojos, tenían algo que me gustaba. -Que egocéntrica eres, no, no te estaba espiando, de hecho, no me importa lo que hagas o lo que te pase- Esa declaración sinceramente me sentó mal, no sé por qué, es normal que diga eso, no me conoce de nada -Asique no, no te espío, escucho lo que dices, y antes en la puerta de la cocina dijiste que no pudiste descansar.- Es cierto, que estúpida soy.

-Entonces ¿te quedas o no?- esquivé la conversación porque se empezó a crear un ambiente incómodo, -¿Quieres que me quede pelirroja?- Me daba vergüenza decir que sí, asique sin mirarle a los ojos asentí.- De acuerdo, dormiré en el cuarto que esté libre- De nuevo se dirigió a la cocina, no sé para que y tampoco me interesa mucho, y yo fui otra vez al cuarto donde estaba antes.

(...)

Esta noche ha sido muy rara, no pude descansar bien ni dormir en casi toda la noche, eran las nueve de la mañana y tenía un poco de hambre asique bajé a desayunar, si es que había algo. Al bajar en el salón estaba sentado él, no se en que momento había bajado; sin saludar ni decir nada fui a la cocina, la verdad es que ahora mismo no tenía ganas de hablar con nadie, mis padres no me habían mandado ni un solo mensaje, y aún sigo sin saber que hago aquí-

-Hola a ti también- Dijo con una voz ronca, como si estuviese recién levantado o como si no hubiese hablado en mucho tiempo. -Adiós- respondí, que se diese cuenta que no tenía ganas de hablar ni ánimos para ello.-Veo que alguien tiene mal despertar, tienes genio.- ¿Perdona?, este chico me pone de los nervios, y sigo sin saber como se llama-No, genio no, y mal despertar tampoco, de un día para otro estoy en un pueblo, sombrío y frío, sin conocer a nadie, sin un solo mensaje de mis padres, sin nada, no se que hago aquí, no se que tengo que hacer, y ni siquiera se quién eres, es normal que esté así- 

Por una vez el chico me miró con comprensión, como si hubiese pasado por lo mismo que yo, -Se que no es fácil pelirroja- Le interrumpí, -Alina, me llamo Alina- - Muy bien, Alina, lo que decía, se que no es fácil y tienes mucho que asimilar, pero tienes que agradecer que te has topado conmigo y no con otra persona, ¿sabes?, este pueblo puede ser muy tenebroso y todo lo que quieras, pero hay gente "normal"- ¿normal? no se qué es para él normal, pero tiene razón, le estoy hablando como si tuviese la culpa de todo, él lo único que está haciendo es ayudarme. -Sí, tienes razón, disculpa, voy a desayunar- No esperé respuesta y fui a la cocina, sentí que él venía detrás de mi, -Si quieres después de desayunar te llevo a dar una vuelta por el pueblo, al menos así lo conoces algo más, te presento a algunas personas que son decentes, y te advierto de todo de lo que te tienes que cuidar-

Le miré y asentí, no me parecía mala idea, quizás así conseguía conocerle algo más, saber su nombre, y descubrir alguna cosa nueva; siento que estoy aquí por algo, a ver, es obvio que es por algo ya que por gusto desde luego que no.

(...)

En la calle hace un día sombrío, pero el aire es cálido, no me esperaba que existiesen días así aquí. -Oye pelirroja-, le miré en respuesta, -¿Estás mejor?, no es que me importe, pero por saber- Al decir eso su voz tembló un poco, me pareció algo tierno porque parecía nervioso, quizás es impresión mía, pero siento que ésta vez si está preocupado por mi, o al menos que se interesa algo.-Sí, un poco, gracias- Sonrió -De nada, y oye, se que sigues pensando en eso de mi nombre, ya te lo diré, tienes que entender que esto no es tan fácil como parece.-¿El qué no es tan fácil?, ¿saber su nombre?- Pero ¿Por qué no?, no es tan difícil saber como te llamas, ni decirlo, de hecho ayer te lo dije yo.- -Tú puedes hacer lo que quieras Alina, pero yo no, ¿sabes?, creo que eres lo suficientemente lista para saber que tú estás aquí por motivos específicos, y por ello no es tan fácil.- Tiene razón, y con esa respuesta ya se que tengo varias cosas que hacer pero necesito ayuda para al menos saber como empezar.

-¿Sabes algunas cosas de las que tengo que hacer?- me miró y asintió-Lo se todo pelirroja, pero no te puedo ayudar mucho, al menos no con todo-, en parte lo comprendía, pero con algo supongo que podría ayudarme, -¿Pero puedes ayudarme con algo?, por muy mínimamente que sea, por favor, no se por donde empezar, estoy un poco desesperada.-

-Sí, te puedo decir una cosa...-

La respuesta que me dio tampoco me ayudó mucho, ¿Qué podría hacer yo allí?

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Bueno, ¿Qué os va pareciendo? espero que os guste,, tengo pocas vistas pero espero que con el tiempo vaya cautivando a más personas. <3

MisteryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora