Se Dice De Mí (Kiribaku🧡❤️)

Capitulo 10: Afrodisíaco

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Bakugo

—Ni siquiera sabes dónde diablos vivo ahora —Escupí mis palabras, desde el asiento de copiloto, con los brazos cruzados.

—Pues para eso estás aquí, solo dime por dónde voy.

No le di el gusto de responder.

En mi cabeza, ya había imaginado mil formas de estrellar el auto, sin importarme que yo estuviera adentro.

El arranque del motor rompió el silencio. Las palabras se redujeron a meras indicaciones, un intercambio frío y mecánico para guiar su conducción.

—¿Por qué demonios estoy en tu maldito auto?

—Porque si no te subías, iba a reemplazar a Red Riot por Mt. Lady como tu compañera de patrulla.

—Eso no, idiota. ¿Me arrastraste hasta aquí solo para tenerme sentado como un tonto?

—Quería esperar a que llegáramos para hablar con Red Riot también.

—Si tanto querías hablar con los dos, podías haber esperado hasta mañana. Él ni siquiera ha llegado a casa.

—Su patrullaje terminó a las once.

—Sí, genio, pero Eijiro se fue a tragar con unos inútiles. Seguro que no vuelve hasta la noche.

Entre el zumbido del motor y el murmullo de la ciudad nocturna, mi mente no dejaba de dar vueltas. ¿Qué se creía este tipo? ¿Acaso pensaba que podía manejarme a su antojo? Cada segundo en este auto era una tortura, una prueba de paciencia que no estaba dispuesto a tolerar.

Rock Lock ignoró mis últimas direcciones, giró en una calle oscura y aceleró la velocidad.

—Por aquí no es.

—¿Qué les dijo Cyberhack?

—¡¿Eso era lo que querías?! Idiota, ¿Acaso me ves cara de tu puto payaso personal o qué?

—Tal vez ustedes sean unos inútiles para mantener la boca cerrada, pero yo no. La oficina está plagada en cámaras, testigos, espacios públicos; era el lugar más estúpido para discutir algo tan delicado. ¿Y qué? ¿Esperabas que nos viéramos tomando un café y murmurando como dos comadres mientras tenemos un escándalo sobre nuestras cabezas?

—¡Pero no tenías que hacer todo este estúpido acto! ¡Por un momento pensé que esto era un secuestro!

—No, tranquilo, si intentara secuestrarte no te darías de cuenta.

¿Eso era una amenaza? Sonó muy casual para ser enserio.

Sus palabras, lejos de reconfortarme, me hacían perder las pocas gotas de paciencia que podía ofrecerle.

—Ajá.

—Entonces, ¿Qué les dijo?

—Nos pidió unos archivos sobre una liga de villanos anterior. Pero creo que a ese idiota le falla un cable. Jamás, en toda la maldita historia de los héroes, ha existido otra liga de villanos.

El bastardo greñoso no despegó la vista del parabrisas, mirando fijamente un punto. Supongo que estaría pensando , pero se me hacía raro que su reacción sea tan vaga.

Este tipo cada día era más raro.

El carro aparcó frente a mi edificio y yo me bajé en un parpadeo, harto de verle la cara a este energúmeno.