Narrador omnisciente:
Habían pasado 9 años desde el nacimiento de la última miembro de la familia Keyser-Crouch, era el verano de 1991, las risas y ocurrencias se escuchaban por toda la mansión Keyser.
Dos niñas pequeñas, corrían juntas por el jardín, de aquella gran casa, mientras un niño las perseguía, eran los tres hermanos Keyser-Crouch de quienes se trataba, un trío de hermanos ocurrentes, cariñosos, felices, inteligentes.Dos figuras los miraban con una sonrisa desde el interior de aquella casa, era la silueta de una mujer y un hombre, eran Elijiah Keyser y Olivia Crouch, de quienes se trataba, ambos observaban a sus hijos, con una mirada de dulzura y amor incondicional. Para ambos, sus hijos eran las estrellas que iluminaban el mismo cielo.
Habían pasado toda la tarde jugando aquellos tres hermanos. Regresaron al interior de su casa, pero justo antes de entrar, dos lechuzas llegaron y dejaron caer dos cartas, los tre se miraron y supieron lo que significaba.
Emocionados, los dos mellizos se miraron y corrieron hacia sus padres, su pequeña hermana los seguía emocionada.-Mamá, papá, ¡llegaron! ¡Las cartas, están aquí!- una pequeña Maia de 11 años, corría en dirección a sus padres.
-Mai, tiene razón, llegaron las cartas, Hogwarts nos acepto, iremos a Hogwarts.- su mellizo Reigel, gritaba de emoción junto a ella.
-Papi, mami, Reig y Mai, ¿se irán lejos?- una pequeña Lynx de 8 años, se encontraba abrazada a las piernas de su padre. Lo miraba con ojos de temor, si ellos se iban, con quien estaría, para ella sus hermanos lo eran todo.
-Los niños irán a Hogwarts, Eli, no puede ser.-Olivia Crouch, miraba a us esposo con una sonrisa en el rostro.- irán a Hogwarts, por fin estudiarán magia sin regla alguna, conocerán aquel lugar donde nos enamoramos.- mientras decía aquellas palabras, Olivia se acercó a su esposo y lo abrazo por detrás, mientras le daba un beso en la mejilla.
-Wuakala, yo no quiero ver eso, podrían dejar de demostrar afecto en nuestras caras.- el pequeño Reigel miraba a sus padres con cara de asco fingida.
-Reigi, deja a mamá y a papá, iremos a Hogwarts.- Maia estaba totalmente emocionada, desde que tenía memoria, su padre le había contado acerca de su estadía en Hogwarts, desde que escucho aquellas historias, supo que quería pertenecer a aquell escuela. Su casa de Hogwarts favorita siempre había sido Ravenclaw, le llamaba la atención aquella casa por tantas cosas, desde pequeña su color favorito era el azul y de pequeña solo relacionaba aquella casa de Hogwarts, con su color favorito.
Había pasado una semana, desde que aquellas dos lechuzas habían dejado caer las cartas de aceptación a los mellizos.
Ambos niños se encontraban totalmente emocionadas, hoy irían al Callejón Diagon a comprar todas las cosas para Hogwarts.
La emoción era tanta que ambos se habían despertado desde las 6 am, habían hecho esto porque no querían perderse nada de lo que él Callejón Diagon tenía para ofrecerles.-MAMÁ, PAPÁ, YA BAJEN.- Maia le gritaba a sus padres desde la estancia de su casa, se encontraba desayunando con sus hermanos, entre los tres habían hecho panques, el plato favorito de los tres para el desayuno.
-Andromeda no debes de gritar, solo hay un piso de diferencia y tu voz si que es fuerte.-su mellizo la regañaba por haber gritado tan fuerte, aunque no lo admitiría frente a ella, le agradecía por hacer que sus padres se apuraran.
-Reigi, no me regañes por hacer que ellos dos se apuren, tu más que nadie sabe cuanto quiero ir a Hogwarts.- ella lo miraba tratando de buscar un poco de comprensión en los ojos de su mellizo.
Se encontraban los mellizos tan absortos en sus pensamientos y en la pequeña riña que estaban provocando, que no sendieron cuenta cuando sus padres se sentaron a su lados. La única que e lo noto fue la pequeña Lynx, ella solo podía aguantar la risa que deseaba escaparse de su boca.
ESTÁS LEYENDO
𝐋𝐀 𝐁𝐀𝐋𝐀𝐃𝐀 𝐃𝐄 𝐔𝐍𝐀 𝐄𝐒𝐓𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀 - 𝐓𝐡𝐞𝐨𝐝𝐨𝐫𝐞 𝐍𝐨𝐭𝐭
Fanfiction¿Qué sucede cuando una estrella se apaga? Esa era la pregunta que tenía constantemente Maia Keyser, sin darse cuenta un italiano probablemático respondió aquella pregunta, aquel día que la estrellas cantaron, ese día que sonó La balada de una estrel...