Capt. 5: Guarrazos por Todos Lados.

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"- Te quiero...-dijo Brais.

- Yo también te quiero...-le dije con todo el odio del mundo- MUERTO.

Me abalancé sobre él..."

Me desperté sobresaltada. Qué pena que no haya visto lo que le acabo haciendo. Espera un momento... ¿me acuerdo de lo que he soñado?

- "¡Hey bitches! ¡Hey niggas! ¡Hey bitches niggas! ¡Hey niggas bitches!"-canté mientras bailaba mi baile de la felicidad en la cama porque me daba una pereza MONUMENTAL levantarme.

De todas formas, ahora que me daba cuenta, estaba todo muy oscuro y no veía un carajo, así que no pensaba arriesgarme. Por cierto... ¿por qué está todo oscuro? Busqué a tientas mi móvil. Estaba encima de él.

¡¡MIERDA!!

Eran las una de la noche, no he comido nada desde el desayuno de esta mañana, y no he hecho la tarea... bah, eso da igual. "Seguramente me he despertado por los retortijones" pensé. Intenté con la luz de mi móvil levantarme y no pegarme un guarrazo mientras intentaba llegar al interruptor de la luz.

No hubo suerte.

Tropecé con algo parecido a una camiseta y caí de boca al suelo. ¿Muy gracioso, verdad? Pues no, no tiene nada de gracia. Por suerte, fui yo la única que se lesionó y mi móvil seguía vivo así que al menos veía algo. Intenté levantarme y me caí de nuevo con la misma camiseta. Que pro soy. Esta vez me caí a lo "I believe I can fly" aparte de que me di un cabezazo contra la pared. Me dolía mucho pero logré levantar un brazo, mierda que no llegaba. Imaginaos esto: una habitación mediana con ropa tirada por el suelo a oscuras con una chica medio dormida, medio lesionada en el suelo con la cara todavía aplastada contra la pared pugnándose por llegar al interruptor de la luz. Menuda combinación. Al fin llegué al interruptor.

- ¡Oh, no! ¡Luz solar!-me quejé.

Me di la vuelta y me senté despatarrada en el suelo. Ahora que me daba cuenta, tenía la boca pastosa. Hice un último esfuerzo y fui a la cocina. Milagro del señor que no me pegara una ostia, aunque estuve a punto varias veces. Allí bebí agua, comí un trozo de pan y, lo más importante, lo que daba de la lata de leche condensada. ¿Qué? No me miréis así. Sé que si sigo así, me pondré como una morsa pero no tenía ganas de hacerme nada. Me dispuse a subir las escaleras. No hubo tanta suerte como en la bajada. Resbalé y caí de boca mientras bajaba las escaleras. La guindilla del pastel fue cuando, al terminar las escaleras caí de culo. Me dolía tremendamente la lengua. Noté un sabor metálico. Genial: estaba sangrando. "Habrá sido el karma." pensé. Escupí sangre al suelo de mala leche. Me mentalicé y estuve un rato escupiendo sangre mientras gruñía. Logré levantarme como pude. Subí la escaleras esta vez sin ningún percance. La luz de mi habitación estaba encendida. Escupí otra vez y entré. Dentro estaba mi hermano. Y, o era yo, o mi habitación estaba más desordenada que antes.

- Hoa.-dije.

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh!!!!!!!!!-ya sabéis lo que hizo.

- ¿É paha?-le pregunté. Traducción: ¿Qué pasa?

- ¿¡Quién eres!? ¿¡Dónde está Eider!?-preguntó histérico.

- Oy o ahe.-dije intentando mantener la calma. Traducción: Soy yo Jace.

- ¿¡Cómo sabes mi nombre!?-mi hermano estaba realmente aterrado.

- ¡Giipolas!-grité perdiendo los papeles-¡E oy u ermaa! Traducción: ¡Gilipollas! ¡Qué soy tu hermana!

Se oyó a un perro aullar y a un gritar que eran las dos de la mañana y que como siguiéramos así, llamaría a la policía.

- ¿E-enserio eres tú?-preguntó.

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