Habían pasado ya unas semanas. Ya me había puesto al día medianamente con los exámenes y, de hecho, no lo había hecho nada mal. Todo el mundo estaba impresionado por ello. Si es que YOLO.
Por otro lado, veía a Joel cada día peor. Encima, cada vez que trataba de estar un rato a solas conmigo, aparecía Angie de la nada y quería hablar conmigo a solas. Qué coincidencia más repetida.
Así que no paraban de marearme. Ya enserio, me estaban agobiando demasiado.
X*X*X
Estaba en mi habitación, sentada en la silla, elaborando una lista de posters que quería poner en mi habitación, pues mi madre iba -al fin- a cambiarme el color de las paredes de mi habitación y había accedido a que pusiera posters en la pared.
- Revisemos.-murmuré- Los posters de: Tokyo Ghoul, Death Note, Three Days Grace, Imagine Dragons, FullMetal Alchemist, Naruto, Assassination Classroom, A Day To Remember, Green Day y los carteles de recompensa de: Luffy, Sanji, Chopper y Ace.- "Ojalá Sabo tuviera uno." pensé no por primera vez- Y si se puede, uno de Harry Potter.
Bien, estaban todos. Me levanté y fui a la habitación de mi madre, donde estaba tumbada en la cama puesto que aún no podía hacer gran cosa.
Llamaron a la puerta justo cuando salía de mi habitación. Me extrañé. ¿Quién leches sería a las once y media de la noche?
-¡Ya voy yo!- exclamó mi hermano a quien le habían dado ya la libertad condicional.
-¡Vale!- le contesté.
No di ni cinco pasos cuando me dijo que bajara porque estaban preguntando por mí. Bajé y fui a la puerta principal. Tal fue mi sorpresa encontrar a Joel lleno de rasguños mientras agarrándole de la mano se encontraba un niño de siete años con una brecha por debajo del ojo y moratones que pese a su estado, ni se inmutaba.
- ¿¡Qué cojones os ha pasado!?- pregunté horrorizada.
- Nada.- suspiró Joel cansado- Es peligroso para el niño quedarse en mi casa, ¿puede quedarse unos días contigo si no es molestia? Yo tengo que hacer unas cosas, luego me lo llevaré y ya no te molestaré más, tranquila.- me quedé muda completamente; era incapaz de reaccionar. "¿Qué demonios le había pasado?" era lo único en lo que era capaz de pensar.
Soltó bruscamente la mano del niño para coger la mía; el pequeño ni se inmutó y siguió mirando al suelo.
- Por favor, Eider.- dijo en tono de súplica.- No acudiría a ti con mis problemas si no estuviera completamente desesperado. Por favor.- añadió con un hilo de voz- No tengo a nadie más.
Yo no sabía qué hacer. ¿Era realmente Joel? Nunca, en los meses que llevábamos siendo amigos, lo había visto tan hundido.
- Puede quedarse.- dijo mi hermano seriamente
- ¿¡E-enserio!?- preguntó Joel, con un nuevo brillo en la mirada, el brillo de quien ha recuperado la esperanza.- ¡M-mu-muchas gracias!
- Con una condición.- reaccioné- De que tú también te quedes.
- Eso no es necesario -dijo con cara de circunstancias- Con que Keith esté lejos de mi madre, es suficiente.
- ¿Así que ha sido tu madre la que os ha hecho esto? -pregunté.
- Algún día te lo contaré todo, te lo prometo. -respondió efusivamente- Os lo dejo a vuestro cargo. Yo tengo cosas que hacer. - y se fue por donde vino, sin permitirme decirle que iba con él.
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VIVENCIAS
Novela Juvenil-¿Quieres saber mi frase?-le pregunté animada. - No.-respondió él. ¿Por qué lo hace todo tan difícil? -Te la voy a decir de todas formas.-hice una pausa- "Trollear o no trollear, esa es la cuestión." - ¿Enserio?-preguntó divertido y prepotente.-Dema...