Prólogo

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Los gemidos se hacían más intensos cada vez que el alto remataba el punto dulce del chico.

—Cr-creo que me voy a venir —gimió el rubio, manchando el abdomen del tatuado.
Sus piernas se adormecieron dejando de saltar sobre aquel duro y palpitante pene.

—Vamos, cariño, yo aún no me vengo. Sostuvo las caderas del chico y empezó a bombear con un fuerte vaivén. Escuchando los gemidos del rubio, le encantaba escucharlo. Sus movimientos se intentidicaron dándole directo al punto dulce. Le encantaba cómo su apretado agujero lo succionaba. Con un fuerte gruñido llenó aquella zona, sintiendo las uñas del rubio enterrarse en sus hombros.

Sus respiraciones eran agitadas, el pelinegro acaricia la espalda del chico mientras regulaba su propia respiración.

—Te pones romántico después de unas secciones de sexo. —Se reincorporó, viendo por primera vez el rostro del pelinegro.

—Así que prefieres que te azote y te jale del cabello.

—Sí, pero no me desagrada que luego de maltratar mi culo seas delicado.

Sus oscuros ojos miraron aquellos brillosos ojos color miel.

El sonido de un celular interrumpió el raro momento. El rubio se levantó soltando un suave gemido al sentir cómo el gran pene del hombre salía de su maltratada y mojada entrada, dándole paso al semen resbalar por sus piernas.
Recogiendo sus prendas, pensó en bañarse cuando escuchó lo que el tipo detrás del teléfono dijo.

—Señor, la Ndrangheta lo necesita en Italia.

Su cuerpo se tensó, conocía ese nombre, sabía perfectamente lo que estos eran. Le importó un carajo que el semen corriera por sus piernas, y empezó a vestirse como si no hubiera un mañana, y bueno es que no lo sabía.

—Hey a donde vas con tanta prisa, el semblante del tatuado era serio, sin ninguna pizca de emoción. 

— tengo que irme —retrocedió un paso cuando el alto se acercó a él mirándolo.

Con el teléfono aún en su oreja hablo 
—Chiamami più tardi, ho un gattino spaventoso. 

—¿Qué escuchaste? —dijo después de terminar la llamada. Estando frente al rubio.

Su voz era suave, como el viento, suave, pero frío, que al chocar con tu cuerpo te lo eriza.

Nada, —su mirada iba hacia arriba Dada la gran diferencia de tamaño — puedo preguntar cuál es tu nombre 

—Hwang, Hwang Hyunjin

Estaba jodido, conocía ese apellido, era un Hwang. Líder actual de la mafia, lo sabía hace un año. Corea fue intimidada por una nueva mafia, todos hablaban del líder y ahora él estaba frente a este, o aún peor, tuvo sexo con él.

—Te sorprende 

—Sí, un poco, pero es normal para una persona cuerdo.

—¿Tienes miedo? 

—No —dijo separándose de este. Era evidente que tenía miedo, no quería estar regado en varios países por algo que no debió escuchar. Su corazón bombeaba a mil por hora.

—Me sorprende viniendo de un niño tan pequeño y delicado —sus cabellos fueron tirados hacia atrás por su tatuada mano, le encantaba ver cómo escondía su temor o la desesperación de irse, solo hacía que su cuerpo sufriera de ondas de electricidad mandándolas a su desnudo pene.

—Sí, como sea, me largo, agarró su chaqueta, y salió de esa habitación.
Rezando a Dios, nunca volver a topárselo.










Hey que transa mis amores jejeje que les pare este pedazo de prólogo intenso verdad. Bueno ahora saben que si soy capaz de escribir cosas así muajaja.
La mafia italiana si les soy sincera me atrae mucho, más en específico la Ndrangheta. Estoy loca lo sé, por eso existe este borrador, mi cabeza es un desastre así que esperemos que le espera a está historia más a futuro.
COMENTEN, ESTOY EXIGIENDOLO

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