capitolo tre

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Hyunjin

El cuerpo de Felix eran una maldita adicción, sus gemidos gruesos y agudos resonaban en la habitación.

El chico era una bestia resistente, sus gruesos muslos apretaban mi cabeza, al estarlo chupando deliciosamente, callando sus gemidos con mis dedos entre su boca.

—Te gusta que te chupe he —sus ojos se voltearon con forme mi lengua entraba por su agujero y mis dedos eran subcionados por su boca. Mi mano libre se dirigió a su goteante pene, escuchándolo gritar al momento de tocarlo.

No es suficiente una vez o dos veces. Su culo levantado y su espalda arqueada se balancia hacia delante y hacia tras penetrandosé él solo —¡Eres muy impaciente! —Golpeando su trasero, apreté sus caderas hundiendome en él

—¡Joder, es-estas muy adentro!

—¡Ni siquiera es la mitad. Tienes que aguantarme caro mio! —diciendo eso me hundo hasta al fondo sintiendo su agujero apretarme y sus piernas temblar, nunca me cansaré de él.

[...]

—¿Que escuchaste? —Sus ojos me observaban mientras trataba de no demostrar su miedo.

—Nada

—¿Tienes miedo?

—No —dijo dando pasos hacia atras.

—Me sorprende viniendo de un niño tan pequeño y delicado —tire mis cabellos hacia atrás, me encanto ver cómo escondía su temor, o la desesperación de irse, solo hacía que mi cuerpo sufriera de ondas electricas mandandolas a mi desnudo pene.

—Espero volverte a ver. Morso delizioso.

El teléfono suena de nuevo respondiendo escucho a Minho reír

—"Un gattino spaventato que es eso un tipo de presa y depredador"

—"Si exacto (subiendome los pantalosnes cambio de lado el teléfono) Quería ver su reacción, este chico tiene potencial"

—"Aclarame algo, lo hiciste por qué volviste ahogar a Emma o porque la quieres reemplazar"

—"Eso importa, que hay de ti no ahorcaste muy fuerte al chico"
(Terminando de vestirme salgo de esa habitación)
Encontrémonos en el auto" (terminando la llamada salgo de ese ruidoso bar llevándome un rico sabor de boca.

[...]

Los negocios salieron bien a lo acordado, Prieto hizo su parte. Yo le habría paso en corea el me daba mercancía. Ganar con ganar.

Corea es tan delicada que no fue difícil apoderarme de empresas y extender mi dominio. Pero ver a ese enfermero menearse al son de la música despertó mi dormido pene.

—¿Que tanto piensas? —Los ojos de Minho me observaron. Oscuros penetrantes, llegando a intimidar, pero no a mí.

—¡Joder ese rubio! —Suspire acomodando mi pene entre mis pantalones.

—¿Quieres que lo secuestré?

—No, déjalo unos días más.

—Como va el traslado de la cocaína hacia los rusos.

—Perfecto

—Bien, esperemos que Nikolai haga su parte.









Ya se que es corto y repetido pero es como recordando el pasado.
Ya los demás serán presentes. Ya saben si quieren capítulos seguidos comenten y dejen estrellitas.


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