Me desperté en la enfermería y no recordaba cuando me había quedado dormida. Intenté levantarme pero me dolía mucho el cuerpo. Entonces los recuerdos de la noche anterior me golpearon, afectando a todo mi sistema nervioso. La oscuridad, nuestras respiraciones profundas pero lo que más me afectó fue recordar cómo me calmó.
Tocaron a la puerta, era Amanda.
—¿Cómo estás? ayer te desmayaste por el camino.
—He estado mejor, oye ¿vistes a Caleb?
—Si, salió unos minutos después de ahí, estaba muy raro y no nos dirigió la palabra en ningún momento— me miró preocupada y se acercó a mi—¿Quieres que te ayude a levantarte?
Asentí y me sujete a ella, al parecer me habían vendado la pierna cuando yo estaba inconsciente.
Llegamos a la cabaña para que me sentase en la cama. Genial hoy no podré hacer nada en todo el día ¿Por qué tenía que ser tan torpe?. Las horas pasaron y mi desesperación aumentaba, como siguiese así en vez de un campamento esto sería aislamiento. Escuchaba risas fuera, seguro que estarían jugando a algo divertido. Ya estaba harta, me sujeté a la mesa y noté que el dolor ya no era tan intenso como el de esta mañana así que despacio salí fuera.
Al asomarme vi que estaban jugando, claro que lo estaban, todos pasaban un circuito de obstáculos y después llenaban un recipiente con una esponja de agua. Resulta que había dos equipos y por su competitividad tenía que haber alguna recompensa. Divisé a Caleb descansando en una mesa y decidí acercarme para agradecerle lo de ayer, aunque al percatarse de mi presencia toda su tranquilidad desapareció de un plumazo.
—¿Qué haces aquí rarita? Piérdete.
Quizá no había sido tan buena idea como había pensado en un principio.
—Se puede saber que estás mirando, lárgate y no pongas el peso en la pierna.
No quiero tener que volver a llevarte en brazos hasta la enfermería.Así que había sido él, bueno seguro que se lo habían pedido porque era el único que estaba cerca. De repente me agarró de un brazo y me sentó dónde estaba.
—Mejor me largo yo, tú lo harías en años.
Se levantó llamando a sus amigos que seguían en el circuito y relevó a uno de ellos en las carreras. Mi mente había pegado un cortocircuito, ayer está persona me odiaba, sin embargo hoy está distinto.
Cuando terminaron el juego todos estaban agotados, el equipo ganador consiguió pedir pizza. Amanda se acercó a mí pegando saltos de alegría por la recompensa y el resto se reía de ella.Eran un grupo de unas doce personas, Amanda, Carolina que siempre iba detrás de Mateo el mejor amigo de Caleb. En cuanto a los demás, había tres chicas morenas que desconocía aún su nombre y cinco chicos, uno de ellos fue el que me habrió la puerta ayer, si no recuerdo mal creo que su nombre era Luca.
Todos se sentaron en la mesa dónde yo estaba y se tumbaron sobre ella, incluso algunos en el suelo, como no incluido él.
Le vi cerrando los ojos, estaba lleno de tierra y Mateo le intentaba levantar pero no se movía. Hablaron de los años anteriores y de los momentos que habían pasado juntos así que yo cada vez me sentía más fuera de lugar, como si mi presencia les molestase. Me despedí de ellos y busqué un lugar tranquilo dónde tumbarme para ver el atardecer. Tumbada sobre el césped cerré los ojos e imaginé que estaba en la playa hasta que noté que mi brazo se enfriaba y luego lo noté en la cara.
Me levanté del suelo y noté que estaba empapada, genial, algún gracioso me había gastado un broma.— Oye rarita te estaba buscando... ¿Qué te ha pasado?— se reía con fuerza mientras me miraba— tienes la cara como un cuadro.
Me toque la mejilla y al mirar mi dedo vi que estaba azul, tardaría horas en quitarme esto y me dejará marcas en la cara por mi piel atópica. Vaya, ahora era un pitufo andante, justo lo que yo quería, esta vez se había pasado.
—Has sido tú ¿no? Te he pedido perdón por todo y sigues con estas, desde el primer día te has comportado como un jodido plasta y me estoy hartando de ti, eres despreciable.
Lo solté con rabia, descargando todas las emociones acumuladas por el cansancio, Caleb dejó de reírse bruscamente y su mirada se tornó un tanto desafiante.
—Yo no he sido estúpida, si yo te hiciese una broma ya estarías pidiendo a tus padres volver a casa. Además tú que vas a estar harta si soy yo el que tiene que aguantar tus quejas y llantos, o no te acuerdas de la noche que me diste, encima por si no te habías dado cuenta ya te había perdonado, la verdad es que me das pena, pareces una cría —Me miró de arriba a bajo— y lo digo en todos los sentidos, como sigas así nadie te va soportar aquí.
No debió doler pero lo hizo, supongo que tenía razón, mis emociones siempre han sido bastante intensas y tenía poco autocontrol, me desespero a la mínima, es uno de mis mayores defectos, pero que te lo digan a la cara duele porque antes solo estaba en mi mente como un pensamiento y ahora lo sentía como la realidad que es.
Ni siquiera le miré, solo le aparté con un empujón para alejarme de él. Las lágrimas empezaron a caer descontroladas a medida que avanzaba buscando un sitio en el que olvidarme de todo. ¿Por qué me afectan tanto los comentarios de los demás? ¿Por qué no soy más fuerte? En cuanto mi mente empezaba a divagar no paraba, me consumía.
El grupo seguía estando en el mismo lugar, aún podía escuchar sus risas.Me encerré en el baño y me senté en el suelo. Es en ese preciso instante cuando sucede, no sabes con exactitud el porqué, ni cuándo va a parar, pero estallas, estallas en un llanto que no cesa. Con cada lágrima mi corazón se agrietaba un poco más, no aguanté el peso de mi cuerpo y cerré los ojos deseando que esa sensación de angustia desapareciese. Cuando ya no me quedaban más lágrimas abrí los ojos y me quedé en esa postura unos minutos hasta que alguien me llamó.
—Samantha, Samantha ¿estás ahí?
—Ahora no Amanda por favor.
—No soy Amanda, déjame entrar solo quiero hablar un momento.
La puerta del baño se abrió y Caleb apareció, sus ojos me miraban atentos y por un momento me pareció atisbar un poco de preocupación en ellos, pero le resté importancia seguramente estaré delirando.
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Campamento Olympia
RomanceSamantha solo quiere tener un verano normal como el resto, por desgracia sus padres tienen otros planes. Este verano tendrá que ir a un campamento a las afueras de California lejos de sus amigos, para ella será una experiencia horrible y más cuando...