La fogata

24 3 0
                                        

Entre a la cabaña con una sensación de incomodidad pero eso se esfumó al ver la expresión de emoción en la cara de las chicas.

-¡Holaa! ¿Eres la nueva verdad? me llamo Amanda y esta de aquí es Carolina -dijo con entusiasmo- No suele venir gente nueva, la verdad es que cada año somos los mismos.

-Yo soy Samantha encantada.

Coloqué mis cosas en los armarios con ayuda de mis nuevas compañeras de habitación y hablamos de todo para conocernos mejor.

Ya estaba anocheciendo y las chicas me contaron que hoy había una fogata para dar la bienvenida a todos otro año más. Pero, ¿ Con quién iría yo? No conocía a nadie, salvo a Thomas y él seguro que tiene mejores planes que quedarse con la nueva.

Amanda me sacó de mis pensamientos.

-Oye, ¿Quieres estar en la fogata con nosotras? Te podemos presentar a gente que conocemos.

-Me encantaría, gracias -dije aliviada.

Me contaron lo bien que se lo pasaban cada vez que jugaban a juegos. No había monitores, ya que las montaban ellos.
Me sentía entre emocionada y nerviosa.

Salí fuera de la cabaña para investigar un poco el lugar, pronto sería de noche y quedaban dos horas para la fogata así que sería rápido.
Había mucha gente paseando.

Después de andar un rato, no veía a nadie y ya había anochecido, supongo que había perdido la noción del tiempo mirando todo, debí haberme traído una linterna. Seguí andando pero no reconocía mi cabaña, estoy empezando a pensar que me he perdido y poco a poco el pánico va apoderándose de mí.

Genial ,¿y ahora que iba ha hacer yo?, eso es, aún tenía el móvil, llamaré a Amanda.

Cogí el móvil y marqué su número.

-¿Samantha?, ¿Dónde estás? solo quedan veinte minutos -contestó alterada.

-Esque me he perdido.

-Ostras Samntha, ¿Dónde?

Pues buena pregunta. A ver si hay algo alrededor. Me giré y vi pequeñas cabañas y una cafetería a lo lejos.

-Estoy cerca de una cafetería.
-Madre mía si que has ido lejos, voy a tardar un rato espérame y no te muevas.

Después de varios minutos vi a Amanda en la distancia.

-¡Corre! Ven, que no vamos a llegar a tiempo para la fogata.

Llegamos cansadas y riéndonos a la cabaña, nos arreglamos a toda velocidad mientras que Carolina se reía de nosotras. Me puse un vestido negro que se ceñia a mis curvas y un poco de maquillaje, las dos me miraron con aprobación y sonrieron orgullosas. Me ayudaron alisar mi pelo castaño y salimos apresuradamente de la cabaña.

Llegamos justo a tiempo.
La fogata era preciosa, estaba rodeada de árboles y había algunas luces de colores sobre ellos iluminando el lugar, en el suelo había un montón de gente en grupos jugando a juegos, algunos eran con alcohol, me pregunté de dónde lo sacarían sin que los monitores se diesen cuenta.

Seguí a Amanda y Carolina dirigiéndose a uno de los grupos, les saludaron rápidamente y me presentaron, era un grupo grande y aunque había luces, no pude identificar a todos.

Me senté junto a ellas y empezaron a jugar a reto o verdad.

-Venga las últimas empiezan, Amanda reto o verdad -preguntó un chico del círculo.

-Reto - respondió Amanda.

-Te reto a que te tires al lago con ropa
incluida-dijo una de las chicas, divertida.
Ella ni siquiera dudó y corrió hacia el lago.
Todos se levantaron siguiéndola entre risas y se mantuvieron en una plataforma de madera, viendo cómo Amanda cumplía el reto.
Algunos se quedaron sentados, la verdad es que yo tenía un poco de miedo de acercarme, ya que no sabía nadar, el campamento tenía muy pocas actividades acuáticas las cuales estaba autorizada saltarme y no me quería arriesgar.
Cómo de costumbre empecé a pensar en que pasaría si me retaban a algo parecido.

- ¿Acaso estás temblando?

Las palabras susurradas suenan tan cerca que por un momento se me corta la respiración.

Sobresaltada me giro para ver de dónde proviene esa voz, una parte de mí sabía que era él, Caleb.
Me miraba con tanta intensidad que me costaba mantener la cabeza alta.
Al percatarse de mi nerviosismo aumenta su seguridad y se acerca más a mí.
Cuando por fin logro reaccionar con palabras le respondo.

- No sé de qué me hablas- dije desconcertada, no me había dado cuenta de que temblaba, supongo que no se me daba tan bien disimular como pensaba.

- A mi no me engañas, se cuando alguien tiene miedo, pero no te preocupes, ya me enteraré- dicho esto se levanta pero antes de irse añade algo más- Por cierto a mí no me digas como debo tratar a mi prima, si me mancha con su estúpido batido tengo derecho a enfadarme, ¿no? Y no vuelvas a gritarme, odio que lo hagan, que sepas que tendré pesadillas con tu voz.

Me quedo paralizada intentando asimilar sus palabras, ¿Quién se cree que es?

Después de unos minutos los demás volvieron, Amanda estaba empapada y sonreía satisfecha. Poco a poco llegaron todos y continuamos el juego. Después retaron a Carolina a bailarle a alguien del grupo cosa que completó torpemente.
Llegó mi turno y todos me miraban expectantes.

-¿Reto o verdad Samantha?

-Verdad- respondí nerviosa, no sabría con que intención harían la pregunta.

-¿A que le temes tanto en este campamento?

Miré a mi alrededor, observando a cada persona, pero sabía exactamente quién había hecho esa dichosa pregunta.

- A nada, no entiendo la pregunta- no pensaba responder.

- ¿Enserio? Venga es una pregunta de decir la verdad - Aunque no le estuviese mirando podía notar el tono de burla en sus palabras.

- He dicho que a nada- me crucé de hombros insegura pensando en la reacción de los demás pero no le dieron importancia a que no respondiese.

La ronda siguió acompañada de risas, y al terminar la ronda paramos el juego y fuimos a cenar cerca del fuego.
Comimos brochetas y luego tostamos nubes, todo estaba increíble.
Ya era la una y todos empezamos a recoger. Entonces apagaron las luces y me dió un vuelco al corazón, allí entre los árboles no se podía ver nada, asustada agarré a la primera persona que encontré.

-Auch, ¿que haces? - él agudizó la vista intentando descubrir quién era y su linterna me delató -Anda pero si eres tú, ¿te has encariñado ya de mí rarita?

Le solté el brazo rápidamente avergonzada y salí disparada de allí.

Campamento Olympia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora