Se quedó inmóvil mirandome a los ojos. Sentía impotencia ¿Qué se cree que hace? Me dice de todo sin siquiera conocerme y ahora viene a ver cómo estoy.
—Fuera de aquí, ya.
Mi tono era a modo de advertencia, pero a él no parecía importarle.
—Oye mira no quería reaccionar así yo solo..
—Que te calles y te vayas, ¿acaso no te das cuenta de que no me importas? así que tú opinión mucho menos.
—Tú estado dice lo contrario rarita, déjame hablar contigo.
Negué con la cabeza ¿Rarita? A este se le va. Notaba cómo su paciencia se agotaba y empezaba a ponerse nervioso pero a mí eso me da igual solo quiero perderle de vista.
Aún seguía recordando su mirada repasandome con una sonrisa, burlandose de mí, de mi cuerpo. Me crucé de brazos al notar que me seguía observando. En cuanto noté que pensaba seguir intentandolo me levanté bruscamente y salí de la cabaña casi corriendo, no pensaba escucharlo, ya había escuchado bastante.—Ey ey ey, ¿A dónde vas tan enfada?
Esa voz..
—Mirate estás sobreviviendo, desde que te indiqué dónde estaban las cabañas tenía miedo de que te hubiese comido un oso o algo.
Me reí, le conocí el primer día y ya le tenía cariño, me acerqué y le abracé con fuerza, necesitaba un apoyo ahora más que nunca. Thomas me correspondió el abrazo y noté como sus brazos me envolvían con fuerza.
—¿Estás bien? Tienes mala cara— de repente levantó la vista un momento y su sonrisa se esfumó por segundos—¿ese tío acaba de salir de tu cabaña?— dijo apuntando a Caleb.
—Es una larga historia, por cierto ¿Dónde has estado estos días?
No me respondió, solo se quedó pensativo unos segundos y antes de que pudiese decir una palabra era la hora de cenar. Me acompañó para escoger la comida, hoy los ganadores del juego estaban saboreando su pizza mientras que el resto teníamos puré de verduras. Thomas desapareció de la cafetería en un abrir y cerrar de ojos y yo me senté al lado de Samantha. La cena fue un tanto incómoda e intentaba terminar lo más rápido posible, pero el puré dificultaba el proceso.
Minutos más tarde llegamos a la cabaña junto con Carolina. En dos horas se preparará la segunda fogata del verano y la habitación se estaba convirtiendo en un auténtico desastre, había ropa por todos lados. Esta vez cogí un top de tirantes granate, junto con unos vaqueros cortos y me puse el colgante con forma de corazón de mi mesilla. Terminamos de prepararnos veinte minutos después.
La fogata estaba exactamente igual al primer día, luces de colores por todas partes aunque esta vez había muy poca gente al haber llegado pronto. Nos unimos a los pocos que habían llegado del grupo y nos sentamos en el suelo. Hicimos una ronda de preguntas para poder conocernos mejor. Cada vez llegaba más y más gente y el grupo terminó completándose. Noté su mirada clavada en mí cuando se sentó y un escalofrio me recorrió el cuerpo. Lamentablemente empezaron a jugar a ese maldito juego de nuevo, todos estaban deseando jugar mientras yo me retorcía en el sitio.
Está vez la verdad no era una opción, lo cuál me pareció más absurdo todavía, se supone que se llama reto o verdad, no reto o prenda. Ni siquiera tenía chaqueta ¿Qué se supone que haré si no quiero el reto?
Cogí una bebida y me la llevé a los labios, de perdidos al río. La ronda se hizo eterna, la mayoría venían preparados para quitarse prendas y yo iba en desventaja.
Todos dirigieron su mirada hacía mí.Samantha te reto a que beses al chico que más te atraiga del grupo— dijo una chica rubia mientras se reía.
—Oh venga, ponerla algo más fácil, como tocar un tronco o algo así, no veis
que no se atreve— soltó Caleb.
No sé si fue el la adrenalina del momento pero me levanté de mi sitio y me dirigí hacia él. Su sonrisa burlona desapareció en cuanto me agaché a pocos centímetros de su cuerpo.
Acerqué mi rostro al suyo, notando cómo su pulso se aceleraba.
—Ya podrías disimular un poco tus ganas de que cumpla mi reto ¿No?
Entonces me giré y sin pensar en las consecuencias besé a Mateo, fue un beso lento pero corto y cuando me separé de sus labios todos se quedaron atónitos, volví a mi sitio y noté como Carolina me fulminaba, entonces fue cuando caí, mierda..Todos continuaron como si nada, en cambio yo no dejaba de pensar en ello.
Cuando estaba terminando la ronda escuchamos algunos gritos.—¡Todos al aguaaaa! — gritó un chico a lo lejos.
Genial, ahora sería definitivamente la rarita.
A mi alrededor todos se levantaron, y yo tenía ganas de irme así que recogí mis cosas y levantándome algo me chocó tan fuerte que caí al suelo de culo.—Auch, idiota mira por dónde vas.
—¿En serio has querido ponerme celoso con mi amigo? Otras Samantha, eres más patética de lo que pensaba.
—¿Ponerte celoso? Solo estaba cumpliendo el reto que dijiste que no haría, si te has sentido así no es mi problema, no me subestimes entonces.
—Haz lo que te dé la gana, yo paso de ti.
Caleb se alejó y desapareció entre la arboleda. Cuando me di cuenta estaba totalmente sola en la fogata, todos se habían ido a sus cabañas o estaban bañándose. Mi única opción era ir tras él.
—¡Caleb, Caleb espera! Corrí al lugar por dónde le había perdido de vista pero no estaba.
No puede ser no me pienso quedar dos horas aquí sentada. Cogí fuerzas y me adentré más en los árboles y volví a llamarle pero no obtenía repuesta.
A mí lado empezaba a escuchar pasos, debería haberme quedado esperando dos horas. Esa cosa se acercaba más y más. Las hojas crujieron detrás mía y yo grité a todo pulmón.—¿Qué haces, vas a despertar a todo el campamento? —dijo tapándome la boca con su mano— Soy Caleb cálmate.
ESTÁS LEYENDO
Campamento Olympia
RomantikSamantha solo quiere tener un verano normal como el resto, por desgracia sus padres tienen otros planes. Este verano tendrá que ir a un campamento a las afueras de California lejos de sus amigos, para ella será una experiencia horrible y más cuando...