CAP.04. [Helen& Arthur]

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Helen estaba revisando los cajones de su hermana cuando encontró un cajón con doble fondo

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Helen estaba revisando los cajones de su hermana cuando encontró un cajón con doble fondo.

-Uy, Hairen, que tenemos por aquí- levantó con cuidado el fondo para encontrarse con un compartimento que contenía un porro de marihuana en un tubo pequeño que sellado al vacío y de color carmesí, una caja de condones sabor cereza, un lubricante y un vibrador junto con tres identificaciones falsas con la cara de su hermana y un poco de dinero en efectivo.
La pequeña no pudo evitar tomar el dinero y la hierba, sonría como si estuviera haciendo una travesura.

El teléfono de Arthur no paraba de sonar, ganándose una mirada de reproche de la italiana.

- Disculpen, tengo que atender-salió de la sala de juntas apresurado y respondió el teléfono- Mamá, en eso estamos, aún no firma-mintió el joven mientras intentaba abrir puertas buscando un lugar tranquilo para hablar.

Al quinto intento la puerta se abrió y lo recibió con un leve olor a marihuana que lo intrigó. Se adentró un poco más y se encontró con una joven de piel pálida y cabello negro dando vueltas en una silla.

- Sí, sí, yo le digo, escucha, tengo que colgar.
- ¡¿QUÉ CARAJOS?!-la joven se apresuró en guardar rápidamente el porro- ¿Quién eres tú? ¿Q-qué haces aquí?
- ¿Quién eres tú? porque apuesto a que la bruja blanca no dejaría que nadie que trabaje aquí se vista así-el joven subió de dedo de arriba a abajo señalando las vans y las prendas holgadas de la chica.

- Te juro que si le dices una sola palabra, hago que te despi...-la chica se levantó de su silla, pensó un momento y le dió una mirada amenazadora al intruso- La bruja blanca a la que te refieres, es mi hermana y si la llamaste asi, o eres un mal empleado o eres alguien que no deberia estar aqui. ¡IDENTIFICATE!-le dió un empujón en el pecho con su dedo.

- ¡Hey, hey! Calma, fierecilla, y no, yo no trabajo para tu hermana, estoy aquí porque mi hermano tiene negocios que cerrar con ella-el joven alzó sus manos a la altura de su cabeza mientras la miraba divertido- Por cierto, ¿es tu primera vez?-señaló el puño cerrado y tapado por la manga de su campera donde la niña había tratado de ocultar la hierba- Porque se nota que no sabes hacerlo y no deberías jugar con cosas que no sabes controlar-se acercó a ella y le quitó el porro- Soy Arthur. Arhtur Leclerc, por cierto, ¿tú eres?-abrió la ventana y volvió a encender el cigarro para darle una fumada.

- Yo soy Helen Rivadelli, ¿me lo puedes devolver?-la chica se acercó a él.
-No lo sé, ya te dije que no juegues con cosas que no sabes usar-miró a la chica de arriba abajo analizando su aspecto.

Tenía una piel pálida, tal como la de la rubia con mirada de hielo, solo que la de esta niña contrastaba con su cabello castaño oscuro. Sus facciones eran finas a excepción de sus labios un tanto carnosos, lo que lo hizo pensar que esos hermosos labios eran de familia. Era pequeña y se veía frágil, casi como una muñequita de porcelana y tenía unos hermosos ojos marrones claros con grietas verde oliva.

INEFFABILE AMOREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora