Cuatro hermanas de una prestigiosa familia italiana se encuentran con distintos rumbos y cuestiones por resolver.
Entre la empresa familiar y las decisiones que deben tomar para no defraudar a su padre, parece que es imposible que el amor pueda ten...
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— ¿Segura que te vas a llevar a tu hermana?—Hernán habló sin apartar la vista del periodico— Es una jovencita muy problemática, deberías pensarlo mejor, tu estás ocupada en cosas más importantes y lo que menos necesitas es que alguien agite su paz.
— Es solo una niña y sé que no es mala, sólo necesita que se preocupen por ella—le respondió Hanna con dulzura— Además me siento muy sola en Mónaco y creo que Helen ya tiene edad para empezar a colaborar en la compañía.
— Si, puede ser, pero tu tienes una boda que planificar y si tu hermana no corrige su comportamiento—suspiró— voy a tener que intervenir, esa jovencita solo busca llamar la atención.
Hanna ignoró completamente a su padre y se quedó en silencio mirando el chat con sus hermanas.
— Cara mia—la rubia volvió a mirarlo— Espero que entiendas que esto es por tu bien y para asegurar tu futuro, casi tienes 30 años—hizo una pausa— es momento de que empieces a pensar en formar tu propia familia, un hogar—hizo una pausa— espera unos años y verás que habrás tomado la mejor decision de tu vida.
— Tengo 26 años, no 30—respondió ignorando las náuseas que sentía de solo pensar en Dante Di Renzo.
— Exactamente Hanna—tomó su mano por sobre la mesa— Tienes 26 años y nunca has presentado un novio en casa, nunca he visto que te pases horas pegada al teléfono, y ni hablar que cada vez que alguien coquetea contigo lo miras como si fuera alguien insignificante—la miró fijamente a los ojos— Quiero que te relaciones con alguien, que te diviertas, que vuelvas a casa y tengas a alguien que te pregunte cómo ha ido tu día—soltó un suspiro— quizás si le das una oportunidad puedas enamorar…
— Ya tengo que irme—la joven lo interrumpió— espero verte pronto padre— estrechó su mano para despedirse.
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— ¿Por qué Hairen y Haely no vienen con nosotras?—preguntó su hermana pequeña mientras hacía una especie de puchero— Quería despedirme de mis compañeras y pasar por mis cosas.
— Ellas se van a encargar de recoger tus cosas y llenar el papeleo del pase escolar—levantó la vista de su libro— Y puedes viajar a reunirte con tus amigas en vacaciones, o en cualquier momento, te lo prometo.