Cuatro hermanas de una prestigiosa familia italiana se encuentran con distintos rumbos y cuestiones por resolver.
Entre la empresa familiar y las decisiones que deben tomar para no defraudar a su padre, parece que es imposible que el amor pueda ten...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hanna se miraba al espejo mientras peinaba su cabello en un solo rodete, y terminaba de ponerse algo de máscara de pestañas.
— Hel, voy a salir un rato, me surgió una cena de trabajo a último momento—sacó algunos billetes de su bolso y los dejó sobre la mesa— pide algo de comida si quieres, intentaré no volver tarde—le dió un beso en la mejilla y tomó las llaves de su auto— Llamame si necesitas algo.
— Que te diviertas en tu "reunión de trabajo"—dijo la menor intentando ocultar su sonrisa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Y exactamente cuál es el problema que existe en tu yate?—preguntó Arthur mientras miraba divertido como Charles daba vueltas por toda la habitación buscando su camisa.
— Emm, no lo sé, honestamente solo fue una excusa, ya se me ocurrirá algo—respondió mirando bajo su cama— ¡La tengo!—levantó su camisa de manera triunfante para después dejarse caer en la cama.
— Charles, no entiendo por qué tu insistencia con ella, está comprometida y te ha echado de su oficina, ademas solo trata contigo porque eres parte de su trabajo, en su cara se veía que no te soportaba—soltó un suspiro al notar que su hermano no iba a ceder— Al menos deberías ponerte una camisa limpia o que no haya estado hecha un bollo debajo de tu cama.
— Arthur, Arthur, Arthur, eso lo vuelve más interesante—tomó otra camisa y comenzó a abotonarse—Tiene algo que, no sé cómo explicar, pero solo la quiero para mi—el piloto se colocó su perfume favorito y se dió un último vistazo al espejo, tomó las llaves de su Ferrari 488 Pista Spider— Nos vemos más tarde, o no, si no llego a dormir ya sabes por qué fue—le dió una sonrisa pícara y salió de la habitación rumbo a la cochera.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.