VI

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Mis padres me habian llamado aquella mañana. Había sido con la escusa de que necesitaban ayuda con algo de la computadora, pero la conversación se dirigió después a mi puesto de trabajo. Por supuesto que ser asistente personal no era el futuro soñado que tenía, pero no podía permitirme tener aspiraciones mayores cuando había estado tan cerca de quedarme viviendo en la calle. Un cuarto con algunas cosas estaba bien para mí, en especial teniendo en cuenta que vivía mejor que donde estaba antes.
Por un momento la idea de que estaba haciendo actos sexuales por dinero cruzó la mente de ambos. Negué varias veces hasta dejarlos tranquilos. Que se encontraran alarmados era algo un poco comprensible.
El día transcurrió con normalidad para mí, pero sé que algo pasó en el tuyo. Nunca me dijiste que fue lo que te hizo regresar al departamento con desición de emborracharte. Reíste de todo para luego romper en llanto. Yo solo estaba ahí, intentando entender qué pasaba y ofreciendote mi hombro para llorar.
Está claro que la mañana siguiente despertaste sintiendote pesimo. Pedias una aspirina casi con desesperación diciendo que el dolor de cabeza iba a matarte. Dejando el agua calentandose para hacer el desayuno, me encargué de buscar la pastilla que querías.
"Sé que no es de mi incumbencia lo de anoche,..." Inicié a hablar con intención de conocer el contexto.
"Exactamente. No te incumbe."
Suspiré resignada dandote lo que querías y un vaso de agua para ir a seguir con el desayuno.
"Es que me ha preocupado."
Pusé el agua en su taza a la cual ya le habia puesto dentro un saquito de té.
"No hay porque."
Sabiendo que el tema iba a quedar de lado quiera o no, dejé de insistir.
"Habrá una pequeña muestra de androides hoy por la noche. Es un evento privado de la empresa. Si te interesa puedes pasar a ver, como invitada no como mi asistente."
Dudé un momento, después de todo ese no era mi territorio. Aunque me generaba curiosidad porque sabía que allí vería grandes avances de los cuales se hablaría en los medios meses después. También fue algo que me tomó por sorpresa, no imaginaba la posibilidad de ser participe de cosas así. Por eso acepté.

Llegué a Kineros Robotics luego de que haya comenzado la muestra. Ya habían hablado las mentes detrás de lo que estaba por ver. Había varios robots interactuando con el reducido número de personas que circulabamos por la sala. Con la mirada te busqué. Sentada a un lado, sola, veías tu celular. Yo fui en tu dirección. Nos saludamos y te ofreciste a acompañarme en el recorrido. Debo decir que fue raro estar frente a esas cosas. En peliculas se teorizó mucho acerca de que tan lejos la inteligencia artificial podría llegar, siempre haciendonos sentir lejanos a ese futuro.
"¿Te ha gustado?", quisiste saber cuando estabamos en tu auto.
"Si y mucho. ¡Es increible!" En mi tono de voz se notaba que estaba entusiasmada. "Algún día quiero tener uno de esos. Cuando me compre una casa con jardín. Ya veo al androide podando las plantas."
Siempre había querido tener un hogar fijo, uno con muchas plantas y gatos.
"¿Te gustan las casas más que los departamentos?"
"Me crie en una casa, quizás es por eso."
Tú solo asentiste.
"Siempre intento ahorrar, pero jamás llego al valor de una casa. Podría considerar una en algún pueblo, pero soy más de ciudad."
"Bueno, quizás algún día yo te dé la posibilidad de vivir en una casa." Lo dijiste casualmente, de una forma que no supe si era una broma o no.
"¿En serio?"
Sonreíste sin mostrar los dientes y con los ojos en la calle perdiendote la ilusión que me había hecho oír esas palabras.
"En serio."
A la distancia pienso en nosotras y pienso que podríamos haber funcionado. Que tú podrías haber sido el amor de mi vida. Aunque también está el dolor, esa puñalada en el medio del pecho que siento cuando imagino las posibilidades.

Lirios y rosas[Venable]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora