Ley del hielo y celos.

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-Por favor, Luis, ya devuélveme mi teléfono...

Pedía Miguel mientras seguía a Luis por tod la casa, pues Luis lo había visto muy sonriente mientras se mensajeaba con un supuesto amigo, lo que despertó sus celos y simplemente le arrebató el celular a Miguel para revisarlo mientras daba vueltas por la casa con su pareja siguiéndole. No dió respuesta, solo estaba con una expresión de molestia leyendo toda la conversación.

-Luis, ya dámelo, solo es mi amigo, ¡No tenías porque hacer eso!

- ¿¡No tengo porqué!?, de seguro ocultas algo, por eso no quieres que lo revise, ¡Eres una maldita zorra de mierda!

Contestó Luis con un tono fuerte y molesto, lanzó el teléfono al sofá y se fue molesto escaleras arriba. Genial, Miguel había hecho enojar a Luis, ahora le tocaría rogarle para que se encontenté con él...

-No, Lu, espera, no te enojes...

Empezó a subir las escaleras siguiendo a su novio, se le acercó y se abrazó al brazo derecho de Luis.

-No te enojes, perdóname, ¿Sí?, perdón por hacerte enojar, no era mi intención.

Un largo silencio incómodo para Miguel hizo presencia, Luis sólo seguía caminando sin prestar atención al más bajo.

-¡Luis!, háblame, no me vas a ignorar todo el día, ¿Verdad?...


































































































La noche había caído y Miguel se encontraba hecho bolita en la cama que compartía con Luis, las lágrimas caían por sus mejillas en la fría oscuridad de la noche. Luis seguía sin hablarle y ni siquiera había querido dormir con él, se fue al sofá, era como si no existiera,  ya no sabía que más hacer para solucionar el problema que él mismo había provocado con su actitud en la mañana y estaba empezando a desesperarse... ojalá y mañana sea un mejor día.

Violentometro (Papufresco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora