-Por favor, Miguel, deja de ser tan dramático, ya te dije que entre Camila y yo no hay nada, eres demasiado celoso.
-E-es que no te creo, si eso es verdad, entonces explícame, ¿De donde sale esa foto si no es así?
Miguel estaba hablando entre sollozos, con la voz quebrada y soltando algunas lágrimas que se resbalan por sus mejillas hasta su barbilla para luego caer al suelo. El asunto es que, hace algunas horas, antes de que Luis llegara del trabajo, Samuel, uno de sus mejores amigos, le había mandado una foto en la que se podía ver perfectamente a Luis besándose con Camila, una de sus compañeras de trabajo.
-Ya te lo dije es editada, ya sabes que yo te amo a ti, ese tipo solo quiere separarnos para poder quedarse contigo.
La voz de Luis salía con un claro tono de molestia y hartazgo, su ceño estaba fruncido y ni siquiera se había dignado a ver a su pareja, tan solo le daba la espalda.
-¡Luis! Mírame, ¿En serio estás diciéndome la verdad?, es que, quiero creerte, pero esa imagen se ve muy real...
Luis se volteó y tomó a Miguel por los hombros con fuerza lastimando ligeramente a este mismo, su mirada era una de total amenaza, o al menos lo era antes de que respirara hondo para poder forzar una sonrisa junto a un tono gentil y cariñoso.
-Cariño... yo solo te amo a ti, yo sería incapaz de hacerte eso, ¿Le crees más a él que a mí?, ¿No confías en mí?
-C-claro que confío en ti, obviamente confío en ti, pero-
Luis no lo dejó terminar su frase y lo calló con un apasionado beso en los labios, lo tomó por las mejillas y secó sus lágrimas con la yema de sus pulgares.
-Miguel, te amo, nunca sería capaz de engañarte, ahora olvídate de eso, yo te amo y siempre será así, nunca voy a engañarte.
-¿De verdad?
Las mejillas de Miguel ahora estaba sonrojada y sus lágrimas eran menos gracias al falso consuelo de su pareja.
-De verdad, te amo.
Esas palabras no podían ser más falsas.