Gracias Rosa de Guadalupe por darme ideas, malas, pero ideas al fin.
Samuel y Miguel estaban platicando tranquilamente sobre cosas triviales en una pintoresca heladería cercana a un lindo parque en el que planeaban pasar el rato durante un poco
más de tiempo, de no ser que Luis hubiera llegado a arruinarle el momento-¡Miguel!
Un Luis enojado gritando el nombre de su títere-... pareja mientras caminaba a paso veloz haciendo él. ¿¡Quién carajos le había dado permiso de salir!?
Miguel, al escuchar su nombre a lo lejos, voltea por arriba de su hombro, así pudiendo ver a su novio claramente enojado, y él ya sabía porqué...
-Espérame, Samu.
Le dice Miguel antes de darse la vuelta e ir hacia Luis rápidamente antes de que armara un escándalo sin siquiera darle tiempo a Samuel para contestarle.
-¡Luis! ¿Qué haces aquí?
-No, más bien, ¿Qué haces tú aquí?, ni siquiera me avisas que vas a salir, ¿Ahora te mandas sólo o qué, pendejo?
Procede a regañarlo en voz alta tal como una madre regañaría a su hijo. (X,d)
-Baja la voz, Luis, estamos en público
-Me vale verga si estamos en público, ¿Cómo porqué estás saliendo con esa perra?, ¿No te había dicho que no quería que le hablaras?
Dice, refiriéndose a Samuel, quien ya alertado por la actitud hostil de la pareja de su amigo decide tomar acción y acercarse a ese para para intervenir en la discusión.
-¡Oye, tipo! El que seas su novio no te da ningún derecho de levantarle la voz.
-¿Tú que te metes, pendejo?
-Pues me meto porque es mi amigo, ¿Cómo la ves?
-¡Samuel ya déjalo!
Musitó Miguel en voz alta y con un claro tono de molestia, todavía que lo defienden y se pone de mamón.
-No, Miguel, es que él no tiene porqué gritarte, tú también debes de ponerle límites.
-Pues yo sabré cuando y porqué ponerlos, pero por favor te pido que no te metas en mi relación.
-¿Y cuando los vas a poner?, ¿Cuando te golpee?, ¿O cuando te mate?
Y con esas fría palabras salidas de la boca del que llamaba su mejor amigo tuvo suficiente para darle una bofetada, ¿Cómo se atrevía a decir eso de Luis?
-Samuel vete, vete por favor.
No tuvo que decirlo dos veces, Samuel se fue sin más, no pensaba discutir sobre esto ni en público ni con una persona que no quiere abrir los ojos. Miguel voltea a ver a Luis que se mantiene con el ceño fruncido y los brazos cruzados, sumamente enojado con él. El mayir lo toma por el cabello con fuerza y zaña para jalando del mismo para atraer su rostro hasta el suyo propio.
-Escúchame bien, Miguel, si tu amiguito ese vuelve a retarme al que le va a ir muy mal va a ser a ti, así que más te vale que le digas que se controle.
-S-si, Luis, lo haré, p-por favor discúlpalo... él es solo un entrometido.
-Sale, súbete a la moto.
-Pero-
-¡Que te subas a la puta moto!
Luis llevó a Miguel del pelo hacia su motocicleta estacionada frente al establecimiento, como la mayoría de veces en estos casos, las demás personas presentes no hacen nada al respecto, solo juzgan y se interesan en sus propios problemas. Luis lo obligó a subirse en la misma y así llevarlo a casa...
Reviví, y mi excusa es que estuve cuidando a un amigo en el hospital. 😜