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Durante el resto de la mañana Julián se negó rotundamente interactuar con Enzo, y al otro tampoco le importaba.

Cuando llegó la tarde, el moreno saltó de su asiento como un resorte para luego huir como alma que lleva el diablo. Mientras más lejos esté de Enzo, mejor.

Al ver a su amigo correr de esa forma, Cristian y Paulo no pudieron evitar mirarse, ni siquiera se había despedido.

¿Estabas defecándote? Qué fue esa manera de correr?, escribió Paulo al grupo que tenían.

Algunos mensajes fueron enviados y el celular de Julián vibraba, pero este no se detuvo hasta llegar a la piscina del complejo, cambiarse y zambullirse en
el agua.

Julián se alegraba de que no hubiera nadie, de esa forma podría hundirse felizmente y quedarse sentado en el piso de la piscina.

Allí no había hilos rojos, no había ruido y lo más importante: no había Enzo Fernandez.

Bueno, si había un hilo rojo y era el suyo, pero Julián estaba dispuesto a ignorarlo.

Las corcheras de piscina se balanceaban en la superficie y la luz que entraba por las ventanas se reflejaba en el agua. Con esta tranquilidad, el castaño se dispuso a tranquilizarse hasta que necesitó respirar de nuevo luego de un rato, ya que podía
retener el aire bastante tiempo. Para cuando salió, su índice de querer morirse había disminuido.

-No puede ser -se quejó dejándose flotar.

El nunca había mirado a otros chicos con otras intenciones, y era muy respetuoso con cualquier tema LGBT+, pero... ¿Él gay?

Nunca lo había considerado... Los únicos actos gays que había hecho eran con Cristian y a veces Paulo, y simplemente estaba jugando.

No, no podía ser gay... A él le gustaba la piel suave de las chicas, sus suaves y dulces aromas, los rosados labios suaves, los largos y sedosos cabellos... Y si vamos más allá, también le gustaba la forma de las chicas, no importaba si era una mujer imponente o
suave, ¡todas eran lindas!

-Ahh -suspiró imaginando todas las chicas lindas del colegio antes de terminar en la cara de... Enzo- ¡Ahh! -se removió chapoteando ante tal horrible imaginación.

¿Cómo se podía comparar a un duro y áspero chico con una suave y linda chica?

No solo hablando de lo físico, ¡sino también la personalidad de ese idiota! ¡Ah! ¡Lo único que Enzo tenía que se parecía a un chica era es feo mullet!

-Mejor me ahogo -suspiró dejándose hundir de nuevo.

Para cuándo el equipo de natación entró en la piscina y encontraron a Julián flotando cual cadáver, no se les hizo extraño.

-¿Qué estás haciendo?-exclamó el líder del equipo cerca del cuerpo.

Julián se removió y arrugó la nariz antes de mirar al enorme sujeto frente a él... Se había quedado dormido.

-¿Esperarlos? -sonrió brillantemente- Ustedes chicos tardaron demasiado, tanto que me dormí -dijo acercándose a la orilla.

El líder del equipo de natación miro al castaño sin alguna expresión, pues no era la primera vez que encontraba a Julián durmiendo en la piscina.

-Si tienes sueño ve a dormir a tu casa -se quejó mirando al castaño acercarse- Y si tienes tantas ganas de entrenar, ¡entonces empieza! -dijo empujándolo de vuelta al agua con el pie cuando había salido- ¡Dame diez vueltas Álvarez!

-¡Ay! -exclamó antes de darse el chapuzón.

No se quejó en absoluto, pues el trabajo duro también le ayudaba a distraerse de su situación.

𝚂𝙾𝙻𝙾 𝙰𝙼𝙸𝙶𝙾𝚂; 𝚎𝚗𝚣𝚞𝚕𝚒𝚊𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora