Capítulo 4

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Jimin estaba recostado en su cama, alternando la vista entre el techo y la pulsera de Cartier. Hace cinco días que no veía a Yoongi y su ausencia le había dado varias cosas en qué pensar; se dio cuenta de que la relación que había empezado con el mafioso, si podía llamarla así, era muy desenfrenada, no se conocían hace más de una semana y él ya le había afirmado que no se iba a alejar, como si no tuviera un hermano en el cual pensar o un trabajo por el cual responder. Pensar en esto lo hizo sentir tan avergonzado que tuvo que sacudir la cabeza hacia ambos lados.

Se paró, abrió la ventana de su habitación y se sentó cerca a ella para disfrutar del viento que entraba. Por supuesto que él creía que el tiempo que pasaron juntos había sido genial, apasionante, pero tenía que llevar las cosas con más calma, Yoongi era un jefe mafioso y, aunque a él no le importara meterse a la boca del lobo y lidiar con los problemas que se le vinieran encima, que no era el caso porque también le preocupaba su seguridad, era lógico que arrastraría a Jungkook con él. Su hermano tenía un buen futuro y era una buena persona. La mitad de su tiempo estaba en el gimnasio entrenando para su carrera de boxeador y la otra mitad trabajaba en una cafetería para ayudar con los gastos, definitivamente no podía arruinar su futuro de esa manera.

La puerta se abrió de golpe y Jungkook se tiró en su cama.

—¿En qué piensas? ¿En el mafioso?

—Deja de decirle así, alguien te va a escuchar y vamos a tener problemas. 

—Entonces sí estabas pensando en él.

Jimin lo miró mal y suspiró.

—Siento que las cosas van muy deprisa y no estoy seguro de si quiero involucrarnos en su mundo.

-Bueno, no te puedo decir que no he pensado en ello, sé que es peligroso y me gustaría poder decirte que te alejes de él, pero no te gustaba alguien así desde... desde el imbécil. Y tú siempre estás trabajando, aguantándote a los idiotas de tu trabajo o poniéndome a mí como prioridad, no estás viviendo tu vida, vives la que los demás quieren. Sé que puede ser peligroso, pero al menos date la oportunidad de conocerlo y ver si vale la pena que te arriesgues, si al final ves que no, entonces lo dejas; pero si te termina gustando en serio, entonces date la oportunidad que yo afrontaré los riesgos contigo.

—¿Desde cuándo tú me das consejos a mí?

—Desde que soy más alto que tú.

Los dos chicos soltaron una carcajada y luego hubo un largo silencio.

—Lo único que te quiero pedir, Minnie, es que no vayas tan rápido. Tómate tu tiempo antes de comprometerte mucho.

—De acuerdo. Lo tendré en cuenta, gracias por hablar conmigo, Kookie.

El menor de los hermanos sonrió y salió de la habitación. Jimin se quedó ensimismado en sus pensamientos por un rato más, hasta que la alarma de su celular le recordó que era tiempo de alistarse para ir a trabajar. Se dio una larga ducha, en la que exfolió su piel y la impregnó de aceites y cremas para que se viera suave, cuando salió arregló su cabello, se maquilló, alistó la ropa que debía ponerse en el club y, después de comer algo, salió.

Tenía que depender del transporte público para llegar porque el dinero no le alcanzaba para más. Lo irónico de todo el asunto es que no le iba mal en el club, le pagaban bien, pero casi todo el dinero tenía que abonarlo a la descomunal deuda que le había dejado su padre por los préstamos que había sacado para apuestas y drogas, sin contar con los intereses que subían como espuma cada mes. Lo que le quedaba lo destinaba para su manutención y la de Jungkook. Esperaba que con la plata que le había dado Yoongi su economía se aligerara un poco.

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⏰ Última actualización: Apr 16, 2024 ⏰

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