˙ ✩°˖🫐 ⋆｡˚꩜ 💌𖥻ELGANCE ( CHAPTER FOUR) ✧ — un tercer favor.
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A VECES ME pregunto que talla de estúpida uso. Es que yo hago cosas que sinceramente una persona normal no haría, porque no tiene sentido.
¿Realmente tuve que estar tan desesperada como para aceptar que Victoria me ayudara?
La respuesta es, sí, sí lo estaba.
Ese no es el problema. El problema fue que empeore aún más la situación. Gracias a esa actuación tan buena, Estela no dejó de perseguirme durante una semana.
Yo, otra vez desesperada le pedí ayuda a Victoria —porque recordé la amenaza que le hizo a Estela.— y ella accedió con una condición. Hacerle los deberes durante dos semanas, una semana por favor.
Otra vez, como toda desesperada acepte. Luego de eso Victoria cumplió su amenaza, no golpeó a mi ex novia, pero si la enterró de el discurso tan grande que le dio. La pobre Estela quedó humillada. Pero bueno, no se puede hacer nada por ella.
La cosa es que gracias a esas dos inocentes ayuditas que me dio, tengo el doble de tarea para hacer.
—Dios, esto es tan cansada.— me quejé, dejando caer mi cuerpo encima de la cama. Mariana que estaba a mi lado escuchando música soltó una risilla.
—Eso te pasa por mentirosa.
—No necesitas echármelo en cara.— dije lanzándome una almohada.
—La verdad te pasaste, nena. Mira esto.— Camila me extendió su teléfono y enseguida mire lo que contenía.
Eran las historias de Estela en Instagram. No paraba de tirarme indirectas a mí y a Victoria.
—Ni siquiera porque Vicky la humilló se detuvo.— Camila me arrebata su teléfono y suelta una pequeña mirada hacia la platinada que yacía en mi tocador mirando su reflejo en el espejo con mucha atención.
Sí, después de jurar que nunca se juntaría con nosotras ahora no se nos despega. En fin, nos ama.
—Es porque en verda' se merecía que le cayera a golpes.— dijo aún distraída, pero luego dirigió su atención hacia mi. —Pero la señorita "no supero a mi ex" no me dejó ni tocarla.
Rodé los ojos al escucharla. Que mujer más agresiva,
—No todo se resuelve con golpes, Draco.— le dije sonriendo. Pero ella como toda educada que es al escuchar el apodo me sacó el dedo de en medio. —Con esa carita de inocente que tienes, pero en verdad eres una perra.
