Corazones Rotos

CAPITULO 13 🫀

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LUCIFER

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Eso me gusta, una niña tímida, seria y tranquila. Me encantan los retos y nunca había hecho pecar a un angelito como ella.

-Sí, son diferentes al resto -aletea las largas pestañas y logra que me guste más.

Hasta su maldita voz es sexy, termino de detallarla mientras todos tienen una conversación, trae un cinto negro en la pretina del pantalón y esto solo hace que su cintura se vea más pequeña. Y pensar que ya tuve mis manos en esa parte de su cuerpo, que la tuve encima y pegada a mí.

Trae una blusa negra de estambre, ajustada al torso, manga y cuello largo, no deja ver nada de piel y aun así es lo más sexy que he visto esta noche, los senos le resaltan perfectamente, son grandes y muero por ver si mi mano las alcanzan a llenar, son firmes y están en su lugar, ¿A qué sabrán?

La palma me hormiguea y la abro y cierro para relajarla. Su gran melena esta suelta y se mueve con el ligero viento, esta ondulada y lo trae hacía un lado, dejo de verla cuando su verde conecta con mis ojos.

«Necesito dejar de mirarla, me estoy viendo como un maldito pervertido»

-¿Cuantos años tienen? perdón que se los pregunte pero se ven muy niñas -Les pregunta Abel mientras Eider se va a comprar bebidas para todos.

-18, ¿Y ustedes? se ven muy grandes, bueno excepto ella -Responde la castaña refiriéndose a Ebba y la pelirroja detalla todo el lugar con curiosidad.

Me acerco lento sin que nadie note mi movimiento.

-Hay gracias amor, pero tenemos 24 los cuatro, y díganme ¿Aun van al colegio o que hacen? -al parecer le cayeron bien a Ebba, cosa rara en ella.

A todas las chicas que se acercan las tacha de putas o de aprontonas. Termino posándome detrás de la niña tonta del lado derecho y me agacho par quedar cerca de su oído.

-¿Ahora no te me lanzaras encima? -Susurro haciéndola estremecer, gira su rostro para encontrarme mirándola de cerca.

El enlace que hacen nuestros ojos provoca que me tiemble hasta el maldito apellido. Vuelvo a gravar su olor en mi memoria.

-Tal vez lo haga -Se encoje de hombros- Claro, siempre y cuando no tengas a otra chica rondando cerca de ti que pueda acribillarme -Me sorprende su respuesta y le sonrío airoso, doy un paso hacia la izquierda susurrándole en el otro oído.

-No la hay, tal vez ahora si deje que tú me ayudes con mi ropa -vuelve a alzar su rostro hacia mí, detallo sus pecas y reconozco que mi orgullo se ve afectado con sus lindos ojos verdes.

Sus mejillas están sonrojadas y puedo ver la vergüenza en su rostro.

-Estamos en la universidad, yo en enfermería y Júpiter en medicina. ¿Y ustedes que hacen? Eider nos platicó que es un médico de la marina -Le responde Roisin y seguimos en nuestra tarea de pasar desapercibidos.

-Eso no pasara precioso -alzo las cejas sorprendido por cómo me llamo y provoco una ligera sonrisa.

-Sí, los 4 somos oficiales del pentágono y también entre otras cosas -Les dice Abel mirando a la pelirroja, desde que ella se bajó de la camioneta el imbécil no ha dejado de babear.

Llega Eider con una caja llena de cervezas y hielo, la pone en el cofre y nos entrega una bebida a cada uno, menos la pelirroja, que curiosamente no bebe, demasiada santurrona diría yo. Me separo de ella y me recargo en la camioneta, siguen platicando tonterías y yo observo el entorno, pero de vez en cuando mi mirada se dirige a la preciosura que tengo al frente, enciendo un cigarrillo y eso llama su atención.