Dame una oportunidad [¿Tom x Jake o Hunter x Jake?]

Capítulo 18: Compasión

Fiore, al principio, no tenía ganas de abrir la puerta. Para ella, parecía que no había nada que ganar abriéndola. Sin embargo, cada golpe en la puerta la hacía preguntarse quién podría ser. Al mirar a su alrededor, se dio cuenta del caos en su habitación: papeles rotos, un espejo hecho añicos por un peine arrojado con rabia y varias cosas más rotas. Para una niña de 8 años, o mejor dicho, para Fiore, este tipo de comportamiento era normal, pero sabía que no lo era para los demás. Así que decidió empezar a limpiar.

Sin embargo, cuanto más se demoraba, más insistente se volvía el golpeteo en la puerta. Finalmente, harta del sonido, decidió abrir. Se encontró con Jake, cuya expresión de preocupación estaba apenas camuflada.

Jake, quien no sentía simpatía por Fiore pero aún así preocupado, le preguntó: — "Hey...niña, ¿estás bien?" — mientras la miraba con atención.

Fiore, al ver a Jake, respondió con brusquedad: — "¿Qué te importa, pelmazo?" — mientras cerraba de golpe su puerta.

Jake, sin rendirse, colocó su mano para evitar que la puerta se cerrara por completo y le explicó: — "Sé que algo te está afectando... leí tu carta..." — con una expresión preocupada en su rostro.

Fiore se detuvo abruptamente y lo cuestionó con indignación: — "¿¡Hiciste qué?!..." — mientras notaba la carta en el bolsillo de Jake.

Jake, reconociendo su error, se disculpó: — "Sé que no fue correcto, pero solo quiero ayudarte, Fiore" — mientras esperaba una respuesta positiva de ella.

Fiore, sin querer más conflictos, cedió: — "Está bien, pasa pelmazo" — y permitió que Jake entrara a su habitación.

Jake entró en la habitación de Fiore y notó inmediatamente el desorden y las cosas rotas. Sabía que Fiore no estaba bien, pero también sabía que ella no admitiría fácilmente sus problemas. Decidió acercarse con cuidado y comenzar a hacerle preguntas para entender qué había sucedido y cómo podía ayudarla.

Jake preguntó con curiosidad: — "Vaya... ¿Lo has hecho tú?" — mientras observaba algunos rincones de la habitación de Fiore.

Fiore, con su característico sarcasmo, respondió: — "¿Quién más? Esta es mi habitación después de todo" — mientras se acomodaba en su cama.

Jake, sin tomarlo a mal, se sentó junto a Fiore y le preguntó: — "¿Fue a causa de la carta?" — mientras la miraba con atención.

Fiore guardó silencio por un momento y respondió con evasión: — "No es asunto tuyo..." — mientras desviaba la mirada.

Jake le dedicó una sonrisa reconfortante a Fiore y le dijo: — "Sabes... a veces es mejor sacar las cosas que guardarlas. En cualquier momento uno puede estallar..." — mientras explicaba con gestos.

Fiore lo observó fijamente, había superado las palabras de su madre, pero aún así le dolían profundamente. — "Ya lo sé, pelmazo" — respondió, apretando fuertemente sus manos.

Jake notó el gesto de Fiore y con delicadeza separó sus manos, ofreciendo su apoyo: — "Puedes contar conmigo... No es necesario que seas tan dura contigo misma. No es tu culpa, Fiore" — y en ese momento, la abrazó repentinamente.

Fiore, sorprendida por el gesto, apenas pudo articular una respuesta: — "¿Q-qué?..." — mientras una parte de su corazón se ablandaba.

Jake, con voz suave y reconfortante, repitió: — "No es tu culpa" — mientras la abrazaba con ternura.

Al escuchar las palabras reconfortantes de Jake, Fiore sintió cómo las lágrimas empezaban a emerger de sus ojos. Jake entendió que Fiore necesitaba consuelo, así que la abrazó suavemente y comenzó a acariciarle el cabello. Para Fiore, estas muestras de cariño eran nuevas y abrumadoras. Nadie nunca antes le había tocado el cabello con tanta ternura ni le había dirigido palabras de apoyo de esa manera.