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Kazuha no podía comprender porque Scaramouche amaneció de mal humor

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Kazuha no podía comprender porque Scaramouche amaneció de mal humor. Estaba irritado por todo lo que pasaba, por si el clima estaba muy caluroso o frío, por si la gente hablaba mucho o nada, tanto hasta el punto que le habló de manera grosera al albino. Esto dejó muy mal al samurai, que no comprendía porque estaba molesto, culpabilizándose a sí mismo de la molestia del títere.

Desde que salieron del campo donde habían estado durmiendo a los pies del cerezo, Scaramouche no le había dirigido palabra a Kazuha, el aire se sentía pesado y el ambiente tenso que se podía palpar. El viento cortaba como una hoja afilada el aire mientras que las ramas de los árboles se mecían suavemente dejando caer las hojas por el camino. Terminó pegándose como chicle a Kazuha el mal humor de Scaramouche, y durante los encargos no intercambiaba muchas palabras con la gente cosa que no era normal por su amabilidad y su pureza genuina. En uno de los trayectos en su tercer encargo, el índigo decidió romper el hielo con una pregunta bastante incómoda y personal que no le quería responder Kazuha pero tampoco quería estar molesto para siempre con la marioneta.

— Jamás me contaste porque te fuiste de Inazuma. ¿Fue por el decreto de captura de visiones? —Cuestionó Scaramouche, desde aquella noche donde escuchó esas palabras dirigidas no precisamente a él quería meterse lo más profundo en el pasado del albino, tal vez de esa manera conseguiría respuestas.

Kazuha apretó la mandíbula, el enojo no se veía bien con sus suaves facciones pero lentamente estaba perdiendo la paciencia más rápido de lo usual.— Si, fue por eso y únicamente por eso. —Respondió de manera seca el albino hacia él, cosa que le llamó la atención al índigo, parecía que encontró una nueva forma de joderlo hasta más no poder.

— ¿Qué pasa? ¿Toque una fibra sensible cariño? —Kazuha respiró hondo para no perder el control, sumado su molestia y las palabras burlonas de Scaramouche lo estaban irritando más de la cuenta y molestar a alguien quien siempre trata de estar calmado y pacífico jamás es buena señal.

Se detuvo en seco captando la atención del ex-heraldo, ya no podía aguantar por mucho más tiempo, si, tenía una gran paciencia pero hasta eso tenía límites.

— ¡Ya basta Scaramouche! ¡Tu maldita arrogancia no tienen límites! Pareces un niño pequeño haciendo un maldito berrinche. —Escupió Kazuha sin el más mínimo remordimiento frunciendo el ceño, haciendo que la marioneta frunciera los labios y se formaba una mueca de desagrado en su cara.

— ¿Yo? ¿Berrinchudo? Lo dice la persona que se molesta por la más mínima cosa. —Contraatacó el índigo, su voz furiosa resonando por los aires del camino devuelta hacia su paradero. Por primera vez en mucho tiempo en los ojos de ambos parecía haber una chispa de ira verdadera y un resentimiento guardado hacia alguien en particular.

Scaramouche tratando de mantener la compostura y mostrar una superioridad que no tenía volvió a hablar con desdén y una sonrisa burlona en sus labios.— Oh, ¿Preocupado ahora Kaedehara por proteger tu dignidad? No te preocupes, pronto no quedará nada que proteger. —

Mi flor morada.. ¡Kazuscara! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora