Cinco

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Park Inju

Me parece que tu comentario está fuera de lugar.—Dabin le respondió a Seokjin, quien anteriormente dijo que hace dos noches le pareció ver a Kim Taehyung salir con una chica del club nocturno al que fue con unos amigos.

—Y a mí me parece que tu obsesión por él no te deja ver el hecho de que puede salir con otras chicas.

No había ni un solo día en el campus en el que Seokjin y Dabin no terminaran en conflicto por nimiedades.

En ese tiempo, teníamos veinte años y estudiamos en la facultad de ciencias contables. Y en la ecuación que Dabin y yo formábamos se unió Kim Seokjin, nieto del hermano menor de la abuela, aún así ni siquiera sabía que este chico existía hasta que llegó a la capital un verano antes desde la ciudad natal de la abuela, misma que lo acobijó en tanto culminara sus estudios.

La llegada de Kim Seokjin supuso un boom en el campus por su carisma y bien parecido, además, a su familia parecía irle bien, a lo que la abuela siempre manifestaba que su sobrino era un gran partido.

—¿De casualidad no están enamorados?—digo tontamente mientras diviso en alguna parte del campus a Jungkook junto con Min Hana, la hermana menor de Yoongi, en consecuencia, no presté mucha atención a los alegatos de Seokjin y Dabin.

—No me cierro a la idea, pero Dabin parece un poco obsesionada con una súper estrella.

—¡Kim Taehyung es mil veces mejor que cualquier masculino promedio!

Ahí vamos de nuevo.

—Ustedes son un poco lamentables.—dije con fastidio.

Al parecer mi cambio de humor fue notorio que el par de chicos se detuvieron y caminaron a mi lado en silencio, sin embargo, imprudencia era el segundo nombre de Dabin.

—Estoy un poco curiosa saben ¿Jungkook y Hana están saliendo?

—Podrías simplemente callarte.—Seokjin rápidamente la interrumpió.

—Solo quiero decir, un amor imposible lo tiene cualquiera.—Dabin se colgó de mi brazo y sonrió con coquetería.—Pero eso lo podemos arreglar si te buscamos al hombre ideal.

—¿Estás loca?—murmuré sin quitar la mirada de Jungkook y Hana.

—Me lo dicen siempre. Pero oye, creo que ese enamoramiento tuyo por Jungkook debes acabarlo ya, se ha comportando como un imbécil contigo todo este tiempo por algo que tú no hiciste.

—Por primera vez estoy de acuerdo con Dabin.—Seokjin se cuelga de mi otro brazo, como resultado tengo a los chicos en cada uno de mis costados.

Poco después del accidente, la hermana de Yoongi llegó a nuestro colegio como un soplo de aire fresco.

Min Hana se destacaba en todo lo que hacía tanto como su hermano mayor, tal vez era parte de su genética. Solo que a diferencia de él, Hana poseía un carisma único que te atraía como imanes.

Jungkook se encontraba vulnerable, y ninguno de los que estábamos cerca de él fue capaz de hacer algo al respecto. Únicamente me limité a ser su sombra ante el rechazo que yo le generaba, porque no tenía si quería derecho a pedir por su compasión.

Y lejos de odiar a Min Hana, le agradecía profundamente el hecho de que haya sido capaz de derribar esa barrera que Jungkook construyó a base de los resentimientos. A lado de Hana sonreía como no lo hacía con nadie más, y poco a poco la voluntad que alguna vez perdió, regresó.

Teníamos diecisiete años cuando descubrí a Jungkook y Hana compartir un beso fugaz.

Esa tarde había regresado del colegio y como cada día me aventuré a visitarlo hasta su habitación, cuando me detuve abruptamente al escuchar el intercambio de palabras, y esa noble confesión que Hana le hacía a Jungkook, el cual correspondió con un beso.

A través de la puerta semiabierta fui capaz de ver a Jungkook mirarme como si estuviese dándome una gran lección de vida. Era nada menos que una advertencia para mantener la distancia.

Culpa mía y de los deseos que siempre tuve por conquistar el gélido corazón de Jungkook.

—¡Inju!—la sonriente Hana me saludó efusivamente y no había duda de que era una chica llena de vida que transmitía una sensación de calidez, por esa razón, no dudo en el amor que su hermano y Jungkook sienten por ella.

Era agradable aunque tratara de negarlo.

Intenté ignorar a Jungkook, pero su mirada llena de recelo me impedía pararme frente a ellos. Incluso la mandíbula comenzó a temblarme al grado de que si hablaba, sería evidente mi nerviosismo.

Entonces, recibí un tirón de Seokjin quien aparentemente me arrastró hasta el lado opuesto de los comedores dejando a Jungkook y Hana estupefactos.

—Disculpen chicos, pero Inju, Dabin y yo tenemos que discutir sobre el proyecto de fin de curso.

—Vamos, vamos.—Dabin secundó a Seokjin llevándome casi arrastrando por los pasillos.

—Antes de que te quejes debes agradecernos. Ibas a tartamudear.—Seokjin pronunció secamente.

—¿Te das cuenta de que a este punto es imposible que ocultes tus sentimientos por Jungkook?—Dabin también siguió con el discurso.

—¿Tanto así?—inquirí nerviosa.

—Oh, quieres que te haga una lista de todas las veces que has hecho el ridículo con Jungkook. De verdad que no terminamos hoy.—Dabin expresó.

—Hasta cierto punto entiendo el hecho de que es inevitable no enamorarse de alguien. Pero, Jungkook en más de una vez ha dejado claro que lo único que los une son sus padres.—Seokjin también se unió al complejo intercambio de opiniones.

—La última vez dijo que le daba asco la sola idea de tenerte cerca.—Dabin secundó.

Las palabras de Seokjin y Dabin lograron aturdirme al grado de que mi cabeza estaba a nada de estallar.

—Perdón si sueno desagradecida, pero tampoco están ayudando.

Mi cabeza da vueltas y traté de apoyarme en la pared.

—Ves. Estás agotada.—Seokjin hace hincapié.—No es sano que te aferres tanto. El chico algún día se dará cuenta de que está siendo injusto contigo.

Entonces, miré a mis espaldas donde aún permanecían Jungkook y Hana, y a pesar de las circunstancias, aquel chico intentaba hacer una vida normal, más allá de la niebla que nos rodeaba.

Quizá me estaba entrometiendo demasiado en su vida, y el nudo en la garganta que se formaba en mi garganta aparentemente me amenazaba en mi momento más vulnerable.

Seokjin tenía razón, era cuestión de dejar todo en manos del tiempo, y que se encargue de darnos a todos la paz que buscamos desesperadamente.

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