No es la primera vez que tiene que llevar pizza a la casa de Toretto se siente un poco patético desabrocha el cinturón que lo une a su hija bajando de la moto–Quedate cerca- murmura su madre sacando las cajas, Brianna toma la tela de su pantalón siguiendo a su madre hacia la casa son las una de la tarde el sol está pesado hace demasiado calor y están usando chaquetas gruesas para protegerse del sol Brianna misma se siente cansada de estar encima de la moto desde temprano no tuvo kinder ese día por lo cual tenía que acompañar a mamá en el trabajo no podía quedarse sola en el departamento solo tenía cuatro años demasiado pequeña.
Juntos caminan hacia la casa esta era la cuarta o quinta que venia a dejar pizza piensa que les gusta verlo en sus peores momentos o ver lo patético que se ha vuelto Brian. Golpea la puerta y está vez no hay música a todo volumen por lo que la puerta se abre rápido y es Vince quien abre.
–Mira nada mas– el hombre corto sus palabras al ver a la niña a su lado
–Pizza hawaiana tres cajas son cuarenta y cinco con veinte centavos – Brian extiende las cajas
Vince las toma con mal humor
–Espera aqui– gruñe entrando a la casa
Brian se aleja de la entrada bajando los escalones se siente mal de solo pisar sus terrenos. Brianna se abanica el rostro con sus pequeñas manos Brian piensa que necesita conseguir un ventilador para ella las noches son calurosas en estos días .
–En la otra vuelta puedes quedarte detrás del mostrador sentada en vez de ir conmigo – le propone
–No, quiero estar con mamá
–Esta bien – suspira
Vince está tardando demasiado Brian siente la garganta reseca se acercan de nuevo a la puerta y golpea varias veces
–¡Ya va!– Vince regresa –Desesperado por algo de dinero eh– le tira con fuerza los billetes sobre la palma de su mano Brian hace una mueca de dolor .
–Gracias señor que disfrute su pizza– Brian sale de ahí a cuestas sube a Brianna a la moto y luego el arranca sin ver atras. El sol que golpea sus espaldas parecen rayos de fuego vivo llegan al establecimiento entrega el dinero y le da una botella de agua fría a su hija y otra para el.
–Brian tengo dos pedidos ¿Estás listo?
–Si señor– asiente
–Muy bien Roy pásale las entregas a Brian– ordena su jefe
Suben de nuevo a la moto Brianna cierra los ojos por un momento su cabeza recostada sobre la espalda de su madre es tan cansado trabajar piensa la niña.
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Con todo lo que pago en cuentas le quedan pocos ahorros los gasta en comida verdadera y aún así sabe que necesita un poco más razón por la cual visito a un colega viejo pidió prestado su auto el hombre no sabía que iba a hacer Brian confiaba en el.
El auto era color rojo un auto de carreras Brian y Brianna llegaron a las calles que antes visito dónde conoció a aquel grupo de personas aparco el auto y se inscribió en la carrera dejo sus últimos ahorros de emergencia rezando ganar. Necesitaban más dinero. Y si ganaba podía llevar a casa unos Miles que sería bastante útiles.
El rezo
Brianna tenía su casco de moto puesto cuando fue su turno se montaron al auto Brian miro a su hija
–¿Estás lista?
La niña siempre valiente asintio
–Te amo