Después de haber derrotado a las altas voluntades y terminar el reinado del terror del milagro el penitente podrá descansar en paz más allá del sueño pero el destino tiene otros planes para él en donde tendrá que ayudar a la princesa del infierno Ch...
Oscuridad era todo lo que veía, el penitente después de haber derrotado y eliminado toda presencia del doloroso en Custodia había caído en la inconciencia, y no sabia que había pasado después y luego despertó en este vacío de pura oscuridad que parecía eterna, intento mover su cuerpo pero no le respondía y entonces se pregunto ¿Dónde estaba el?, ¿Este es el infierno que las altas voluntades decían? y miles preguntas se hacia en su cabeza, preguntas que nunca iba a recibir su respuesta.
Paso el tiempo y el guerrero no sabia cuanto tiempo había pasado desde que llego aquí, ¿uno o dos días?, no lo sabia realmente no podía llevar el tiempo en esta oscuridad que no tenia fin, si este es el castigo del milagro por haberle destruido su voluntad junto a su poder, entonces aceptaba estar aquí y lo consolaba que por lo menos el doloroso no volviera a lastimar a nadie nunca más y se resigna a estar atrapado en esta oscuridad eterna, un precio por liberar todo su pueblo de las garras del doloroso, pero sus pensamientos son interrumpidos por una voz que se escucho en la oscuridad.
- Despierta- escucho una voz femenina, su voz era tan pura a la vez dulce y lo sintió familiar y lo escucho más fuerte
- Despertar Penitente tu misión no ha terminado todavía- hablaría la misma voz y de repente una luz cegadora ilumino toda la oscuridad.
El penitente trato de mira hacia la dirección donde se escuchaba su voz pero no podía ver quien le pertenecía a esa voz solamente vería una silueta ,pero no podía reconocerla y entonces la figura hablo.
- Despierta de tu sueño Penitente y que el guerrero que salvo custodia se levante y camine una vez más por que el mundo lo necesita ahora- fue lo ultimo que el guerrero pudo escuchar antes que la luz lo ceguera y cerrara sus ojos.
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Cuando abrió los ojos, el Penitente miro que estaba en una especie de cueva, además de estar rodeado de un monto de estatuas que parecían que lo adoraban, luego noto que estaba dentro de una tumba además de llevar la misma ropa y armadura que uso en su cruzada con la diferencia que su brazo izquierdo, esta cubierto por raízes de un árbol.
Al darse la vuelta veía la estatua de un penitente qué sostenía su tumba, y lo reconoció al instante era Deogracias, un hombre alto con un sombrero igual al suyo con la diferencia que es de color verde y no de metal y su rostro cubierto por un remolino de raíces, además de llevar a trapos como vestimenta.
Su penitencia era contar toda la historia de custodia, el milagro y los eventos de su cruzada, era un narrador ya que gracias a él, pudo saber quien era realmente el doloroso y como darle fin a esa era pero con el pasar del tiempo se convirtieron en camaradas y buenos amigos hasta el final, mirando fijamente a la estatua, por lo menos él alcanzo la paz pensaría el guerrero, tocando la estatua del narrador, para luego levantarse y bajarse de su tumba.
El penitente se hizo preguntas sobre su situación, ¿Quién era esa figura que le hablo? ¿Era el milagro despintándolo? y sobre todo ¿Qué paso con custodia en su ausencia? y otras preguntas pasaban en su mente, pero primero tenia que salir de la cueva para buscar las respuestas a su preguntas por instinto intento agarrar su espada mea culpa pero recordó que su espada fue destruida.
