CHLOE
Me gustaría recordar el día en que conocí a Erin, fue hace demasiado tiempo y no hubo nada significativo como las películas nos cuentan. En mi vida comenzó a hacerse presente cada vez más, compartiendo una clase, viéndonos en algún sitio de la ciudad que frecuentábamos. Nunca pertenecimos al mismo círculo de amigos porque yo no tenía amigos, siempre fui bastante solitaria y no era algo que me molestara, tenía mi tiempo muy ocupado por lo general y me gustaba pasar desapercibida.
A Erin la conocían todos, quizá porque su familia era relevante y querida en la ciudad, y ella heredó ese mismo encanto que hacía que todos la quisieran sin intentarlo, pasaba rodeada de mucha gente, asistía a fiestas y practicaba deportes que la hacían figurar en cada evento escolar, incluso participaba en las obras escolares con papeles ridículos que el público aplaudía como si fuera la estelar.
No era el gran galán, era más bien ese chico adorable por el que muchas suspiraban. Había una fila interminable para ser su novia, aunque era sabido que ninguna de sus relaciones sobrevivía más de unas cuantas citas, ni siquiera eso fue motivo para que alguien se molestara en evitarla. Debí saber que acercarme era un error, y no puedo arrepentirme porque lo que tuvimos me convirtió en madre de un niño maravilloso.
Noah era mi razón de ser y me dolía no poder darle todo lo que deseaba, me había esforzado tanto para que fuera feliz cada día de su vida y ver que su pequeño mundo se resquebrajaba al descubrir que la vida no era perfecta me dolía profundamente. Era como si sin importar cuánto me esforzara, siempre terminara arruinándolo todo. La historia de mi vida.
No quería que sintiera que debe cuidar de mí, soy su madre y ese es mi trabajo. Cuando tuvo edad suficiente para comenzar a hacer preguntas fue difícil explicarle que su papá era diferente a los otros papás, pero siempre intenté asegurarle que Erin lo amaba muchísimo y trabajaba muy duro para que no le faltara nada. Supongo que no entendí lo que él estaba necesitando.
Los niños son niños, ven un juguete en manos de otros y lo quieren, y notaba la forma en que admiraba a sus compañeros cuyos padres iban juntos a cada evento escolar; mi relación con Erin no era así, asistía a la escuela cuando le indicaba que debía ir porque no iba a dejar que mi niño se pusiera triste, y ella asistía, pero nunca ha sido una presencia constante con la cual hayamos podido contar.
Después de los horribles días que había tenido y la comida desastrosa con los Astor, solo quise dormir y tener un sueño reparador. Lo último que esperaba era despertar en mitad de la noche, con las luces apagadas, sin poder moverme ni gritar porque Erin estaba prácticamente sobre mí. Quise gritar, pero cubrió mi boca con su mano.
—Soy yo. No grites —me susurró—. Necesitamos hablar, pero tienes que prometerme que no vas a gritar.
Moví la cabeza desesperadamente, mi respiración se volvió agitada, y en cuanto ella me soltó intenté bajarme de la cama para correr lejos. No sucedió de la forma en que lo planeé en mi cabeza. Sus manos me sujetaron a la cama, y volvió a cubrir mi boca.
—Maldición Chloe, qué fue lo que acabo de decirte.
¡Esto no podía estar pasando!
De todas las peleas que hemos tenido, esto escalaba a un nuevo nivel. Mi imaginación se volvió irracional pensando en escenarios posibles en los cuales ella se deshacía de mí. Me moví lo mejor que pude para soltarme, quizá solo necesitaba alcanzar algo con lo que pudiera golpearla. Tenía que llamar a Noah, gritar para despertarlo porque ella no haría nada delante de él, pero tampoco quería que fuera testigo de un crimen.
Mordí su mano lo más duro que pude, alcancé a gritar pidiendo ayuda, pero ella volvió a silenciarme; se trepó encima de mí, apresando mi cuerpo y mis manos debajo de ella.
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Tú ganas
RomanceErin y Chloe no se llevan bien, tuvieron un hijo por accidente antes de graduarse del colegio, pero Erin no estaba lista para una relación seria porque estaba en medio de su transición para ser una chica. Chloe se hizo cargo del niño por seis años h...