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Yeonjun soltó un gemido ahogado al sentir el frío líquido y los dedos de Soobin empujando en su entrada

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Yeonjun soltó un gemido ahogado al sentir el frío líquido y los dedos de Soobin empujando en su entrada. El mayor había comenzado a prepararlo usando el lubricante de Yeonjun sabor fresa, ese que era comestible y que tanto le gustaba. Soobin finalmente conoció todos los juguetes de Yeon, una sonrisa pícara se había formado en su rostro al imaginarse miles de escenas eróticas con ellos mientras le daba placer al menor.

Dos de sus largos dedos se enterraron en Yeonjun, ya estaba lo suficientemente acostumbrado para comenzar con dos dedos. Los introdujo lento, sintiendo como el menor se estremecía, arqueando su espalda mientras cerraba sus ojos por el placer que solo aquellos dígitos dentro de él le habían ocasionado. Soobin lo observó con excitación y deseo, su hermano era realmente hermoso. Pronto comenzó a moverlos más rápido, robándole gemidos altos al menor en cuanto salían y entraban. Su polla dolió, estaba demasiado duro.

Sus ojos se oscurecieron, sus dientes atraparon su labio ante la excitante vista de su hermanito evitando gemir alto y siendo penetrado por sus dedos. Un tercer dígito fue introducido, Yeonjun maldijo en voz baja, dejándose llevar por el placer. Dentro de poco comenzaría a necesitar más del mayor.

Soobin relamió sus labios, su mano libre azotó el culo de su hermano. Yeonjun enseguida comenzó a querer más, exigiéndole al mayor por más. Claro que este le daría todo lo que le pidiera. Con una sonrisa agitada retiró sus dedos, poniéndose de pie. Lúbrico su pene con lo que quedaba en sus dedos para posicionarse en la entrada del menor. Yeonjun lo miró fijo, asintiendo con seguridad. Ante la invitación se colocó rápidamente el condón que el menor le había pasado, ahora la punta del pene del mayor recorrió todo el anillo rosa, entrando lento. Sus ojos se cerraron ante la sensación, Yeonjun lo apretaba por cada centímetro que entraba en él. De su boca se escapó un gemido, el menor era estrecho, se estaba volviendo loco por follarlo de una vez por todas. Yeonjun por su parte, estaba sonrojado por la mirada hambrienta que Soobin le daba, sus mejillas estaban rojitas de más, incluso debido por lo caliente que se sentía, quería ser follado duro por su hermano.

—¿Listo? —terminó de entrar, acercándose al menor.

Sus labios encontraron los de Yeonjun, besándose lento. El menor comenzó moviendo sus caderas, dándole a entender al mayor que estaba listo para lo que seguía. Soobin comprendió, dejó un beso en su frente antes de volver a colocarse en su posición y comenzar a empujar lento pero profundo.

Las penetraciones se hicieron más rápidas y profundas a medida que el tiempo pasaba. Soobin se movía rápido, haciendo al menor gemir descontroladamente. Él también gemía, sus manos estaban sujetando la cintura de Yeonjun con fuerza, su cabeza se iba hacia atrás cada que tocaba el punto dulce del menor, haciéndolo chillar de placer, pidiendo por más.

—Binnie —la voz de Yeonjun sonó baja, combinada con los gemidos que se escapaban del fondo de su garganta.

—¿Qué sucede, amor? —una electricidad recorrió el cuerpo de Yeonjun ante su nuevo mote.

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐘𝐄𝐎𝐍 || 𝗦𝗢𝗢𝗝𝗨𝗡 수준Donde viven las historias. Descúbrelo ahora