1. Ojos aquí

61 6 0
                                    

Reunidos en la ostentosa oficina que perteneció al Alfa de la manada Blackwell, los tutores de Siva la única descendiente viva, así como los futuros beta y gamma y tres de los ancianos que prestaban consejo, se miraban aguardando a que les develara lo sucedido.

Pero el caos reinaba en la mente de la joven Siva que se debatía aún sobre la forma en que contaría lo que había ocurrido luego del baile y su estancia de dos cortos días en la manada Sterling.

Su abrupta aparición y su renuencia a hablar tenía a la pareja de ex-betas sumamente consternados, estaban fallando a sus deberes de cuidarla, no la presionaban exigiendo explicaciones porque todo era reciente, no había pasado ni un mes de la muerte de sus líderes, los padres de la pobre chica.

De por sí fue un triunfo convencerla de asistir a dicho evento acompañada de los que serían su beta y gamma, pero los chicos tampoco tenían respuestas, ya que solo la siguieron cuando ella anunció que debían volver a la manada lo más pronto posible.

Así que fue perfecto cuando todos recibieron el enlace mental sobre una alerta, era sobre un avistamiento de rufianes con dudosas intenciones.

Siva no espero a que se hablara sobre cómo afrontar la situación y salió corriendo, por supuesto Corvin su futuro beta y Dominic su gamma no tardaron en perseguirla.

Ella ya les llevaba ventaja y a los chicos les pareció que estaba descontrolada, los tres se conocían desde pequeños, por ello sabían de las limitaciones de su amiga, pero esta ocasión en vez de ir pisando la tierra, solo se veía un manchón avanzando sin tocar superficie alguna.

—Aguarda Siva, puede ser peligroso —le advirtió Corvin, a quien ignoro monumentalmente, por lo que mejor aviso a los guardias que dieron la alarma, pues la "princesa" como le decían, iba a toda velocidad y debían protegerla.

Gracias a ello los cuatro guardias no fueron tomados por sorpresa, Siva al llegar no cambio a su forma humana, —¿ya cuestionaron a los extraños? —inquirió ella.

—Dicen que están de paso, pero al ofrecerles provisiones para que se retiraran solo se mofaron.

—¿Cuántos son?

—Seis

Siva camino delante de los guardias y luego avanzo hacia donde estaba el grupo de salvajes que olían peor que la podredumbre.

Ella simplemente mostró los colmillos y adopto una posición que dejaba ver que atacaría, luego emitió un gruñido fuerte para llamar la atención de esos granujas.

—¡Miren! Llamaron a una de sus perras para que los defienda.

Siva sonrió internamente, quería la mínima excusa para abalanzarse y enzarzarse en una pelea y esos imbéciles se lo estaban facilitando.

Verla ir de frente dejo a los guardias perplejos, esa no era la preciosa princesa que todos conocían, por fortuna, así como ella se había lanzado, tanto Corvin como Dominic que apenas llegaban no tuvieron de otra que ir a prestarle auxilio.

Yla, la loba de Siva mostraba su ferocidad, cosa que nunca nadie había visto, mordidas, choques de cuerpos, huesos rotos era lo que se oía en los límites del sur de su manada.

Chillidos y bramidos de los lobos heridos, ahuyento a los pocos animales que andaban a la redonda, luego el olor a sangre impregno ese lugar.

Corvin y Dominic la miraban de reojo y en cuanto vieron los ojos enloquecidos de Yla su falta de control y lo vicioso de sus ataques, tuvieron que intervenir.

Justo a tiempo, ya que entre sus fauces tenía atrapado el cuello de uno de los lobos.

—¡Suficiente! —Corvin le grito en el enlace mental, pero al ver nula reacción, él, termino por lanzar a su oponente e ir a taclear a Yla.

Mate por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora