8. Lo haré

40 3 0
                                    

Lo primero que percibe Siva es el olor familiar, constatándolo de forma rápida al abrir los ojos, estaba en su habitación, lo mejor es que se sentía ligera, ya que al haber compartido lo sucedido con alguien había sido liberador.

Lo último que recordaba era estar al cuidado del enorme Killian, quien la sostenía entre sus brazos, a su mente vino esa imagen, a su memoria llego el olor característico de él y lo reconfortante de aquel abrazo.

Lo penoso de esa situación es haberse dejado ver en tan lamentable estado, pero le estaba agradecida tanto a Dominic como a Killian quienes la escucharon, sin juzgarla, cosa que dudaba pasaría en cuanto lo supiera la familia de betas.

Pasado el drama mental que le había dejado la experiencia de la noche anterior, su primer pensamiento fue Killian, por lo que se apresuró a alistarse para buscarlo.

Cinco minutos después ya estaba siendo guiada por su nariz hacia ese olor a bosque, su super oído la ayudo a identificar el ritmo apacible del corazón del ocupante de la habitación.

No quiso molestar, por lo que entro solo por su paz mental, debía cerciorarse por ella misma que se encontraba bajo su techo, ya que era la única solución que tenía hasta ese momento.

Ella piensa que su intromisión no es detectada, ya que el hombre en la cama no da señales de ello, Siva continua hasta llegar cerca de la cabecera, lo observa sintiendo gratitud hacia ese hombre que a pesar de no conocerla estaba dispuesto a ayudarla.

Su rostro de rasgos bastante agradables y simétricos lucia sereno y Siva quizá lo veía con mayor agrado, pero ella era así, la optimista de la familia, Roman le decía que no todo era perfecto ni todo lo que brillaba era oro.

En un susurro que para ella fue casi imperceptible —gracias, Killian eres una buena persona.

Killian cambia de posición y Siva se retira, al cerrar la puerta es que él abre los ojos, regresa a estar con la espalda en el colchón, sube sus manos y las deja detrás de su cabeza.

Él conoció a muchas personas por sus viajes y esta joven era una rareza en el mundo actual, tal vez debido a la crianza tan protectora que recibió, a la falta de experimentar la rudeza de la vida o era un rasgo de su personalidad.

Como fuera, él ya le había dicho que le ayudaría y es que en el momento que escucho su historia y verla romperse completamente despertaron en él un sentimiento protector.

No la conocía, pero por sus interacciones no la catalogaría como mala persona, todo lo contrario.

No comprendía cómo el imbécil que le toco por mate la había menospreciado, por fortuna ella logró ver su verdadera personalidad, así como sus intenciones, lo cual hubiera sido catastrófico de haber avanzado dicha relación.

Para cuando salió de la recámara, fue hasta la cocina del departamento de los Alfas, allí Siva emplataba el desayuno y con una sonrisa enorme le saludo.

—¡Buenos días! —a Killian le gusto verla de mejor ánimo.

Se aproximó hasta la barra y se sentó en el banco en donde Siva le coloco los platos, —gracias, puedo preguntar, ¿por qué hoy no estamos allá abajo con los demás?

—No quiero que te incomoden, además tenemos muchas cosas de que hablar. Y es preferible que solo nuestros oídos escuchen —Killian asintió comprendiendo —. ¿De verdad me ayudarás?

Killian escucho la desesperación en esa pregunta, despego la mirada de los alimentos y observo atentamente sus a ojos, había plegarias y ansiedad.

—Lo hare, por eso estoy aquí.

—¡Gracias, gracias, gracias! Pídeme lo que quieras... —Killian meneo la cabeza y dejo ver un gesto de desaprobación.

—Siva, antes de hablar piensa en las consecuencias de lo que dices, tus palabras serán órdenes y pueden ser el alivio o la desgracias de muchos. Así que te sugiero que limpies tu mente y tu lenguaje. Ya no eres la chiquilla que puede recurrir a la protección de su hermano o sus padres. Ahora miles de personas dependen de ti.

Siva se quedó pasmada, no solo por la claridad con la que ese hombre le había dado una enseñanza importante que a cada minuto se le olvidaba, sino porque parecía que el hombre poseía sentido común y madera de líder.

Siva jalo una bocanada de aire y dejo su tenedor —lo siento, me dejé llevar por mi entusiasmo, el precio que le pongas a la ayuda que me prestes, debe estar dentro de mis posibilidades y dentro de lo razonable.

—Muy bien, pensaré en la cantidad, pero me gustaría que también formuláramos un acuerdo en donde se especifique los alcances de esta cooperación que tendremos.

—Si es muy inteligente, llamaré al abogado y lo discutimos con él, ¿te parece? —Killian asiente.

—Además, necesito conocer cualquier información que creas pertinente, me gusta tener el panorama general de la situación en la que me estoy adentrando, no quiero experimentar con los posibles inconvenientes o las sorpresas. Debemos trabajar en equipo. ¿Estás lista para ello? ¿Debes confiar en mí?

—Sí, ya lo había considerado, lo haré paulatinamente, por el momento te daré el expediente que recabe de Ivan Sterling, necesitamos una estrategia para estar preparados ante cualquier posibilidad que se le ocurra.

Haber mencionado ese nombre le ensombreció el semblante a la joven y aunque intento disimularlo al proseguir alimentándose, Killian lo noto.

—También necesito conocer tu manada y su territorio.

—Por supuesto, ya que Dominic conoce mi secreto y los planes, él te apoyara en eso, espero que no te incomode, pero en lo que se familiarizan contigo él estará a tu lado la mayor parte del tiempo. Y por favor, si necesitas algo, solo pídeselo.

—Eso es perfecto, muy bien pensado, nadie debe andar en tu territorio sin supervisión.

Siva se sintió bien al ser reconocida por el grandulón, brindándole mayor confianza, ya que cualquiera que tuviera malas intenciones objetaría con la vigilancia a la que se le sometería.

—Vas a necesitar ropa, Dominic ya viene, te llevara de compras —por raro que pareciera, Killian se sintió contento con eso.

La primera vez que utilizo algo nuevo fue cuando él se lo compró y eso sucedió al ser un adulto, su infancia y adolescencia fueron un episodio oscuro del que nada bueno merecía la pena recordar, nadie se ocupaba de él y la única persona que le amo...

Trato de calmar el sentimiento burbujeante, razonando consigo mismo sobre que era parte del pago por el servicio que le prestaría a Siva y su manada.

—Siva —la llamo Dominic, su cara denoto pena, ya que detrás de este apareció Corvin.

Corvin entorno los ojos en dirección a Killian —¿tú qué haces aquí? Claramente, ayer te llevamos a los límites del territorio.

Siva se puso en medio de ambos —yo lo traje de regreso. Al parecer no tomaron en serio lo que les dije. Me voy a casar con él.

—Siva, ¿qué demonios tienes? Ya dijiste que no es tu mate, ¿por qué te empeñas en esta tontería?

—Corvin... lo que importa ahora es que terminemos con los preparativos de mi matrimonio, tú te encargaras de la seguridad, así que creo que tienes muchas cosas por alistar.

Antes de irse —pensé que eras una persona sensata —le apunto con el dedo a Killian, quien estaba conteniéndose, por su bien y el de ellos.

—Lo siento, tuve que decirle, las cámaras nos grabaron al regresar, pero no le conté nada sobre Sterling —de nuevo ese maldito nombre le dio un golpe en el pecho a Siva.

—Entiendo, pero ya váyanse que se les hará tarde. Dominic deja que él elija su estilo.

Antes de que las puertas del ascensor se cerraran, Killian le sonrió a Siva y le agradeció.

Por su parte, Siva tendría que ir a suavizar las cosas con la familia beta y los consejeros de la manada, que no querían adherirse al plan de ella.


Mate por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora