La noche antes de mi boda estaba acostada en mi cama, abrazando mi almohada, oliéndola, buscando el distinguido y cruel aroma de mi amada. Estaba llorando, vaya que estaba arrepentida, lo estaba, pero había dado el sí a lo que creía correcto, y el no a lo que en su momento me dio miedo.
Después de esa noche, la noche de mi compromiso, no volví a saber nada de Xóchitl. Los periódicos anunciaban mi boda por todas partes, y aunque fue algo muy íntimo, los rumores llegaron hasta los oídos de mi amada. Traté de comunicarme con ella, llamé muchísimas veces a su apartamento, incluso fui a buscarla y llegué a ir tantas veces que llegué a un punto en que me prohibieron la entrada. Su gmail se llenó de tantas disculpas de mi parte que temí descomponer mi computador, y las cartas, su buzón se abarrotó de cartas, todas iguales, todas de amor, de disculpas, todas firmadas por el nombre de Carlos.
Traté de buscarla, de llegar a algo, un acuerdo, el simple hecho de que me disculpara, pero jamás la encontré, y la disculpa nunca llegó.
Y ahí estaba, llorando sobre mi cama, arrepentida, buscando cualquier excusa para no casarme, buscando cualquier señal de Xóchitl para huir con ella. Sabía que leía mis cartas, o al menos que le llegaban. Estaba apostando al amor de mi vida por lo que dirán, pero al parecer para las dos, o mejor dicho para mí, ya era demasiado tarde.
Cuando empecé a caminar hacia el altar, acompañada por mi padre, no dejaba de pensar en voltear atrás, verla, y salir corriendo de la mano con ella, o que a mitad de mi boda interrumpiera con un "Yo me opongo". Cuando estuve a la altura de Lorenzo, lo miré con una sonrisa tonta, pero no lo hice por él, o porque lo amaba, lo hice porque imaginé a Xóchitl ahí, con su cabello corto, un hermoso vestido de novia color blanco, un velo sobre su cabello, y dándome el sí.
Habían pasado tres meses desde la propuesta, habían pasado tres meses desde que la perdí, desde la primera vez que cambié mi nombre por Carlos para que en las cartas no hubiera sospecha, y había pasado un día desde que me despedí de ella. No sabía si leería mi carta, pero en ella se fue toda esperanza de volverla a tener, y cuando al final concluyó mi boda, confirmé que por siempre la perdí.
Para la flor más preciosa que en mi jardín pude encontrar.
Sé que cometí el error más grande en mi vida, y créeme que si ese error me llevase de nuevo a ti, lo volvería a cometer. En mi corazón mi amor no ha cambiado, todo sigue igual desde aquel primer "te amo", desde aquella vez que entendí que tu sonrisa era por y para mí, y desde que vi tus ojos llegando hasta la luna.
Si hubiera sabido que esa era la última vez que te iba a ver salir por la puerta, te hubiera abrazado, besado y te habría llamado para darte más.
Sin embargo, lo sabía, y ese fue mi más grande error, saberlo y no salirte a buscar.
Me caso, mi querida Xóchitl, te he buscado, y créeme, no me he cansado de buscarte, pero al no encontrarte también me ha dado a entender que no me necesitas. Me he imaginado que tú eres a quien desposo, y estoy alegre por eso, no porque no sea así, sino porque me has dado otro significado al amor. Espero que seas feliz, porque yo no, y créeme que si la vida me da otra oportunidad de amar, no la pienso desaprovechar, sea con quien sea, pues gracias a ti entendí que el amor, es eso, amor, y no le hace daño a nadie, solo hace daño lo que confundimos por amor, y cuando tratamos de ocultarlo.
Te amo, que eso quede claro, y aunque esté con alguien, que el mundo entero sepa que eres, fuiste y seguirás siendo el amor de mi vida.
CON AMOR: SIEMPRE TUYO, CARLOS ,CLAUDIA.
Ig:cano_x0
Próximos y últimos caps, en la semana. Los TKM.
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EL ARTE DE GOBERNAR
FanfictionCLAUDIA POR XOCHITL, ENEMIGAS PÚBLICAS, AMANTES ANTIGUAS.