Act 1

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Las cosas siempre se dan por algo, aquellas acciones se dan de manera sensata y otras, desconocen del efecto o la consecuencia.

En las calles, un pelirrojo con puntas caminaba con algo de sangre en su camisa, como era de madrugada no tenía problema. Su expresión de cansancio era evidente ya que estuvo cazando algunos renegados por órdenes de su presidenta..... sin respaldo.

Al ser una orden directa, no podía hacer nada, estaba atado por culpa de su hermanastro que lo metió en esto. Sólo quería llegar a casa y descansar, pero aún no se acababa.

Al estar cerca, notó su casa encendida con música fuerte y gritos. Era más que obvio que estaban haciendo una fiesta y sin permiso.

Ay por favor...no de nuevo... - la última vez le habían multado por exceso de ruido a altas horas de la noche y lo peor, dejaron un desastre dentro de su casa.

Al momento de ingresar, su paciencia se estaba agotando al ver a varios estudiantes tomando, fumando hierba y haciendo un destrozo con sus muebles. El pelirrojo miró en la sala a Basara quien se besaba con lujuria con Raynare y Kuroka. No lo vieron hasta que la música se cortó de golpe.

¡Hey! ¿Quién apagó la música? - dijo uno mientras miraba al responsable. - ¡Tú!

Varios se enojaron al ver a Kenichi con el cable cortado.

¿Qué crees que haces maldito inútil? ¡Estábamos en una....! - Basara no termino de hablar cuando le cayó una botella en la cabeza.

La puta fiesta se acabó. Además, no recuerdo haberte dado permiso para que lo hagas. - dijo enojado Kenichi.

¡Oye pervertido! ¿Cómo te atreves a molestar a Basara-kun? - dijeron las de Kendo mientras iban a golpearlo con sus espadas de madera, pero Kenichi las atrapa.

Sin decir nada, usa sus manos para doblar poco a poco las espadas hasta que terminaron partidas y fueron lastimadas por la punta que tenía el pelirrojo.

Largo de mi casa.... ¡AHORA! - el grito se sintió por todo el lugar mientras arrebataba una espada de madera que quedaba intacta y varios se fueron asustados al verlo con una expresión distinta.

Normalmente Kenichi andaba de sarcástico como defensa, serio o reservado pero enojado no.

¿Cómo te atreves a joder mi fiesta priv...? - se asustó al sentir la espada partir el sofá y a tan sólo centímetros de su cara, el pelirrojo ni le importaba porque ya estaba estropeado con la madera dañada de sentarse como bestias y dañar los cojines.

¿Qué crees que haces a Basara-nya maldito inútil? - el pelirrojo la ignoraba. - ¡Respóndeme maldito adop....!

Se quedó callada al sentir una mirada penetrante de Kenichi.

Va-vamos a calmarnos ...n-no hay que entrar en violen....- Kenichi lo interrumpe.

Violencia mis huevos ¿Quién carajos te dió permiso de hacer una fiesta en mi casa? - preguntó Kenichi con una cara de pocos amigos.

Te-Tengo el derecho de hacer fiestas...- respondió el castaño con descaro.

Pero no en casas ajenas, pedazo de subnormal, ahora lárgate antes de que me estalle un inhibidor de agresión. - tenía la espada muy cerca del cuello y Basara estaba tan asustado que casi se hace en los pantalones al notar una mirada distinta a esos ojos zafiro que tenía.

¿Quién te crees para amenazar a mi Basara-kun, maldito adoptado de mierda? - Raynare iba a atacarlo con su lanza de luz, pero Kenichi se hace a un lado, toma su brazo y lo tuerce. - ¡AHHHHHHHHH!

Kuroka intento lanzarse contra el pero Kenichi retrocede de forma violenta y la hace golpear contra la pared, para luego tomarla de los brazos y estamparla contra el suelo.

The Last Job - AlternativeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora