𝙲𝚞𝚛𝚒𝚘𝚜𝚒𝚍𝚊𝚍

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Dahyun caminaba alrededor de su casa, apagaba las luces para irse a dormir y descansar de un largo día. Se disponía a subir las escaleras cuando tocaron el timbre.

_¿Visitas a estas horas? - se preguntó al ver el reloj.

11:45 PM

"Seguro es Charlotte" pensó caminando hacia la puerta.

Pero al abrirla no era la rubia quien estaba frente a ella, era una mujer, una joven muy guapa. Parecía nerviosa y no dejaba de jugar con sus manos, miraba a la calle sin percatarse de la presencia de la mujer.

_¿Si? - pregunto Dahyun, logrando que la joven girase a verla.

_Hola... - saludaba tímidamente.

_¿Me podría decir que quiere? - preguntó intentando ver mejor su rostro, aquellos ojos gatunos se le hacía muy familiar.

_Oh, claro - se rascó la nuca - bueno, vine para saber...si aquí se encuentra la señorita Charlotte.

Dahyun la miraba con curiosidad.

_¿Como te llamas? - interrogó.

_¿Yo? - Dahyun viró los ojos - perdón, me llamó Daeng.

_Bueno Daeng, ella no se encuentra porque no vive aquí.

_Oh, lo sé, pero...pensé que estaría aquí porque la fui a buscar a su casa y no la encontré.

A Dahyun le pareció extraño aquella noticia, pero lo oculto muy bien, aquella mujer era una completa desconocida y no podía dar muchos detalles sin saber quién era.

_Lo lamento por usted, pero no sé dónde se encuentra.

_Oh, bueno, está bien, igualmente gracias - se despidió, desapareciendo por la obscura calle.

Dahyun cerró la puerta con seguro y subió al segundo piso, dando un último vistazo a su hija quien seguía durmiendo y luego se dirigió a su habitación, recostándose sobre su cama y apagando la pequeña lámpara.

El timbre volvió a sonar.

_Ahora que - suspiró.

Bajó con pereza y al abrir la puerta allí estaba Charlotte, mirándola como si fuera un pequeño cachorro.

_¿Me puedo quedar esta noche? - Dahyun río.

_Pasa de una vez.

****

Daeng caminaba con demasiado sueño, todos los hoteles de alrededor ya no atendían y estaba siendo un total problema buscar donde quedarse. Necesitaba dormir para que mañana tenga energías y seguir buscando a Charlotte.

_Tengo sueño - caminaba con los hombros decaídos - y tengo hambre - saco un caramelo de su bolsillo - ¡Y para colmo perdí mi mochila! - hacía berrinche.

Seguía caminando y fue cuando sus ojos vieron una casa totalmente descuidada y parecía abandonada.

_¿Sera mi día de suerte? - corrió a la casa mirando por la ventana.

El lugar estaba lleno de polvo y casi no había muebles y eso hizo sonreír a la castaña. Intentó abrir la puerta, pero estaba con llave, la pateó, pero fue ella quien salió disparada por su misma fuerza al no lograr abrir la puerta. La sacudió con desesperación, pero aun así no logró abrirla.

No le quedó más de otra que tomar una piedra y romper la ventana, sólo así logró ingresar. Por suerte siempre llevaba consigo un llavero multiusos. Lo tomó y sacó la pequeña linterna alumbrando todo el lugar, cerciorándose por segunda vez que hubiera nadie.

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