Capítulo 37: Solos en una cabaña.

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Una tormenta inesperada.

Charlotte Bersh:

Cuando íbamos de camino hacia mi casa ya que con Damián Black se ofreció a compañarme, íbamos conversando. Cuando empezó a llover demasiado fuerte, corrimos a una cabaña que estaba un poco lejos del camino que dijo él que había en el bosque, la lluvia se intensificó y empezó a mojarnos de más. Cuando llegamos a la cabaña estamos empapados.

-Pase -dice él encendiendo las luces buscando Leña para encender la chimenea, me que de para en un solo lugar observando la cabaña.

-no sabía que había una cabaña en medio del Bosque -le comento.

-Es mi refugio, siempre me gusta venir a este lugar para despejarme -dice él, creo que esta fue la primera vez en la que pudimos conversar tranquilamente sin discutir.

- Espere buscaré algo para que se cambie de ropa -dice el perdiéndose tras entrar por una puerta.

La cabañe es pequeña había una pequeña cocina una pequeña sala con chimenea y una habitación.

- señorita Charlotte venga -me llama Damián camino hacia la habitación.

- tenga, puede darse un baño primero, aquí hay un baño en la habitación y hay un baño afuera -me indica él.

- Gracias -le digo y entro al baño de la habitación.

-Cualquier cosa me avisa -dice él hablando desde afuera, oigo el sonido de la puerta cerradose ha salido de la habitación.

No sé pero me sentía nerviosa ansiosa me había pedido que lo llamara Damián y no se como es que llegue a estar aquí en está situación, la verdad es que no sé si era por el alcohol que tenía en mis venas pero le seguí la corriente la verdad es que le agradezco de que me haya defendido enfrente de aquellos lobos, que corrienron al notar su presencia ya que su aura es imponente, Claro que por qué es el rey Alfa, la conversaciones fluían naturalmente.

Cuando quedamos unos momentos de silencio el buscaba la manera de seguir la plática, la verdad es que venía un poco nerviosa porque el recuerdo de aquel beso que nos dimos aquel día en su mansión se vino a mis pensamientos.

Me quitó la ropa mojada, me doy una ducha, después me visto con la ropa que me entregó una camisa normal, unos pantalones de pijama, son de él porque porque están impregnadas con su olor.

La camisa es de mangas cortas, no me preocupaba mostrar el brazo izquierdo. Ya que en estos últimos días Sander me había enseñado cómo desaparecer mis marcas mis símbolos que parecieron en mi brazo izquierdo, había logrado Cómo desaparecerlos aprendiendo a poder controlarlo, no del todo pero ya era un avance.

Agarró la ropa me pongo la camisa de color blanco y unos me había pasado unos boxers estaba nuevo por lo que se veía, mi ropa interior estaba mojada no me quedó más que ponerme los, tanto la camisa como el pantalón me quedaba demasiado grandes, agarró una toalla para sacarme el cabello y salí de en el baño.

salí de la habitación Damián estaba sentado en un sillón frente a la chimenea, ya se había quitado su ropa mojada, observar que se encontraba solo con el pantalón y sin camisa dejando ver su marcado y sus músculos algunas cicatrise y unos tatuajes en uno de sus brazos, mordí mi labio instintivamente, no se pude de negar se ve tan sexy.

-Ya terminó -me pregunta él sacadome de mis pensamientos.

-Ah sí gracias -le digo.

-Dónde puedo tender la ropa mojada para que me seque.

-ahí -dice él señalando me un lugar en la esquina donde había un objeto de metal.

-ahí se le secará con el calor de la chimenea -me indica.
voy y extiendo mi ropa.

La Mestiza  y el Rey Alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora